Iba de camino al parque de mi vecindario, solía ir a correr ahí como algunos otros vecinos.
Comencé a correr después de colocarme los audífonos.
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Después de una hora y media de ejercicio, me detuve para descansar un poco. Hasta ese momento noté que el parque estaba casi vacío, casi. Una chica de largo cabello castaño estaba sentada sobre uno de los columpios, meciéndose lentamente. Sostenía un cuaderno en su regazo y miraba a la nada. Toda una escena de película de terror.
Alguna fuerza extraña me empujó a que le hablara a aquella solitaria chica.
Caminé hasta los columpios y ocupé el que estaba al lado de la castaña.
Volteé a verla, al parecer no había notado mi presencia.
"Hola" me atreví a hablar.
Ella volteó lentamente en mi dirección y sus ojos se clavaron en mi rostro. No pude leer nada en su mirada, era tan fría que me causó escalofríos.
"No hablo con extraños" fue su respuesta. Después volvió a concentrarse en ver el césped bajo sus botas.
"¿Y cómo conseguiste amigos?"
Sin mirarme respondió:
"Si tuviera amigos, no estaría aquí sola".
Bien, en eso tiene razón. Pero es extraño que no tenga amigos, todos tienen al menos uno. ¿No es así? Por lo menos un amigo falso e hipócrita, pero no tener a alguien es muy extraño. No podía imaginarme mi vida sin mis amigos de la escuela.
"¿No tienes amigos?" quise asegurarme.
"Claro que sí" uf, todo fue una broma. "Se llaman lápiz y papel" continuó, apuntando su cuaderno.
"¿Es broma?"
"Es tan cierto como el hecho de que eres un entrometido" respondió cortante.
Me levanté del columpio, totalmente ofendido. Mi ceño estaba fruncido y mis palabras sonaron más bruscas que nunca cuando hablé.
"Disculpa, sólo quería charlar. Ya descubrí por qué no tienes amigos"
Ella sólo respondió:
"Que bien. Felicidades".
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Espero que les guste esta historia corta :3.