I- Poema Inicial: El Grito de Espartaco

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El Grito de Espartaco

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El Grito de Espartaco


En la penumbra de la historia, una voz se alza fuerte,

un clamor de libertad, un destino que desafía la muerte.

Desde las sombras de Tracia hasta el corazón de Roma,

resuena el eco de un hombre que a todo un imperio asoma.


Espartaco, el indomable, el gladiador, el esclavo,

que rompió sus cadenas y al mundo dejó pasmado.

Con cada golpe en la arena, con cada herida y dolor,

forjó una leyenda, un legado de valor.


En el fragor de la batalla, su grito se oye vibrar,

un sonido que trasciende, que nadie puede silenciar.

¡Por la libertad!, exclama, y su voz es un torrente,

un río que arrastra a las almas hacia un futuro ardiente.


Espartaco, el líder, el visionario, el rebelde,

cuyo nombre enciende las llamas de la esperanza que se enciende.

Por los campos y las ciudades, su historia se va tejiendo,

un manto de libertad que el viento va extendiendo.


Y aunque el tiempo pase y las eras se desvanezcan,

el grito de Espartaco por siempre resplandecerá.

Porque no es solo un hombre, sino un ideal inmortal,

un sueño de libertad que nunca morirá.


Espartaco, el tracio, el hijo de la guerra y la paz,

en su alma ardía el fuego de la justicia y la verdad.

No solo luchaba por su libertad, sino por la de todos,

un grito que unía a los oprimidos en sus modos.


¡No más cadenas!, resonaba en cada valle y colina,

un llamado a la acción, una nueva y audaz doctrina.

Espartaco, el estratega, con su espada y su mente,

dibujaba un camino de libertad para su gente.


En cada victoria, en cada derrota, en cada triste adiós,

su nombre se convertía en símbolo de un nuevo nosotros.

Espartaco, el mártir, cuya sangre derramada en la tierra,

se convirtió en semilla de un mundo sin guerra.


Y ahora, su historia, contada en miles de lenguas y plazas,

inspira a los corazones a buscar caminos de esperanza.

Espartaco, el eterno, cuyo espíritu aún cabalga libre,

nos recuerda que la lucha por la libertad siempre vive.

nos recuerda que la lucha por la libertad siempre vive

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ESPARTACO: MEMORIAS DE UN GLADIADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora