—Esta delicioso —sonrió Wang Yibo
—Mi madre me enseñó a cocinar cuando era un niño, pero la verdad es que, la primera vez que cocine, ni mis perros quisieron probarlo...salieron corriendo, todo es cuestión de practica —comenté bebiendo lo último de café
—¿Podrías prepararme el desayuno siempre?
Tosi casi escupiendo el café.
Este hombre hará que me de un infarto!!!
—No creo que...pueda venir todas...las... mañanas...para...
—Estoy bromeando, ¿Te imaginas lo caro que saldría si vinieras todos los días? —soltó una risita burlesca, y siguió comiendo.
—Sí, muy caro...
—Seria más fácil que vivieras aquí —murmuró y a penas si pude escucharlo
Me apresuré a comer tan rápido como pude y terminamos el desayuno.
Pasó una hora y ambos ya estábamos listos para ir al trabajo. Me puse mi saco y al buscar mis zapatos, noté el detalle que había dejado la bufanda que me dio sobre el futón.
—Yo, lo olvidaba —sonreí avergonzado y sostuve la bufanda—. Muchas gracias por la bufanda, voy a lavarla y te la devolveré mañana
—No, está bien —dijo Wang Yibo y cogió la bufanda para después dejarla sobre la mesa.
Fue solo un instante, pero nuestras manos chocaron y pude escuchar sus pensamientos.
"El aroma de Zhan está en esa bufanda..."
¡¡¡Qué miedo!!!
¿Quien quiere el aroma del perfume de otro?
—¿Sucede algo?
—¿Qué? No, nada...
—¿Nos vamos?
Asentí nervioso y salí de su departamento como si mi vida dependiera de ello.
🌸🌸🌸🦁🐰🌸🌸🌸
—¿Qué tú que? —cuestionó incrédulo
—Hablo enserio...—insistí con seriedad
—¿Esperas que te crea que por ser virgen ahora puedes escuchar los pensamientos? Entiendo que digas que uno de tus compañeros de la empresa siente algo por ti y que estás nervioso, pero no inventes cosas...
Gruñí frustrado.
Sabía que no me creería pero aún así le conté.
Les presento a Gao Ayanga, mi mejor amigo de la universidad. Es escritor, alto y atractivo. Sus libros son muy conocidos y ha ganado premios, todos sobre romance, así que es el indicado para pedir ayuda.
—Zhan, ¿Estás consumiendo algún...?
—¿Qué? ¡No!
Me golpee la cara con la mesa del restaurante y reaccione al darme cuenta de que parecía un niño haciendo berrinche.
—Por favor, trata de creerme... —hice un puchero, y accidentalmente choqué si pie con el mío
"¿A caso está loco? Debe estar trabajando muchas horas sin descanso... ¿De dónde saco eso de los poderes por ser virgen a los treinta? Ridículo... Aunque...cumpliré treinta en dos días y también soy virgen...pero no puedo confesar eso"
