Solo a una canción camino a la Perdición (Alastor X Lucifer)

📻🍎Falta de modales🍎📻

Narrado por: yo :D

Bienvenidos a "Hotel Hazbin" el propósito de este lugar es más que bien conocido, pero de todas formas lo diré. Hotel Hazbin fue creado con el objetivo de lograr la imposible misión de redimir a los pecadores. Redención. Esto es imposible, estúpido, una locura, un sueño absurdo, pero la fé es esperanza y la esperanza es lo último que se pierde. Y después de decir esas bellas palabras te debes preguntar ¿Existe algo como la esperanza en el infierno?.

El hotel era abrazado en un manto de depreciación total. Sonrisas falsas caminaban por los corredores del hotel, las máscaras eran la vestimenta de cada día, el uniforme del hotel. ¿Qué hacía un lugar cuyo propósito era la redención agonizando en una profunda depresión?. Quizás era porque donde había depresión había agonía, había culpa, existía el remordimiento. Y donde se encuentre el remordimiento hallarás el arrepentimiento.

"Os digo: No, antes bien, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Lucas 13:3"

Recordemos ese fragmento, nos puede servir para más adelante y no estoy hablando solo del futuro de la historia.

Dejando de lado las palabras que intentan fallidamente ser profundas y fragmentos de Biblia que la mayoría ignora o ha olvidado ya, es hora de continuar la historia.

Las gotas de sudor resbalaban por su piel, sus dientes fueron presionados fuertemente debido al ira y dolor que recorría por todo su cuerpo. La sangre escurridiza se le escapaba y caí manchado la alfombra convenientemente roja. Cerró sus ojos en un intento de no revelarse ante la autoridad y salir aún más lastimado. Se veía patético arrodillado y con la cabeza agachada.

No podía opinar, no podía hablar, ni emitir algún tipo de sonido, afortunadamente se le permitió respirar. Se regañaba mentalmente por su descuido y miró la cadena que lo ataba a esa mujer. Si Alastor tuviera alma diría que la detesta con toda su podrida y oscuras alma, pero eso era imposible, esa mujer era la dueña de su alma.

Pero él no se podía quejar, fue su culpa después de todo, fue su culpa subestimar a la primera mujer, a la reina del infierno.

-¿Has intentado subir al trono otra vez en mi ausencia?-preguntó entre la burla y el enojo, para aquella mujer el pecador arrodillado frente a ella no era más que un peón de su juego, uno que se quería revelar ante su mandato, un sacrificio para asegurar la victoria, una pieza entre muchas, un ser descartable y fácilmente reemplazable. En palabras más sencillas, Alastor podría morir en ese mismo instante si ella quisiera.

-No, mi re-sus palabras fueron cortadas por la falta de aire, culpa de la patada en su estómago. Ella disfrutó verlo retorcerse en el suelo antes de presionar sus caros y puntiagudos tacones sobre la espalda del ciervo, presionándolo fuertemente contra el suelo.

-Alastor, Alastor, Alastor-repitió su nombre con una voz cantarina, casi como si lo estuviera disfrutando y, de cierto modo, eso no estaba alejado de la realidad.-Sabes que no me gustan las mentiras-apretó más la punta afilada del tacón, enterrándolo en la piel de su esclavo que hizo una mueca de dolor ante el maltrato.-¿Tan rápido se te curó la herida de Adán que estás tan desesperado por otra?