-¡Jix! Hace cuanto que no nos vemos, ¿No?, por cierto, bonito kimono, todavía lo recuerdo.
La tétrica sonrisa con la que pronunció aquellas palabras le erizó la piel a Ale. Parecía tener un verdadero psicópata frente a ella, lo peor era que parecía conocer a Jix y eso la extrañaba. La reina ignoró la pregunta y comenzó a hablar.
-Tenía entendido que estabas muerto.- El chico siguió con aquella sonrisa orgullosa pese al comentario de la ojiverde.
-Leo nunca me asesinó, escapé antes de que lo hiciera.- La peliazul seguía sin entender nada, ¿Para qué la había llamado si ella no sabía nada a lo que se referían?
-¿Quién es Leo?- Intervino Ale, mirando a su compañera.
El chico que se encontraba amordazado quiso responder, pero antes de que lo hiciera Jix le amenazó.
-No.- Fulminó con la mirada al chico, la duda de la joven aumentó, ¿Qué le estaba ocultando?
-¿Para qué me has llamado si no tengo ni idea de lo que habláis?- Preguntó la joven menor.
Jix ignoró su pregunta, pero no del todo, porque cambió de tema a uno que le convenía más a ella.
-¿Por qué a raíz de que tú estuvieras aquí hay tropas mersianas en las fronteras?- El chico castaño pareció pensar un poco antes de contestar.
-¿Recuerdas cuando os decía a todos que quería entrar en el mundo de la política? Pues lo hice, prácticamente has raptado a una persona influyente.- Jix quedó boquiabierta, apretó los dientes y volvió a hablar.
-Te has convertido en lo que jurábamos destruir.- El chico no lo negó, asintió con la cabeza y dejó de mostrar sus dientes en su sonrisa.
Ale seguía sin entender nada, su mirada se intercambiaba entre el chico y la reina, estaba demasiado confundida.
-En lo que tú jurabas destruir, yo nunca juré nada.- Hizo énfasis en el "tú"
-Mataron a tu familia, Nyatt.- El joven solamente se limitó a reír por unos segundos y luego contestar
-Me hicieron un favor.- A Ale le recorrió un escalofrío por toda la espalda, le asustaba que hubiera alguien que agradeciera no tener familia. Jix apretó los dientes, estaba sacándole de quicio.
-Estás loco.- La mayor ya no permanecía tan serena, es más, ahora estaba un poco más nerviosa que antes.
-Puede ser.- Levantó los hombros y luego los bajó en señal de duda, parecía estar vacilando.
-Una etiqueta que me ha puesto la sociedad, ¿No crees?- Volvió a añadir. Esta vez Jix no respondió, simplemente no podía, le parecía una locura todas las barbaridades que decía aquel muchacho.
-Haz que todo lo de fuera pare.- La peliazul se interpuso entre la disputa de los dos, ordenándole al que estaba atado que actuara en contra de Mersia.
-¿Y si no lo hago qué? ¿Me vais a volver a enviar a la sala esa a que me torturen?- Lo dijo con un tono vacilante, lo cual hizo que Ale apretara los puños y sus uñas se clavaran en su piel, provocándole un agudo dolor el cual ignoró por completo. Solo le estaba dando completa importancia a lo que sucedía en ese instante.
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Contra el adversario
FantasyJix, la reina de Ankersia, inicia su travesía para poder encontrar a aquel que destruyó su juventud, y para llegar a ello hará lo que haga falta, incluso encarcelar y torturar a un antiguo amigo del causante de varias desgracias en su vida. Pese a...