EPILOGO

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Jungkook 

Dos años después

Sentado en mi oficina en Phoenix, fruncí el ceño ante el caso que acababa de llegar. Era el más inusual que jamás habíamos considerado. De hecho, era tan inusual que normalmente lo habría rechazado inmediatamente.

Lo que me detenía era que conocía al cliente en cuestión. Tristan Wells era un rompecorazones de Hollywood, conocido por hacer desmayar a personas de todos los géneros con su elegante encanto.

Lo conocí hace varios años cuando apareció haciéndose pasar por el novio de Kai. No sabía qué había estado pensando Kai con ese pequeño truco, pero no hace falta decir que le había explotado en la cara de manera bastante espectacular. Una vez que el polvo se asentó, Kai y Silas finalmente admitieron sus sentimientos el uno por el otro y Tristan regresó a Estados Unidos.

Me sorprendió saber que no había animosidad entre ninguno de ellos. Silas no me había dado todos los detalles, pero por lo que había dicho, Tristan había estado tratando de proteger a Kai. Silas no podía guardarle rencor por eso.

Pero era la otra cosa que había insinuado lo que me estaba haciendo echar un segundo vistazo a este caso: que Tristan se escondía de alguien. Eso, y el hecho de que Kai se hubiera puesto en contacto conmigo directamente para pedirnos que le ayudáramos, me había impedido rechazarlo.

Lo que sea que estuviera pasando claramente tenía al hombre asustado. Lo suficientemente asustado como para estar considerando algo tan descabellado como esto.

Mi teléfono se iluminó con una llamada entrante de Jin. Sonreí un segundo al ver la foto en la pantalla. Era una de mis favoritas. Descalzos en la playa, sonriéndonos el uno al otro. Acabábamos de intercambiar nuestros votos ante la mirada de nuestros amigos. Comprometerme con Jin para siempre fue sin duda el momento más feliz de mi vida.

Nos acercábamos a nuestro primer aniversario y habíamos estado hablando sobre el próximo gran hito en nuestras vidas.

Niños.

Me había sorprendido cuando Jin abordó el tema por primera vez, pensando que su infancia menos que estelar lo habría desanimado. Pero me había equivocado. Jin quería formar su propia familia conmigo. Una familia que pudiera criar bien y amar incondicionalmente.

Iba a hacer todo lo posible para que así fuera. En cuanto lo mencionó, empecé a buscar de todo, desde agencias de adopción hasta el mejor monitor de bebés. No había visto niños en mi futuro, pero ahora que Jin había plantado la idea, no podía dejar de pensar en ello.

Deslizando el dedo para responder a su llamada, lo puse en altavoz.

—Hola, cariño.

—Oye, tú. ¿Sigues trabajando?

—Sí. Sólo estoy esperando a que Corey regrese para poder discutir este caso con él.

—¿El de Tristán?

Me froté la nuca con la mano. Técnicamente, se suponía que no debía revelar las peticiones de los clientes a nadie, pero esta se salía tanto de lo común que le había pedido a Jin su opinión al respecto.

—Sí.

Jin resopló.

—¿Estás seguro de que es el indicado para el trabajo?

—Creo que sí. Es heterosexual, por lo que no hay peligro de que cruce ningún límite.

—Como lo hiciste tú, ¿quieres decir?

Puse los ojos en blanco mientras sonreía. Me encantaba que estuviéramos en un lugar donde podíamos bromear y burlarnos del pasado.

—No es mi culpa. Todo eso fue culpa tuya por ser tan jodidamente tentador.

SIN ARREPENTIMIENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora