En una noche nevada, él regresa [8]
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Media hora después, el equipo de seis integrantes se detuvo en medio del bosque. En ese momento, estaban a un poco más de un kilómetro del albergue.
El frío los frenaba, y la búsqueda del polvo incandescente los hizo caminar una larga distancia. Por fortuna, los árboles bloqueaban la ventisca y la nieve, por lo que al menos pudieron localizar algunos rastros de polvo en el camino.
Pero todos habían forzado tanto la vista que sentían que pronto podrían quedarse ciegos.
Después de un breve descanso, Peng Mingfan miró hacia atrás y dijo:
—Zhang Zhiqiu no nos siguió.
Qian Wei:
—¿Se sentirá culpable?
An Ning:
—¿Culpable de qué? ¿Puede una persona como él todavía sentirse culpable? Se atrevió a matar a Li Yingjun y estaba muy decidido a completar el juego, ¿por qué correría por el bosque? Puede quedarse acostado y dormir cómodamente.
Qian Wei se rascó la cabeza.
—Eso es cierto.
An Ning:
—¡Por supuesto!
Después de tres días, las peleas verbales de Qian Wei y An Ning se habían convertido en algo casi cotidiano. Zhao Ping se sintió más aliviado al mirarlos pelear, y sus preocupaciones por el desaparecido Li Shuangshuang se dispersaron.
En realidad, no estaba de acuerdo con la deducción de Qian Wei sobre cómo completar el juego. Tenía algunas dudas sobre por qué Zhang Zhiqiu estaba tan seguro de esa teoría. Pensando así, caminó hacia Peng Mingfan y le preguntó:
—¿Crees que Zhang Zhiqiu tiene algún problema?
Peng Mingfan negó con la cabeza.
—Ahora no estoy seguro. Empecé a sospechar que Zhang Zhiqiu es un PNJ, pero... ¿Por qué un PNJ debería matar a Li Yingjun? Claramente, si no es un PNJ, su comportamiento genera muchas dudas.
Qian Wei intervino:
—En resumen, ese hombre tiene algunos problemas.
An Ning:
—Simplemente no ha convivido con tanta gente.
Los dos casi comienzan otra discusión. Mientras tanto, Tang Cuo y Jin Cheng encontraron otro rastro de polvo y caminaron en dicha dirección.
Tang Cuo llevaba puesto su abrigo militar, ayer se lo quitó cómodamente en la cocina y hoy se la volvió a poner tranquilamente antes de salir, afuera está frío, y ya perdió un punto de vitalidad después de caminar un poco.
—¿Qué crees que encontraremos? —preguntó Jin Cheng.
—Un cadáver —respondió Tang Cuo de manera concisa.