Ale siempre odiaba los lunes, despertar en uno significaba volver a la rutina, levantarse pronto y tener un humor por los suelos. Ese pensamiento no desapareció cuando entro en la academia, pero aquel lunes había algo distinto. El ambiente en esas cuatro paredes era denso y por fuera muy tranquilo, ya que todo estaba en silencio. Sin embargo, en el fondo sentía que allí mismo, había millones de guerras internas y todo sobre la gala del otro día.
La realidad es que si lo había.
Sus ojos no tardaron en conectar con los de su antigua compañera de canción. Observó como ese par de iris reflejaban el torbellino de emociones que existía en su interior, pues estos mismos no tardaron en cristalizarse cuando Ale sonrió, con empatía.
No quería sentir lo que Suzete padecía en esos momentos.
Entonces, una mano se apoyó en su hombro derecho y, al buscar a la persona dueña de esta, encontró a Ruslana, a su lado. Ella también tenía en su mirada un deje triste y apenado.
—Podría haber sido alguno de nosotros —justificó la pelirroja. Y tenía razón—. Suzete es fuerte, lo sabes.
—Pero es duro —dijo, mostrando su frustración. Ocultó su rostro tras sus dos manos, exhausta—, no quiero ver el repaso de hoy, no quiero ver a Suzete triste, ni siquiera a Lucas.
Porque aunque le doliera la posible expulsión de su amiga, Lucas también se había ganado un trocito de su corazón. Su optimismo y amabilidad habían sido cualidades suficientes para considerarlo como un gran amigo y no quería que tampoco se fuera.
—Es algo que no podemos controlar —respondió Ruslana y descanso sus manos sobre los brazos de su amiga, en busca de reconfortarla—, tenemos que seguir, no puedes estar así toda la semana, aprovecha lo que pueda quedar con ella, ¿vale?
—Vale —suspiró y sonrió—, porque solo lo dices tú, ¿eh?
Ruslana negó con la cabeza, divertida y se alejo para preparar su desayuno. Ella segundos después copió su acción. No dudo, una vez en mano su tostada con aceite y su vaso con zumo de naranja, sentarse al lado de Suzete. Algo más relajada, mantuvo una charla amena con los compañeros de la mesa.
Hasta que tocó el maldito repaso.
—No entiendo que os pasó ahí —mencionó Manu, cuando el vídeo de su actuación terminó. Las dos chicas estaban sentadas codo con codo, abrazándose. Ale sobre todo estaba pendiente de la actitud de Suzete—, mira que en los dos pases, en especial el segundo, lo bordasteis. Creo que ya lo sabéis, pero ambas tenéis un vozarrón.
—Yo, por mi parte, creo que estábamos algo nerviosas —respondió Ale—, se ha notado mucho en la voz...
—E incluso en la grupal —añadió Noemí.
Suzete bajo la mirada.
—Tengo confianza en que lo hagas espectacular en la actuación del próximo lunes —dijo Manu, dirigiéndose a Suzete.
—Además, podría haber sido cualquiera, ¿eh? Que no os penséis que lo habéis hecho perfecto todo.
El comentario de Noemí quitó la sonrisa de la mayoría de los concursantes. El resto del repaso fue rápido y más relajado en cuanto a errores. Cuando el turno de Lucas tocó, la burgalesa no pudo reprimir apoyarle posando su mano en su brazo, ya que no estaba tan lejos. Los primeros expulsados eran el peor de los casos, era irte sin poder saborear la experiencia del todo.
—Tengo el presentimiento de que nos va a tocar juntas —opinó Chiara.
Estaban esperando a que su plato fuera llenado con comida y por cosas del destino, las tres eran las últimas. Eso significaba dos cosas; poder morir de hambre hasta llegar a esta o no tener nada de lo bueno disponible. El pie de Ale se movió impaciente, incapaz de controlar su estrés.
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remedio. juanjo OT23
FanfictionLa relación de Juanjo y Ale no empezó con buen pie. Tres meses tras su último encuentro, tendrán que volver a reencontrarse para pelear por una plaza dentro de la academia, aunque ninguno de los dos se soporta. Sin embargo, la fachada oculta las ve...