Capítulo 12

24 4 1
                                    

Los poemas románticos jamás los considere mi especialidad, por supuesto que tenía conocimiento sobre estos, pero solo el necesario; en el caso de que me tomara el tiempo de escribir alguno, se trataba solo de poesía vacía sin profundidad, sin sentimientos reales de un autor; mi falta de experiencia en el romance me impedía abrirme paso a esta famosa rama de los conjuntos de versos.

Para esta ocasión en la que obligatoriamente tenía que plasmar mis sentimientos en un montón de palabras, no me quedo más opción que volver al pasado; ese pasado de horas y horas leyendo libros y recibiendo clases de poesía. ¿Cómo podría decirle a Edgar de manera hermosa y romántica, con belleza en cada uno de los versos, todos mis sentimientos y lo mucho que ese hombre me ha cambiado, si ya me había pasado horas en tan solo darme cuenta de que tenía que hacerlo con un poema? Totalmente absurdo, sentía mi vida una total decepción.

"¿Qué clase de poeta soy si no puedo expresarme?" Era lo único que rondaba por mi cabeza.

De verdad que suena estúpido, ¿qué tanto me costaba? No podía esperar a que las palabras salieran por arte de magia. El tiempo corría sin respuesta, la hoja frente a mi lucía igual de blanca que al principio. Y esto no podía continuar así, si quería escribir algo magnífico, tenía que empezar con una excelente introducción. Reorientar mis ideas y darle un buen comienzo. Recordando los días de mi infancia que pasé leyendo los típicos poemas para confesar los sentimientos del autor, me di cuenta de algo: ¿De verdad mi objetivo era solo decirle a Edgar lo que siento? ¿Era eso todo? ¿Qué acaso no quería también que se quedara conmigo por el resto de mis días? ¿Qué no había sido él mi apoyo en los últimos meses, el único que me cuidó incluso mejor que mis padres en mis problemas mentales? ¿Qué no quería... pedirle que fuera mi compañero por lo que me quedaba de vida?

Si lo que iba a hacer era decirle que lo amo por ser el primero que me admiró, que notó algo en mi; que aunque haya sido una completa desconocida al principio, tuvo el detalle de quedarse conmigo en una sala de hospital para hablarme por horas diarias, también tenía que decirle que quería que lo siguiera haciendo, quería que me siguiera viendo como alguien especial, quizá aún más especial que ahora. Que nuestra relación cambiara, ya no más amigos o socios, una relación romántica describiría mejor lo que ambos queríamos ya que tenía la certeza de que nuestros sentimientos eran los mismos gracias a Ranpo. Quizás en vez de un gran poema confesando mis sentimientos, podría escribir uno de lo que quería con él, o una combinación de ambos podía ser la mejor opción.

Y no es que por este mismo descubrimiento las palabras y versos empezarían a llegar a la hoja que llevaba en blanco un buen par de horas. Encontrar inspiración, algo que le dijera a Edgar que en realidad lo amaba, porque es así, lo amaba y amo, como no había amado a alguien más.

Todo esto era un sentimiento tan extraño que es hasta difícil definirlo con palabras; simplemente me sentía tan bien estando con él, era inexplicable, a esto es a lo que llaman amor, ese sentimiento tan incomprendido en la raza humana, pero también el más hermoso. Edgar me había hecho pasar por todo el infierno, pero al final del día, era él mismo el que me sacaba de ahí, el que me subía al cielo... al paraíso ciertamente.

Mientras más lo pensaba, más confusa quedaba, pero aún había algo en algún extremo de mi cerebro que me daba la impresión de que pensar tanto en este momento no era mejor. "La ciencia se basa en la prueba y error" ¿Que acaso no podía yo probar y fallar hasta encontrar la perfección en esa simple hoja de papel? Definitivamente podía.

De esta manera, con una pluma en la mano, tinta en un extremo de la mesa y una buena pila de hojas listas para gastar, mi dolorosa aventura recordando el pasado, con todo lo que Edgar me había hecho sentir, así fuera bueno o malo, quedaría plasmada en un papel.

Decidí tomar al infierno y al cielo o paraíso como referencia, dado que ambas describían bien lo que en mi historia de amor había pasado.

Después de horas y muchas más horas escribiendo en montones y montones de hojas, que quería quedarme en el paraíso, que significaba Edgar, logré conseguir algo decente, algo que si bien no podía convencerme de apiadar los sentimientos de Edgar Allan Poe para que se quedara conmigo de manera romántica, si podía darme la seguridad de que este mismo, entendiendo alguna que otra metáfora, podría comprender lo que tanto deseo.

Para el título de este poema, una palabra fue más que suficiente. Haciendo alusión a la metáfora y tema principal del poema, el paraíso y el infierno, decidí escoger la más artística, y la que mejor transmitía el mensaje.

Paraíso

Y el día llegó
Como si Dios hubiera transcurrido los días el doble de rápido
Sin parar de temblar
Como si del mismísimo día de mi muerte se tratase

Y es que ciertamente eres mi muerte
Pero no una muerte mala, a la que le temes
Eres mas bien la que me lleva al paraíso
Donde quisiera quedarme por el resto de la eternidad

Poder se libre, libre de llevar mis brazos a ti
Libre de traer el pecado de tus labios a los míos
Puesto que he bajado al infierno
A sufrir como la pecadora que soy

Queriendo apoderarme de ti completamente
Siendo tú lo único que le trae paz a este corazón abandonado
Así en los días más pesados y oscuros
Puedas seguir dándome razones para no dejarlo todo

Dime Edgar, ¿hay algo que tenga que hacer para tenerte?
Si es así, gastaré mis días para cumplirlo
Nos conocimos hace pocos meses, y esto suena absurdo
Pero con toda mi sinceridad, ya puedo decirte:

Te amo, eres mi paraíso

Gedicht || Poe x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora