Capitulo 26.

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2036
Aslan.

Desperté escuchando a Mallory tocar el piano desde el otro lado de la habitación. Su música era tan hermosa y melódica, que me hacía sentir como si estuviera en otro mundo.

Observé el reloj y frunci mi ceño cuando note que era media noche así que me levanté de la cama y me dirigí a la habitación. Al observarme ella sonrío.

— ¿Qué piensas de esta canción? — preguntó ella, dándome una sonrisa coqueta.

Yo asentí con la cabeza, sonriendo. Me percate qué era la canción de nuestra boda, con notas alegres.

— ¿ es la de nuestra boda?.

Ella asistío y dejo de tocar el piano — siempre me tranquiliza. No he podido dormir muy bien en estos días. —me cuenta.

—¿pesadilla?. — dije acercándome a ella.

Mallory asistío.—  siempre es la misma pesadilla. Me subo al auto contigo y un auto se atraviesa.

Escuché su historia con preocupación.

— ¿Y qué pasa después en tu pesadilla? — pregunté, con una voz suave.

Mallory se quedó en silencio por un momento, luego habló con voz temblorosa.

— solo escuchaba llamar mi nombre — hizo una pausa, tratando de controlar sus emociones — aunque quise decir algo, tu no escuchabas.

Me quedé en silencio, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. No sabía qué decir para consolarla.

— No te preocupes — dije finalmente — solo es una pesadilla. Estoy aquí contigo y no voy a ninguna parte.

Mallory me miró con ojos brillantes. — lo prometes.

— lo prometo.

Sentí su piel suave bajo mis dedos mientras acariciaba su mejilla. Ella era tan hermosa, tan delicada, que me parecía increíble que me hubiera elegido a mí.

Me sentía como el hombre más afortunado del mundo por tenerla en mi vida. Cada día, me enamoraba más de ella y cada noche, me quedaba despierto pensando en lo increíble que era nuestro amor.

Mientras la veía ahora, sentí una oleada de emociones invadirme. Amor, protección, alegría, todo se mezclaba en una sensación que me hacía sentir vivo.

— vamos a la cama. ¿ Si?. — le propuse y ella asistío tomo mi mano y sonrío porque a pesar de tener un año de casado. Cada día me sentía increíblemente feliz de ser su esposo y de poder pasar mi vida con ella.

Recuerdo el día de nuestra boda, cómo ella se veía tan hermosa en su vestido blanco, cómo nos prometimos amarnos para siempre.

Esa promesa seguía siendo válida hoy, incluso más fuerte que nunca.

Mientras caminábamos, sentía una sensación de paz y felicidad que no había experimentado nunca antes. Mallory era mi todo, mi mundo, mi razón para vivir.

Le había jurado estar allí cuando me necesitara. Y es una promesa que queria cumplir.

Nos acostamos en la cama y ella se acomodó en mi pecho. Yo la rodeé con mis brazos, sintiendo su cuerpo cálido y suave contra el mío. Ella me miró a los ojos y me sonrió. — ¿Crees que nuestro amor es tan grande como el universo? — preguntó.

Cuando Tu Luz se Extinguió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora