—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?
En realidad...no...
Siempre que intento decir algo para arreglar una situación, solo lo empeoro.
Wang Yibo se aproximó hasta mi y cada vez sus pasos se hicieron más lentos, como si dudara de seguir.
—Yo creo que deberíamos... entrar, hace frío...—sonreí nervioso
—Zhan, quedemonos aquí —me miró de forma intensa y supe que estaba en problemas.
¡Auxilio!
Tocó despacio mi rostro con su mano y acercó su rostro.
¿Enserio piensa hacerlo?
¿Y si alguien nos ve?
Aunque quise moverme, mi cuerpo se quedó congelado.
Sus labios se ven muy dulces desde aquí...
Separó sus labios y tocó los míos con la punta de su dedo para separarlos, pero antes de poder besarme la puerta se abrió y escuchamos la voz de Yubin y el señor Lee.
—¡Aquí están! —dijo el señor Lee
No supe en qué momento nos separamos, pero cuando reaccione, Wang Yibo estaba parado lejos de mi apoyado en la bara luciendo como el galán que es.
—¿Nos estaban buscando?—intente caminar pero mis piernas temblaban
—Zhan Zhan, no me contaste que tenias cigarros para fumar —habló emocionado—. Yubin me contó que saliste a fumar, así que ....—olfateo a su alrededor—No percibo el olor a tabaco...
Qué manera de atraparme en la mentira...
—Yo... creí que había traído pero los olvide en casa, así que...solo tomé un poco de aire
—Oh, entiendo...es una lastima —suspiró y casi cae al suelo siendo atrapado por Yubin
—¡Señor Lee! —me miró Yubin nervioso—. Bebió más de lo que debía, tuve que acompañarlo hasta aquí
No me sorprende...
Mire rápidamente a Wang Yibo, esta podía ser una buena forma de escapar.
—Te ayudaré a llevarlo a un taxi, sería mejor que regrese a casa ahora.
—Muchas gracias —asintió más relajado.
—Ya pasan de las once —comentó Wang Yibo revisando su reloj de muñeca—. Tendremos dificultad para conseguir transporte, debemos buscarle un taxi ya
Asentí obediente y empecé a caminar detrás de Yubin y el señor Lee que se tambaleaba de forma graciosa.
—Zhan —Yibo me detuvo del brazo—. Ya es tarde para conseguir tren.
Lo pensé un instante, tal vez podría conseguir un taxi también.
—Quedate en mi casa.
"No dejaré que interrumpan más, así estaremos solos"
¡¡Ahhhhhh!!
Sentí que mis mejillas ardían y sé que mi rostro se puso rojo por eso, no pude dar más respuesta que salir corriendo a toda velocidad y gritar :¡No sé preocupe!
¡Qué vergüenza!
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