| TRES |

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|| LEVI ACKERMAN ||

—¿Acaso no confías en mí?

—No.

Eren se lleva una mano al pecho, a la altura del corazón y jadea como si le hubiese dicho las peores palabras en la vida. Pero no soy una persona que miente, mucho menos cuando se trata de decirle y dejarle en claro a Eren que no confío en él... Ni siquiera me cae bien.

—Me ofendes, hijo de puta. Jamás te he fallado.

—Oh, pero lo has hecho—. Empiezo a enumerar las razones por las cuales no confío nada en él. Por ejemplo cuando le pedí hace muchos años que cuidara al gato de mi madre mientras ella, el tío Kenny y yo, nos íbamos de vacaciones. Regresamos una semana después para darnos cuenta que el gato había muerto, porque alguien lo dejó morir de hambre. O cuando le pedí de favor que llevase mi auto a lavar y terminó chocándolo contra un muro por responder una llamada de Mikasa. O cuando él se ofreció a llevar mi ropa a la lavandería y terminó toda rosada porque él metió una de sus prendas rosadas junto con mi ropa "para aprovechar" la lavada.

Y así puedo seguir y seguir enumerando situaciones que me han enseñado que no se puede confiar en Eren. El pequeño pendejo.

—¡Prometo que no fallaré esta vez! Además la tarea es sencilla.

—Si y son las que peor se te dan porque el cerebro no te da para realizar algo tan simple.

Le paso de largo y él se empeña a perseguirme para rogarme que lo deje hacerse cargo de ir a recoger las galletas que he mandado a hornear para la madre de mi novia. Cosa que no va a pasar, porque a pesar que hay casi cero posibilidades de que haga algo mal, hay miles de probabilidades de que lo haga.

—¡Solo tengo que ir y pedir la caja de galletas que estará a tu nombre! Prometo no equivocarme.

Me detengo de repente y él choca con mi espalda. Giro a verlo y entrecierro mis ojos a él porque no entiendo cuál es la razón de su interés por hacerse cargo.

—¿Por qué insistes?

—Quiero ayudar a mi amigo...—estrecho más los ojos—. Y quizá... solo quizá... ese amigo me preste su auto para llevar a Mikasa a la montaña.

—No es una montaña, es un cerro, Eren. Un cerro baldío dónde parejas llegan a coger en autos y drogadictos llegan a comercializar droga o peor aún, consumirla. ¿No es en ese lugar dónde encontraron un cuerpo hace poco?

—¡El hombre tuvo un accidente de auto! —grita en medio de la calle y todo el mundo lo mira.

—El hombre estaba dentro de una bolsa, Eren.

—Dentro de un auto.

—La bolsa estaba dentro del auto.

Me hace mala cara y se me adelanta caminando hacia atrás mientras yo trato de alejarme de él y sus ideas de mierda. Además tengo prisa y mi destino no puede esperar.

—Mikasa tiene esta fantasía de coger en el monte...—le hago mala cara. —No me mires mal a mí, es ella quien tiene estas extrañas fantasías. ¿Además no te parece romántico? Una noche estrellada sobre nuestros cuerpos desnudos...

—Y un borracho inyectándose heroína a tu lado... Si, muy romántico.

Llego por fin a mi auto y abro la puerta para montarme, pero él pone una mano en la puerta para empujarla y cerrarla nuevamente. Me está tocando los huevos y tengo prisa para ir a la casa de mi chica.

—¡No te voy a fallar! Y no le pasará nada al auto. Si te fallo tienes mi permiso para pegarme muy fuerte en la cara.

Una vida antes de ti || +18🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora