CAPITULO 8

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Jungkook

Me quedé congelado por un momento, incapaz de apartar la mirada de la forma en que Jin ahuecaba sus mejillas mientras chupaba. Su mano trabajando en conjunto con su boca. Podía escuchar sus gemidos incluso a varios metros de distancia.

Esa comprensión hizo que mi cerebro se pusiera en marcha. Si yo podía oírlos y verlos, cualquiera podría hacerlo.

—¡Jin!

Los ojos de Jin se abrieron de golpe con horror. Se levantó apresuradamente y se secó la cara con el dorso de la mano. Escarlata coloreó sus mejillas y no podía mirarme a los ojos.

—Espera, ¿por qué nos detenemos? —dijo el hombre antes de mirarme—. ¿Quién eres? ¿Algún ex descontento?

Mi sangre latía con fuerza en mis oídos mientras me acercaba furioso. Tan pronto como Jin estuvo a mi alcance, lo acerqué hacia mí y lo empujé detrás de mi cuerpo. Era algo que había hecho muchas veces antes. Nunca en una situación como esta, pero era instintivo el asegurarme de que estuviera a salvo.

—Vete —le ladré al otro hombre, quien estaba metiendo su ahora suave polla dentro de sus pantalones.

—Como sea —murmuró el tipo poniendo los ojos en blanco—Esto aquí es demasiado drama para mí.

Lo miré hasta que desapareció de mi vista. Sólo entonces me volví hacia Jin.

—Escucha...

—No, tú escucha —me interrumpió Jin, prácticamente siseando mientras se enfrentaba a mí—. Has ido demasiado lejos esta vez, Jungkook. ¡No puedes impedirme tener una vida sexual, joder!

—Puedo si estás en riesgo.

Jin se rio, sin humor en el sonido.

—¿En riesgo de qué , Jungkook? ¿De divertirme? ¿De correrme para variar? ¿De coquetear con un hombre que realmente está interesado en mí?

No tenía idea de lo que quería decir con eso; todavía no lo había visto coquetear con alguien que no estuviera interesado.

—El riesgo de ser visto —dije en voz baja y tranquila—. Estás en un lugar público, Jin.

Cualquiera podría haberse acercado a ti. Podrían haberte fotografiado, por el amor de Dios. Hizo un gran espectáculo mirando a un lado y a otro del callejón vacío.

—¡Dios, tienes razón! Solo mira a toda esta gente esperando para tomarme una foto de rodillas. No puedo creer que no los haya notado.

Podría haber tenido razón, pero yo lo sabía mejor. Había visto lo rápido que una situación podía empeorar.

Haciendo caso omiso de su mal humor, seguí adelante con la otra cosa que había hecho mal.

—Te fuiste sin avisar a Simon o Dylan. ¿Que estabas pensando?

Jin puso los ojos en blanco y mi presión arterial se disparó aún más.

—Vaya, no lo sé. Tal vez estaba pensando que me podrían chupar la polla sin audiencia.

—Eres famoso, Jin. Necesitas protección.

—Hay una diferencia entre proteger a alguien y evitar que viva su vida —dijo Jin acaloradamente, entrando directamente a mi espacio—. Creo que lo has olvidado, Jungkook. Ni siquiera se supone que deberías estar aquí.

—Bueno, si esta es la forma en que te comportas cuando no estoy cerca, tal vez sea bueno que te haya ignorado.

Las fosas nasales de Jin se dilataron.

SIN ARREPENTIMIENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora