Tras años de maltratos por el que se supone que seria su compañero de vida, Nun Sun huye de su país de origen y de un alfa manipulador junto con su pequeño, llegando a un puerto donde comenzara una vida nueva, lleno de miedos y temores, también don...
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Eran casi vacaciones de verano, para algunos significa descanso para mi cuidar a mis hermanos ya que era la temporada alta para mis padres y se la pasaban de hotel en hotel.
Mamá me dio la tarea de recogerlos en su escuela que quedaba relativamente muy cerca de la mía, por lo que salí con el fuerte sol de Junio azotando mi cabeza, estaba apunto de llegar cuando algo llamó mi atención, una niña "peleando" con tipos mucho más grandes que ella, al parecer la habían molestado o algo así.
Continué caminando hacia ellos, al llegar me percate que no era una niña común, era Alice, se encontraba dándole patadas al chico mientras se reía de su pequeño tamaño.
-¡Alice! Basta de peleas, vámonos ya.-tomé la mano de mi hermana enojada, sacándole la lengua al tipo.-Ali basta ¿Dónde está Josh?
Alice era bastante callada pero cuando hablaba tenía la posibilidad de destruir personas.
-Fue a buscar algo con que golpear a la cara del hipopótamo que nos quitó nuestro desayuno.
-¿Cómo me dijiste? ¿Cara de que?- el chico volteo furiosamente hacia nosotros, su olor era fuerte y penetrante.
-De hipopótamo o más bien toro.
El chico se acercó enojado a nosotros y me tomó del cuello de la camisa.
-No le puedo hacer nada a tu hermanita, pero a ti sí.
Prometí no meterme en más peleas, lo juré por mi madre.
Cerré mis ojos esperando el primer golpe, siendo reemplazado por un fuerte golpe en la cabeza del chico, Josh había encontrado un palo de escoba con el que le golpeó la cabeza fuertemente, el chico me soltó y volteo hacia mi pequeño hermano, este retrocedió un poco.
-Si parece más un toro.
Tome la mano de Alice y Josh y corrí lo más rápido posible, mientras nos perseguía, el tipo no alcanzo, otra vez me había tomado del cuello y me propició un golpe en el ojo, debía defenderme aún así me regañaron.
Cuando estaba dispuesto a darme más golpes, llegó un ángel bajado del cielo o eso creí, la chica quito al tipo de encima mío, Juliette me salvo, mientras se peleaba con aquel gran sujeto yo buscaba a mis hermanitos, hasta que finalmente los encontré escondidos detrás de un bote de basura.
-¿No crees que eres muy grande para pelear con niños pequeños? Que miserable.
Le dio una patada que lo dejó llorando en el piso.
-Y tú, ¿Que no te ha servido nada el Taekwondo?
Se acercó a mí con su misma expresión de fastidió, cambiándola cuando vio a mis hermanos y mi ojo hinchado por el golpe.
-Te compraré un helado para agradecerte tu ayuda y para que se me desinflame el ojo, vengan niños.
