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Felix observaba con añoranza la fotografía enmarcada sobre la repisa de su sala de estar, justo encima de la televisión

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Felix observaba con añoranza la fotografía enmarcada sobre la repisa de su sala de estar, justo encima de la televisión. Hwang Hyunjin y él sostenían con todas sus fuerzas a un recién graduado del instituto Bang Chan, quien sonreía enormemente, contrastando con las caras de sufrimiento de los dos más jóvenes. A pesar de su diferencia de edad, llegaron a congeniar muy bien en sus años adolescentes, gracias al buen corazón del mayor y su facilidad para tratar con la gente. Aunque fue poco el tiempo compartido (poco menos de dos años), los lazos de la amistad se hicieron fuertes, y seguían en contacto con el paso de los meses. Chan iba a saludarlos de vez en cuando, y quedaban los fines de semana, mientras los otros dos luchaban por aprobar el curso. A pesar de la gran amistad entre Felix y Hyunjin, el último era algo más... popular. Tenía otro grupo de amigos con el que salía prácticamente todos los días y conocía desde antes de juntarse con los otros dos, y Felix se sentía un segundo plato, alguien que no cuadraba allí a pesar de las interminables invitaciones de Hyunjin. Simplemente no quería entrometerse y molestar al resto de chicos ya que eran de mundos completamente diferentes.

El de pecas no recordaba haber tenido a alguien tan cercano, que se preocupara por él de la manera que lo hacían los dos más mayores. Pero, a pesar de contar con tan pocas personas, tampoco se sintió solo (en parte).

En pleno 2020 la relación no era igual de estrecha que en el instituto, por supuesto que no. Algo se había enfriado entre ellos a raíz de la separación. Cada uno había tomado su camino, y lo que antes eran reuniones semanales, habían pasado a suceder una vez al mes, con suerte, para luego completamente desaparecer. Daban gracias a que el teléfono y alguna que otra red social los mantenía avisados de las últimas noticias de los demás. O, más o menos, porque con lo ocupados que estaban con sus estudios, apenas hacían publicaciones o se preguntaban qué tal les había ido el día. Pero a pesar de ello, se querían muchísimo, y darían la vida por el otro sin dudarlo.

"Eh, os echo de menos". Ese fue el mensaje que rompió la cuenta de los tres años que llevaban sin verse en persona. Hyunjin estaba en una racha de días melancólicos cuando les propuso volver a verse. Llamadlo cosas del destino o alineación de los astros, no importa el nombre: habían acordado reunirse el fin de semana, después de tanto tiempo. Estaban muy emocionados, y con suerte, esa quedada haría que las siguientes fueran más seguidas.

Felix sonrió por última vez al cuadro, suspirando algo aliviado. No podía esperar que el fin de semana llegara. Por fin. Palpó que tuviera la cartera y las llaves en los bolsillos traseros del pantalón, y se dirigió hacia la entrada. Calzándose, comprobó que su móvil tuviera suficiente batería, y peinándose de manera improvisada con su mano, salió de su pequeño apartamento, rumbo a la cafetería.

Esa era su única diversión: los paseos por su cuenta a cualquier sitio. No había tenido mucha suerte al hacer amigos en la Universidad, solo conocidos. Pasaba las veinticuatro horas del día consigo mismo, escuchando su voz cuando hablaba en voz alta porque no tenía nadie más con quien hacerlo. A pesar de ser un piso de estudiantes con dos habitaciones, solo estaba ocupada la suya. ¿Había vivido alguien en la otra alguna vez?

ALGUIEN QUE NUNCA EXISTIÓ ︙ changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora