14) Humanos contra infectados 2

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El infectado que cayó en el pasillo donde estaban los soldados, comenzó a oler a todas partes y al no poder reconocer olores algunos producto del hedor que emanaban los cuerpos de sus compañeros en planta baja, este comenzó a vibrar y dar vueltas sobre sí mismo. Entre 2 solados lo agarraron al infectado, uno usó un trapo para tapar la cara de este mientras que el otro lo abrazó por detrás y un tercer soldado se unió para introducir rápidamente una molotov en la boca del monstruo y luego entre los 2 lanzarlo hacia el suelo nuevamente. Todo eso lo hicieron en cuestión de segundos, no les tomó ni más de 5. Desde arriba, se les indicó a los soldados del segundo piso, subir al tercero, mientras estos iban retirándose del peligro, los infectados en el suelo rodeaban al rojo que había sido lanzado y se estaba incendiando, esa cosa solo gritaba y gemía, pero aprecia ser algún tipo de comunicación porque inmediatamente, varios infectados rojos comenzaron a vibrar y dar vueltas para identificar todo a su alrededor, al mismo tiempo que otro infectados normales iban y atacaban a los infectados que estaban alterados atacándose entre sí, lo hacían como intentando neutralizar a los que eran un obstáculo o distracción para el sistema de ubicación de los infectados rojos. Por suerte cuando los infectados rojos lograron sentir las vibraciones de todos los militares, estos ya estaban en el tercer piso, los rojos indicaron con gritos y gestos a sus compañeros que nos habían encontrado y todos comenzaron a correr por diferentes lugares intentado encontrar por donde subir.

Los infectados rojos al tener habilidades más desarrolladas que los otros, saltaban hasta llegar al pasillo del segundo piso y de ahí corrían hacia las escaleras que iban al tercero para atacarnos, pero los militares sabiendo que esto podría pasar, habían derramado alcohol y gasolina por el piso de los pasillos de la segunda planta. Cuando los infectados rojos parecían ya alcanzarnos, uno de los soldados les disparó para hacerlos caer hacia atrás y al mismo tiempo otro soldados encendía con un cerillo las escaleras que estaban empapadas de líquidos inflamables. Las escaleras se prendieron en llamas y los infectados rojos al tocar el fuego se quedaban quietos, habíamos descubierto una nueva forma de detener a esas cosas. Al prenderse en fuego ellos entraban como en una especie de estado de hibernación en la que no se movían para nada y se quedaban quietos. Obviamente esas cosas no eran tan estúpidas como para quedarse tranquilas todas, el infectado colmena comenzó a lanzar a los infectados normales hacia el pasillo del segundo piso, aunque estos al llegar se prendían automáticamente en fuego, unos pocos corrían hacia las escaleras para intentar quitar los obstáculos que los soldados habían puesto. La inteligencia de esas cosas ya era asombrosa, eran capaces de seguir ordenes e interpretar todo lo que había a su alrededor.

Los militares comenzaron a disparar a los infectados que intentaban despejar el camino, al mismo tiempo que algunos con escopetas disparaban a los infectados rojos que intentaban llegar al tercer piso por medio de saltos, era algo cómico ver como esas cosas eran detenidas en el aire con balazos, me recordaba al videojuego de disparar patos que había en la Nintendo, vaya tiempos aquellos... lastima que ya no volveré a disfrutar de esos momentos, quizá las futuras generaciones sí... bueno... me salí del tema.

Mientras los balazos y los micro incendios seguían, uno de los soldados apareció con un cómoda grande, entre él y otros más la pusieron como obstáculo en la entrada de esa escalera que por suerte era la única con acceso a aquel piso ya que todas las demás las habían obstaculizado. Cuando lograron tapar por completo la entrada a esas escaleras por la parte superior de estas, corrimos hacia un cuarto que no conocía, por él había otras escaleras de emergencia y todos comenzamos a bajar por ellas, yo no sabía exactamente a donde nos llevaban, pero si tenia miedo de que esas cosas pudieran entrar e incluso pudieran estar esperándonos a donde sea que terminaran las dichosas escaleras. Recorrimos varios escalones hacia abajo, hasta que se metieron por uno de los tantos pasillos que había en el recorrido hacia abajo, supongo que cada recorrido era por cada piso y habíamos pasado 4 contando desde el cual salimos, lo que significa que íbamos a entrar a un piso subterráneo. Mientras entraba por aquel pasillo y seguía a los militares, escuchamos disparos desde arriba, era indicio de que esas cosas habían logrado llegar al tercer piso. Por el radio que tenia los militares que iban conmigo, escuché a los soldados del tercer piso pedirles que continuaran el camino y nos salváramos ya que ellos se iban a sacrificar por el grupo, fue la primera vez que realmente sentí admiración hacia los soldados del ejército del país.

Rumbo a los polos - el sobrevivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora