Dirty Body

Parte 4.

Aún no se acostumbra a su nueva vida, nuevos lujos y nuevos tratos. Pensó lo peor cuando fue obligado a irse de su trabajo, al escuchar las palabras de su jefe, "Te han comprado.", pudo pensar en su muerte. Tuvo miedo de lo que iba a pasar o de que le harían, no es normal que un día llegues a tu trabajo y tu jefe te plante que te han "comprado" y que ahora tengas que convivir con un desconocido.

Incluso con el sentimiento de sentirse incómodo, no detenía el agradecimiento de que no le hayan hecho daño, de que no lo estén golpeando a cada rato, o tocando sin su consentimiento. Se siente tranquilo en esa parte porque fue prometido jamás hacerle tal cosa.

Convivir con el Señor Seo había sido todo lo contrario a lo que pensó, se siente incluso protegido con su sola presencia.

Claro que no solo estaba todo el día en la enorme y lujosa casa, Changbin lo sacaba un rato de esa casa para ir a comer o acompañarlo en hacer tratos. Se había hecho algo de su rutina ya acompañar al mayor a su night club, donde se quedaba ahí toda la noche esperando la hora en volver a su nueva casa junto al mayor.

Cuando tenía el permiso de tomar lo hacía de lo contrario se mantenía sentado, hablando con la barrista o bailando un poco, buscando la diversión de la noche.

—Aquí tiene Joven Yang, el Señor Seo me pidió que te preparara de tú favorito - habló la mujer con unas sonrisa, entregándole la bebida al menor.

—Gracias Soyeon - le devolvió la sonrisa para luego tomar un poco de su bebida, buscó al mayor con su mirada y al no verlo volvió a mirar a la chica. —¿Donde está el Señor Seo?

—Dijo que volverá rápido, solo recolectaría unas cosas y vuelve - respondió la chica, haciendo otro trago para un cliente.

Jeongin se quedó sentado mientras tomaba de su trago, cuando acabó Soyeon le preparó otro, y cuando acabó ese preparó otro más. Estaba aburrido de estar sentado, ya la música le cansaba al igual que ese ambiente que consideraba divertido hace unas semanas.

Se levantó de la silla y salió del lugar, no tenía intención de irse, no sabe en dónde está parado exactamente, solo se sentó en el cemento  y abrazó sus piernas. Veía los pocos autos pasar por esa calle que era iluminada por poca luz, piensa en Felix, ¿Estará bien? Piensa en Jisung, fue con el único que no habló antes de todo este desastre

¿Podrá verlos de nuevo? Los extraña demasiado, eran ellos que lo sacaban de sus días oscuros, sus altas risas y tontas bromas eran lo que lo mantenían bien.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro recordando cada momento con sus amigos, los únicos dos que tiene y sin darse cuenta había derramados algunas lágrimas.

Extraña sus amigos, los quiere ver y abrazar como de costumbre, quiere reír con ellos y hacer bromas para así olvidarse de la loquera ocurrida.

La presencia de alguien lo asustó y darse cuenta que no era Changbin o Soyeon lo asustó más. Un señor, parado frente a el, morándolo con una sonrisa retorcida que le causaba escalofríos, su mirada oscura, no parece estar en sus cinco sentidos.

Debe entrar antes de que sea tarde.

Se levantó rápidamente y antes de dar un paso para irse fue tomado de la muñeca. —¡Aquí tengo uno! - gritó el desconocido.

Jeongin comenzó a forcejear para soltarse del desconocido, otros dos se acercaban con rapidez, asustando más al menor.

—¡Suéltame! - pidió en un grito desesperado pero el desconocido solo reía como loco mientras lo empujaba más hacia los otros desconocidos.

Su miedo creciendo dentro de el, perdiendo la fuerza de sus piernas, lo único que pudo hacer fue tomar una grande roca que estaba tirada en el suelo y pegarle al hombre con ella.