Capítulo 89: La caída

32 8 3
                                    

Hola Pergaminos y Nazarins, Mr.Bones trae otro capítulo de mi fanfic El Que Volvió.

Néia se enfrenta a su desafío más difícil hasta el momento.

Con ustedes

El que volvió

Capítulo 89: La caída

- ¡No! ¡No ahora! - se quejó una angustiada Néia.

Detenida en las escaleras había una Paladina con armadura completa, en su mano una espada común y en su cintura otra aún mayor envainada.

- Vaya, ¿por qué la sorpresa?

- ¿Cómo entraste en la ciudad, cómo llegaste aquí?

- Hmm, con toda esa locura en las puertas días atrás, era lógico que alguien pudiera infiltrarse en la ciudad. Y por lo que sé, "las puertas de tu iglesia siempre estarán abiertas", una filosofía bonita, pero nada segura - se rió la Paladina.

- ¿Eres Remedios? ¡No puedes ser ella!

- ¿Por qué? ¿Debería estar muerta?

- Remedios no tenía sentido del humor, ni siquiera uno enfermo y distorsionado.

La Paladina dejó de sonreír y miró al cielo como si intentara recordar el pasado.

- La vida nos cambia. Traté de salvar este reino de la única manera que sabía, siguiendo las enseñanzas más altas de nuestra orden, el Honor. Aun así, prefirieron las artimañas y distorsiones de un extranjero no-muerto.

- Las enseñanzas fueron hechas para guiarnos, pero no para quedarnos atrapados en ellas. Esa guerra no se ganaría dejando que la gente muriera por nuestra honra.

- En su lugar, dejaste que nuestra gente muriera por las mentiras e invenciones del brujo.

- ¿Sacrificar a uno para salvar a mil o dejar que mil mueran para que uno viva? - cuestionó la arquera.

- Buena pregunta. Si mil murieran por la verdad, los dejaría sin pestañear.

- Esa es la diferencia. Pondrías tu honor por encima de todo y de todos. ¿Y a dónde nos llevó eso? Con la muerte de la Reina Calca, con la muerte de tu...

- ¡CÁLLATE! ¡Nunca más menciones sus nombres! No tienes derecho. La muerte de la Reina Santa y de mi hermana son mi responsabilidad y solo yo puedo llevar este peso, pero tú no tienes derecho a hablar de ellas.

Néia vio el dolor y el odio en los ojos de Remedios. Ella sufría por eso, y ese dolor alimentaba el resentimiento hacia el Rey Hechicero.

- Tu "salvador" tenía el poder para vencer a Jaldabaoth. Tenía otros recursos. Solo esperó a que estuviéramos arrasados y demasiado frágiles para ver sus artimañas.

- El Rey Hechicero podría tal vez haber destruido al demonio junto con la mitad de nuestro reino. Aun así, prefirió salvar el máximo de vidas.

- Prefirió tener el máximo de esclavos, siguiendo ciegamente a un rey títere y escuchando las palabras seductoras de una traidora.

- Nunca traicioné al reino, nunca traicioné quién era. Te traicioné a ti. Representabas todo lo que estaba mal en nuestra orden: tu orgullo, tu arrogancia, tu desprecio.

- ¿Qué sabría una niña? Tú desobedecías las órdenes más simples. Si fuera por mí, estarías en la muralla.

- Y habría ido de buen grado, obedeciendo las órdenes de un verdadero líder.

- Tu padre, El Negro, El Carnicero de los Demi-humanos. No sé qué vio tu madre, una Paladina, en él.

- Vio algo que tú nunca tendrás: la fuerza para hacer lo que sea necesario para proteger lo que ama.

El que volvioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora