Tras años de maltratos por el que se supone que seria su compañero de vida, Nun Sun huye de su país de origen y de un alfa manipulador junto con su pequeño, llegando a un puerto donde comenzara una vida nueva, lleno de miedos y temores, también don...
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Devon
La historia de cómo caí a un pozo sin fondo es compleja, existen muchos hilos donde conectar cada pieza, tal vez fue desde que andando en bicicleta me caí y no quise subir por meses a una o cuando supe la verdad sobre el hada de los dientes, o tal vez y solo tal vez cuando sentí perderlo todo, como dije miles de hilos conectan mi caída, desde mi nacimiento hasta el punto donde estoy ahora.
Comencemos atando hilos.
Mis padres.
Todo comienza cuando Thomas Bedward era muy malo en ciencias y lo obligaban a tomar clases extras, recuerdo y se esta historia tan "romántica" como la palma de mi mano por mi molesta hermana que le encantaba que se la contarán una y otra vez.
Thomas Bedward, otro hilo que conduce a la gran caída.
Thomas era un chico con una familia bien económicamente, lo que se le llama clase media, su padre era comerciante por lo que nunca estaba en casa y su madre una ama de casa; de las clases extras de Thomas solo había 10 chicos de los cuales él no se hablaba con ninguno.
Por todo el instituto se rumoreaba la llegada de un chico nuevo, que tenía los ojos lindos, era un omega, piel blanca, etc.
–¿Ya vieron al nuevo? Lo vi en la sala del director, si no fuéramos los dos omegas sin duda me lanzaría– replicó un compañero de las clases extras.
Es muy lindo.
Es jodidamente sexy.
Creo que algo se mojo dentro mi cuando lo vi.
Son los múltiples comentarios que Thomas escuchó durante la horrible hora de ciencias.
–¡Thomas Bedward! Es su turno de regar las plantas después de la clase, los demás feliz fin de semana. --señaló el profesor poniéndose de pie para salir con sus cosas en manos y los demás alumnos saliendo tras de él, Thomas solo soltó un suspiro.
–Día de mierda.–mencionó cuando ya no quedaba nadie en la sala y se disponía a llenar una pequeña cubeta con agua en el baño.– ¿Por qué tanta fascinación con ese chico? De seguro le huelen los pies y ni se ha de bañar.
Comenzó a llenar la cubeta con el grifo de agua del baño, soltando una risa con un pensamiento que le llegó de repente.
–Debería buscarlo y darle un baño.
Al estar tan inmerso en su pensamiento, no se dio cuenta que la cubeta estaba casi llena, por lo que la tomó y se dirigió a tirar un poco por las ventanas de la sala de ciencias, tomó impulso y sin darse cuenta una figura masculina se le atravesó, mojándolo por completo.
–Lo siento, lo siento, no te vi.
El chico estaba completamente mojado frente a él con una expresión de asombro.
