CAPITULO 10: WORM FEVER

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La cafetería de Joe era el único local, en todo el pueblo, que tenía una maquina árcade y era el de Pac Man. Joe la consiguió en el 85 pensando que eso ayudaría al negocio y, hasta cierto punto, así fue. El problema era que los jóvenes de aquel entonces no querían perder su tiempo jugando videojuegos sino coqueteando con las chicas o practicando para ser grandes jugadores de la NFL entre otros pasatiempos. Él único que iba a jugar aquel árcade era el joven Billy Tenson quien siempre gastaba una buena parte de su mesada en aquellas maquinas tragamonedas con dibujitos hechos de pixeles. Y, como Joe supuso, ese día en especial iba a iniciar su verano gastando muchas de sus monedas en ese videojuego. Colocando la primera moneda e iniciando la partida, Billy comenzó a jugar.

En la estación de policía se encontraban esperando a que el Sheriff regresara, tenían que darle una importante noticia: los dos jóvenes desaparecidos habían vuelto a sus casas y al parecer la sangre que encontraron no era humana sino de un perro al cual habían atropellado por accidente la noche anterior. Entrando por la puerta de la estación, el Sheriff Garrison caminó hasta donde estaba la cafetera y mientras tomaba su tasa con café, se sirvió de aquel liquido, solo para después vaciar el azucarero en la taza sin oír a los demás que le decían:

- Sheriff, encontraron a los chicos desaparecidos- le contó Morris acercándose a él- al parecer anoche tuvieron un accidente y atropellaron a un perro. Estuvieron horas buscando alguna veterinaria que estuviese abierta hasta que, al encontrarla, se quedaron sin gasolina cerca de la granja de Bob

- Sí, Bob ya me lo contó- asintió Garrison con un tono apagado, tomando un poco de su endulzado café

- ¿Le dijiste sobre su camioneta?- le preguntó Gallardon, notando el extraño comportamiento del Sheriff quien prendió la radio y buscó una estación en particular

- Sí, se lo dije- sonrió Garrison, manteniendo aquel tono apagado. Sintonizando una emisora en especial, en donde se oía a Buckner y Garcia cantar "Pac Man Fever"- ya viene en camino para recogerla

La gasolinera de Ron abrió su portón y, saliendo de él, un reluciente Cadillac negro de la década de los 50, con llamas pintadas a los costados de las ruedas delanteras, encendió sus motores mientras unas criaturas verdes, que parecían gusanos con patas y piernas junto a una especie de esqueleto por rostro, sintonizaban la misma estación que Garrison había sintonizado. Riendo, aquellas cosas aceleraron mientras emulaban voces humanas que cantaban la canción.

Estaba decidido a romper su record, esta vez iba por la puntuación máxima y nada haría que aquel muchacho de cabello rubio, camiseta blanca y pantalones cortos azules con una gorra roja y blanca cubriéndole la cabeza, cambiara de opinión.

La puerta del almacén abandonado comenzó a abrirse y varias de aquellas criaturas, de manera sigilosa, salieron de allí dispuestos a divertirse un poco.

Otro Game Over, pero no importaba porque estaba cerca, ¡Podía lograrlo!

Acercándose a donde estaban las armas, Garrison tomó una y, repentinamente, disparó al techo mientras gritaba:

- ¡Yeehaa, es hora de cabalgar vaqueros!- apuntándole a Morris, quien se encontraba confundido, disparó, reventándole el pecho.

Los demás se levantaron de sus puestos sorprendidos cuando las puertas se abrieron y Bob, junto a su familia y unas criaturas salidas de una pesadilla, entraron en la comisaria mientras exclamaba:

- ¡Viejo!, ¡¿Sabes dónde está mi coche?!

Estaba por conseguirlo cuando ese condenado fantasma rosa lo emboscó. Aquel Súper Equipo de fantasmas coloridos no iba a vencerlo, aun podía conseguirlo.

En ese mismo local, a un costado, se encontraba el profesor de Billy, quien miraba con desapruebo el que ese muchacho desperdiciara su verano en esa maquinita. Levantándose con el periódico de ese día en mano, fue al baño. Cuando abría la puerta y miraba hacia atrás, no pudo divisar a la criatura que se encontraba esperándolo dentro. Tras cerrar la puerta se pudo oír un grito ahogado y, al poco tiempo, aquel profesor salió del baño con su periódico todavía en el brazo y una hilera de papel higiénico pegado a su zapato.

El hospital se encontraba en llamas, sin embargo doctores, enfermeros, pacientes y esas cosas se encontraban haciendo una fila en el pasillo, bailando una conga mientras oían la canción aunque la radio no estuviese prendida.

Dentro de la estación de policía, todos los oficiales estaban bailando y disparando varias rondas de sus armas al techo.

Aquel reluciente cadillac gastaba galones de gasolina mientras que las cosas continuaban cantando, siendo seguidos por varios vehículos de los granjeros, en los cuales viajaban mas de esos monstruos que tocaban bocina y festejaban rompiendo buzones con bates de beisbol.

¡Lo había conseguido! Tenía el puntaje máximo, ahora solo tenía que escribir sus iníciales. Tal era el entusiasmo que tenía Billy que no se dio cuenta hasta que vio, por el reflejo del vidrio del árcade, que tenía a varias de esas cosas detrás esperando pacientemente a que se diera vuelta, una de ellas tenía una moneda en sus garras.

En el puntuador se podían ver varios números al lado de varios nombres, estando escrito en el primer lugar:

1-WRM

WORMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora