Una vida antes de ti || +18🔥

| ONCE |

Abro los ojos cuando mi alarma suena y estiro el brazo para apagarla. Mi novia duerme plácidamente sobre mi pecho, mientras su pierna está sobre mi cadera. Puedo sentir su cuerpo desnudo al lado del mío y debo contenerme para no despertarla y follarla a primera hora de la mañana.

Ayer fuimos a cenar al restaurante dónde le pedí matrimonio y luego la traje a mi habitación en la residencia para cogerla cómo si no hubiese un mañana. Es mi pasatiempo favorito.

Me gustaría quedarme con ella hoy, pero tengo algo importante que hacer.

Logro salir de la cama sin despertarla y me meto al baño para tomar una ducha y cepillarme los dientes. Media hora después estoy listo para salir, pero no puedo evitar sentarme al lado de mi novia y apartar los mechones que le han cubierto el rostro.

Mi teléfono suena con una llamada entrante y la respondo rápidamente saliendo de la habitación.

—¿Qué? —le digo a Eren a través del teléfono.

—¿Dónde estás, puto?

—En la cocina.

—Ah. —escucho un ruido en el teléfono y al mismo tiempo, dentro de su habitación. Unos segundos después, Eren sale con el cabello revuelto y mojado. —¿Listo para irnos?

—Dime de nuevo por qué irás conmigo. —tomo las llaves de mi auto y salgo del apartamento casi arrojándole la puerta en el rostro.

—Porque yo estaré presente en todos los momentos importantes de tu vida...

—Por favor no.

—...Y comprar una cosa para que tu novia floja y culona viva ahí, es un momento importante. —Lo ignoro en todo el camino hasta el auto, así cómo también ignoro que ha llamado culona a mi novia. —Pasemos por un café. Me has hecho madrugar.

Lo llevo a la cafetería y aprovecho para pedirme un té negro que me ayude a despertar. Eren me indica una dirección dónde ha escuchado que se están vendiendo casas y frunzo el ceño cuando veo la zona en la que nos hemos metido.

—¿No fue aquí dónde asesinaron a un hombre hace una semana? —inquiero mirando para todos lados en la calle desolada. Juro que todo parece estar gris aquí, como en una película de miedo. Hay vagabundos en las aceras y gente sospechosa en las esquinas.

—No lo asesinaron aquí, solo trajeron el cuerpo aquí. Mira, preguntémosle a ese buen señor...—Eren baja la ventana del auto y yo me detengo al lado de un señor de unos setenta años que va caminando a la orilla de la calle. —Buenos días, abuelo. ¿Sabe dónde están las casas en venta?

El hombre mira para todos lados antes de acercarse sospechosamente al auto.

—¿Quieres casa en venta? —pregunta y Eren sonríe.

—Así es, ¿sabe dónde puedo encontrarla?

—Veinte dólares el gramo. —Le dice el hombre.

—Uhm...—Eren intercambia una mirada conmigo. —No, queremos una casa que...

—¡VEINTE DOLARES EL GRAMO! —le grita el hombre y Eren se asusta. —¡¿O ERES UN PUTO POLICIA?!

El hombre mete sus manos por la ventana y toma la camisa de Eren quien comienza a gritarme para que acelere. Piso el acelerador y no veo por los espejos si el anciano dealer se ha caído o si ha terminado debajo de mi auto.

—Ay, Dios... Creo que me cagué.

—¡No jodas, Eren!

Salgo del lugar a toda velocidad y me incorporo a la carretera nuevamente. Eso me pasa por hacerle caso al idiota que tengo como amigo. Pasamos toda la mañana dando vueltas y visitando casas que no me han cautivado. No tienen lo que necesito y lo que quiero para mi novia.