O14.

3 1 0
                                    

Chan se frotaba las manos y Hyunjin se pasaba una de ellas por el pelo, fruto del nerviosismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chan se frotaba las manos y Hyunjin se pasaba una de ellas por el pelo, fruto del nerviosismo. El timbre de la casa de los Lee sonó segundos atrás, y ahora podían sentir los pasos la mujer por el pasillo, hacia la puerta de entrada. Habían venido a visitar al matrimonio sin ningún motivo en concreto. Simplemente tenían que devolver la foto antes de que la echaran en falta, y no habían sido capaces de inventarse una excusa lo suficientemente convincente para que la mujer no se tomara mal su visita.

"Sabemos que no le interesa, pero venimos a informarle sobre la última visita a su hijo" y "No quisiera ser impertinente, pero no como nada desde hace cinco horas. ¿Podría pedirle un café?" fueron las intervenciones más inteligentes de Bang Chan, pues con la primera consiguieron pasar hasta el salón, explicándole detalladamente lo que sucedió en la visita, y con la segunda, Hyunjin volvió a poner la fotografía en el marco, que seguía en la misma posición en la que lo dejó, incluso con más polvo.

— Hola, cariño. ¿Cómo ha ido el día?

— Bien, pero, ¿ya has vuelto? ¿Te han dejado salir antes de tiempo?

— El jefe se ha puesto malo, así que ha cancelado la reunión que teníamos a última hora. ¿Quieres ir a cenar a algún sitio?

— Me encantaría. En cuanto se vayan me arreglo.

— ¿Se vayan....?

Los jóvenes escucharon la conversación desde el sofá, manteniendo la cabeza gacha; Chan por vergüenza y Hyunjin por hacerla funcionar.

El señor Lee entró al salón e hizo que, si el ambiente ya era incómodo de antes, ahora fuera tenso e imposible de aguantar. A Chan no le daba buenas vibras, era misterioso y antipático, pero muy buen actor. Alguien imposible de leer ni predecir. Parecía casi imposible que Felix hubiera salido de ese matrimonio tan peculiar.

— Buenas tardes, señor Lee. Lamentamos el inconveniente. No queríamos molestar, simplemente informar, así que, si no les importa, nosotros nos-

— Chan —una voz susurró a su lado, muy débil. Hyunjin le tironeaba de la manga, a la altura del codo—. Necesito ir al baño, creo que me estoy mareando—. Tenía la cabeza gacha y los mechones de pelo que caían por su frente hacían imposible ver sus ojos. Al parecer, la señora Lee, que recién llegaba al salón, lo escuchó quejarse.

— Adelante, es la segunda puerta a la derecha, girando a la izquierda al final del pasillo.

Hyunjin agradeció y avanzó con cuidado, como si de un momento a otro se fuera a caer. ¿Chan había visto bien? ¿La señora Lee se había preocupado por su amigo? Le resultaba algo irónico que le importara un simple mareo de alguien hasta hace poco desconocido y no el problema mental de su hijo.

Hyunjin llegó a tientas hacia la puerta que la mujer le había indicado. La abrió, y seguidamente la cerró, tratando que se escuchara desde el comedor, donde se habían quedado los demás. Levantó la cabeza y rápidamente miró a su alrededor. El pasillo que parecía interminable estaba decorado con cuadros de un pintor que parecía no saber absolutamente nada de arte. Una de las puertas tenía unas pegatinas enganchadas que alguien había tratado de arrancar con todas sus fuerzas. Querían eliminar el rastro que Felix había dejado, pero eso era algo prácticamente imposible. Giró la maneta con cuidado, y dejando la puerta entornada para escuchar los ruidos de fuera, entró en la habitación que una vez fue de su amigo.

ALGUIEN QUE NUNCA EXISTIÓ ︙ changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora