Capítulo 3 - Cambios

133 19 6
                                    


Me sentía cansada, el día había sido demasiado pesado, oía a mi padre hablar por teléfono, mis hermanos ya estaban flipando y querían que volviera. Sentí el sol en mi cara y luego escuché su respiración.

- Hola hija, tu bebé es hermoso, ¡la cara de Gabriela!-  suspiré al ver a mi hija cansada, creo que hacerse cargo de la empresa fue fácil para ella, pero lidiar con su padre y hermanos no tanto.

- Sí mamá, Gabi la dejó por mí. - Me incorporé mejor y la miré, su sonrisa era apacible, mi mamá era el bálsamo de la familia. Tenía una calma tremenda en forma de mujer. Nunca jamás la había oído decir nada grosero ni gritar a papá ni a ninguno de nosotros, ni siquiera cuando éramos niños.

- Hola abuela, tía, necesito que me conteste una pregunta, en realidad varias.

- Hola Fernanda, tu mamá me pidió que la llamara, y también necesito preguntarte, deja de ser chismosa, tu abuelo está enojado porque tu padre llamó. - Dije en voz baja, mirando a mi nieta, la bese. y a mi hija, pero igual que su padre

- Abu, vamos, no soy una cotilla, sólo te he dicho que la tía no volvería a Alemania, ¡y yo tampoco!

- Eso explica el arrebato de Paulo, ¡pero dime lo que quieres saber! - Sabía que mi hermano se metería conmigo.

- ¿Por qué hicieron un video de antemano, como si predijera sus muertes?" Me reí ante su pregunta, Fernanda realmente debería haber conocido a Gabriela.

- Esa te la contesto yo, mi amor. La amiga de tu tía tenía su vida planeada, siempre fue así, escribió exactamente cómo sería su vida, desde que terminó la escuela hasta que se casó. Y tener hijos, sabía exactamente cuándo hacerlo y cómo hacerlo - dije, recordando a las dos cuando eran niñas, Victoria y Gabriela eran como el sol y la sombra, una no podía salir sin la otra.

- Es verdad mamá, y Fernanda, este video es de cuando nació Cléo, puedes estar segura, Gabriela siempre planeaba su vida, y lo que pasaría, y el tiempo para todo, y hasta puede hablar con su abogado si no tiene más videos guardados con fechas para salir.

Así era realmente mi amiga, siempre planeaba todo, incluso el hecho de que íbamos a terminar la universidad, y por eso eligió un rancho en Monterrey, porque ahí vivimos los mejores años de nuestras vidas, cuando fuimos juntas a la universidad, ella estudiando psicopedagogía y yo administración/economía. Fue ahí donde le presenté a Roger, en una fiesta de primer año, él era veterano en la universidad y nosotros de primer año.

Le conté a Fernanda cómo era Gabriela, y ella discutió conmigo porque nunca se la habían presentado. También le dije que sí, pero que después de que sus padres se mudaron a Alemania, Fernanda creció allá y ya no se acuerda de ella.

Después de hablar con ella y con mi mamá, volví a entrar y fui directo al dormitorio, Elizabete, o Liza como prefería que la llamaran, me mostró todo sobre Cléo, cuando digo todo, Gabi me hizo un cuaderno con todo, me dejó toda la información, bueno no era para mí específicamente, ella llevaba un diario completo sobre Cléo, desde que se despertaba hasta la hora de dormir. Liza me contó que como ella y Roger cuidaban del bebé en turnos diferentes y la niñera a veces llegaba sin que estuvieran los dos juntos. Gabriela pensó que sería mejor hacer el diario de Cléo.

[...]

La semana fue muy tensa e intensa, mi padre no dejaba de atormentarme, tanto que renté un departamento para quedarme hasta que terminara el proceso de Cléo, y nos fuimos a Monterrey, también vi poner una oficina allá, y cuando vi las fotos de la casa y el rancho, ella había dejado una casa de huéspedes transformada en oficina para mí. Dios mío, si la creación de planes de vida no la hubiera inventado alguien antes, te juro que patento los planes de Gabriela Saboya de Santoro y me hago millonario.

Algo Inesperado - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora