Capítulo 4

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Min Joon

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Min Joon

Desperté en el piso de la sala, mi cara estaba pegada al piso, sentía dolor en todo el cuerpo, principalmente en mi cabeza bajando a mi ojo, acerque mi mano a mi ojo izquierdo donde el dolor era más fuerte, sentí la sangre seca en el, no podía abrirlo siquiera, recordé todo lo que había pasado la noche pasada y la furia dentro de mí se hizo presente.

Me levanté tambaleante hacia el baño de la planta baja con una mano cubriendo mi ojo al sentir cada vez dolor en este, al llegar me observe en el espejo y vi lo que hice idiota había provocado.

–¡Jodete maldito omega!– Grité al ver el gran corte en diagonal en mi ojo.

Volví a ver al espejo y me vi sintiéndome asqueroso, ni siquiera podía abrir el jodido ojo, dolía como mil infiernos.

Le di un fuerte golpe al espejo al recordar al idiota que me había hecho esto, pronto los cristales del espejo cayeron y haciendo que algunos se incrustaran en mi mano y brazo.

–Grandísimo hijo de puta–insulte nuevamente con la respiración agitada–te encontraré y te juro que ahora si te mataré, te mataré.

Matarlo sería poco, lo torturaría hasta que pagará por lo que me hizo, lo haré sufrir hasta que ya no pueda más.

Subí por las escaleras tambaleantes, hasta el cuarto de Seong Jin completamente solo, su cama estaba destendida, un peluche de pingüino se encontraba sobre esta misma, lo tomé acariciándole simulando que era Seong Jin.

–Ese imbécil me quitó a mi pequeño, eso tampoco se lo perdonaré.

Siempre he sido una persona fuerte, no me importa lo que sientan o piensen los demás, pero en esa fría habitación de madrugada me permite llorar, mientras de alguna u otra forma planeaba mil formas de encontrar a ese omega y asesinarlo con mis propias manos

Nun Sun

Abrace a Seong Jin, pegándose a mi pecho donde comencé acariciar su espalda, solté ligeras feromonas para lograr calmarlo, pronto comenzó a bostezar y sus ojos comenzaron a pestañear, hasta que alguien azotó la puerta, haciéndolo brincar.

–Uy, lo siento ¿Quieren algo de cenar?– preguntó In Su, llamando la atención de Sua que no había cenado nada y volteándome a ver con ojitos suplicantes.

–Solo para el por favor.

–Está bien, también traeré algo para que te cures.

Toqué mi herida de la frente y aun dolía mucho. Trajo un plato con algunos mandu que Sua devoró uno por uno y a mi un botiquín de primeros auxilios, sabía perfectamente cómo hacerme curaciones.

–¿Pero qué te pasó? Si no es de mucha indiscreción claro– pregunto mientras curaba el pequeño golpe.

–Eso no es de tu interés y no me gustaría hablar de eso, no frente a él.

La Inmensidad De El Mar (𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora