Capítulo 78: Escape

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Hola Pergaminos y Nazarinos, otro capítulo candente de mi fanfic El Que Volvió.

Néia necesita tomar una gran decisión.

Con ustedes

El que volvió

Capítulo 78: Escape

- Fui una idiota, ingenua...

- Capitana.

- ...impulsiva, despreparada...

- ¡Capitana!

- ...infantil...

- ¡CAPITANA!

- ¡SÍ! Sí, perdón.

- ¿Qué fue eso?

- Una trampa, una artimaña, y caí directamente en ella. Quien lo hizo sabía que vendría tras Gustav y me mantuvo lejos de la capital todo este tiempo para poder atacar. El ejército que vimos dirigiéndose hacia Kalinsha probablemente sea solo una parte de todo. La mayoría debe haber ido directamente a la capital.

- Pero no vimos ningún otro rastro. Un ejército tan grande dejaría huellas incluso en la nieve.

- Deben haber ido por la costa. El camino es más difícil y largo. Quien planeó esto es bastante inteligente.

- Remedios Custódio.

- ¡NUNCA! Esa mujer es una puerta. Su único pensamiento es atacar directamente con fuerza. Alguien la está ayudando con estrategias.

- ¡Pero ella murió! ¡¿No murió?! La señora incluso destruyó el cuerpo.

- Sí, no, no lo sé. No sé cómo, pero es ella. Reconozco la letra, reconozco el tono.

Néia no dijo más después de esa conversación. Intentó usar un pergamino de mensaje dos veces, una para intentar contacto con Caspond y otra con Rali'ah. Ambas veces, el mensaje falló. Algo bloqueaba su comunicación. Esto significaba que la ciudad ya estaba sitiada.

Un día completo había pasado desde que comenzó esta carrera desenfrenada. La noche llegaba rápidamente cuando avistaron Kalinsha. La ciudad también estaba rodeada.

- ¿Qué haremos, Capitana Néia?

- Todos parecen concentrados atacando la ciudad.

El Nazarin sonrió.

- Eso significa que nadie estará mirando hacia atrás.

El grupo partió utilizando las últimas fuerzas que les quedaban de sus caballos. La falta de luz y la poca nieve que caía cubrían su llegada. Pasaron a toda velocidad por el campamento, y cuando alguien se dio cuenta, el grupo ya estaba en la línea del frente.

- Abran paso, derriben a cualquiera que esté en el camino - la voz de Néia era tranquila y baja, pero era escuchada por los Nazarins como si hablara en sus oídos.

El grupo estaba siendo perseguido cuando llegaba a las puertas de la ciudad. Si nadie les abría, el grupo sería muerto a los pies del muro.

Pero los soldados de la ciudad no abrirían en esas circunstancias. Podría ser una trampa.

Néia respiró hondo.

- ¡ABRAN LOS PORTONES! - ordenó ella con todas sus fuerzas.

Inmediatamente los portones se abrieron, un pelotón salió por ellos y cubrió al grupo, mientras una lluvia de flechas alejaba a los atacantes. Los Nazarins avanzaron hasta la primera plaza, donde fueron rodeados por los soldados de la ciudad.

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