Ese día no salí de casa para ir a correr como lo estuve haciendo durante los últimos meses. Sólo quería ver a Samantha, mis padres me habían dado la peor noticia de mi vida.
Encontré a mi chica favorita sobre el columpio, esta vez no llevaba consigo el cuaderno donde solía dibujar.
"Samantha, me iré de la ciudad", se lo solté así, sin más.
"¿Y?"
Esa respuesta no me la esperaba, sabía que la chica podía ser cruel pero aquello era demasiado.
"¿No te importa?"
"El que se va eres tú"
Maldita sea, Samantha. Eres la chica más imposible que he conocido. No le había hecho absolutamente nada, pero ella me trataba como si no le importara después de todo lo que había sucedido.
"¿Nunca vas a creer en el amor?", le pregunté acercándome a ella.
"Nunca"
Su respuesta me hizo detenerme por completo.
"Pobre de ti", le dije realmente molesto.
"Lo mismo digo"
Por dios, estaba por largarme de la ciudad y a ella no le importaba lo más mínimo. Y yo que la amaba, pero ella sólo había jugado conmigo con una de las peores maneras.
"Adiós, Samantha", le respondí antes de explotar y sólo alcancé a escuchar que ella pronunciaba un:
"Adiós"
♥
