Parte cinco

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"No..."

"Louis, por favor", le dice una voz ronca de cerca, pero él se niega a prestarle atención mientras se abraza más fuerte al tonificado cuerpo. "Tengo que levantarme."

"Mmm", Louis se queja en sueños y por nada del mundo suelta su torso desnudo. Conforme comienza a sentir unos besos en los nudillos, ronronea un poco hasta oír una risa baja que retumba a su lado.

"Pequeño, es hora de que me vaya a trabajar. Tú puedes dormir un poco más."

Eso suena a amenaza, por lo que pasa su pierna por encima del alfa y clava su talón en su abdomen, engachandose al mayor cómo un koala.

"Cállate", le gruñe disfrutando del calor de su espalda. "Hace mucho frío para que me dejes solo."

Unos segundos de silencio le hacen bajar la guardia, pensando que ha conseguido que su mejor amigo se quede en la cama con él un ratito más. No es una locura pensarlo, pues ya ha habido varias veces en las que se ha salido con la suya durante las dos semanas que llevan durmiendo juntos.

Sí, desde esa extraña noche donde 'arreglaron' su malentendido no ha habido un solo día en el que Louis no se haya despertado en las sábanas del alfa y, joder, está viviendo un sueño. Es un acuerdo tácito que se da naturalmente cuando se queda dormido en el sofá y Harry lo lleva con él, o cuándo va a hablar con el alfa sobre lo que harán el día siguiente y terminan acurrucados de la nada.

Ya sabía que Harry era muy táctil y cariñoso, sobre todo con él, pero la forma en la que el rizado lo encierra en sus brazos cuando apagan las luces lo llevan a un sueño tan profundo como increíble.

Su omega nunca ha estado tan feliz y Louis debe admitir que él tampoco. Incluso cuando está tan emocionado que no puede evitar llenar de fragancia a fresas y chocolate la habitación, Harry solo le da un beso detrás de la oreja y deja salir su olor en la misma intensidad.

Louis está seguro de que lo hace por ahorrarle la vergüenza, pero ha llegado a la conclusión de que no le importa. Tomará de Harry todo lo que pueda y asumirá el golpe de realidad cuando este llegue.

Porque llegará, pero no ahora que es él quién tiene al alfa semidesnudo a su lado.

'Jódete, mundo.'

A punto de reírse de su propio pensamiento caprichoso, siente cómo su cuerpo es despegado de la cama y tiene que abrir los ojos para ser consciente de la forma en que esto ocurre. Su agarre se afianza al cuello de Harry con los dos brazos y rápidamente observa cómo el ojiverde está de pie con él sujeto en su espalda.

Bien, no se piensa bajar. Solo le queda cerrar los ojos e intentar volver a conciliar el sueño.

"¿Vas a venir a la pastelería conmigo?", dice Harry en tono divertido mientras los mueve por la habitación para poder ir a su armario.

Es gracioso como el omega pesa lo que una pluma y no le molesta para nada tenerlo enganchado a su espalda. Podría trabajar perfectamente en esas condiciones.

"Si dormimos un poco más, hago lo que quieras..." La voz de Louis es dulce y baja, acompañada de un suspiro adormilado que le golpea la nuca. Está a punto de retorcerse por el escalofrío que le invade.

Los pies de Louis cruzados en su abdomen le impiden ver sus calzoncillos y lo que cree que se ha formado en ellos, pero al no poder asegurarse se apura a agacharse para coger unos pantalones vaqueros del cajón y una camiseta blanca básica algo desgastada.

"Cachorro, vete a la cama, por favor." El ruego viene a raíz de que el omega casi se caiga por encima de su cabeza cuando se agacha para pasar los pantalones por sus piernas.

Tu refugio || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora