Lando
Que dejaran ingresar a nuevos alumnos en nuestra universidad en mitad de año ya se había vuelto algo normal como en las demás universidades. No me molesta, al contrario, pienso que todos tienen las oportunidades más posibles y si conseguían becas por ser el mejor del salón se lo merecían por completo.
Gracias a las becas ahora hay muchos profesionales al rededor del mundo.
La aceptación de los jóvenes con becas habían surgido en nuestra universidad hace dos años atrás, no hubieron muchos que pudieran ingresar tan rápido pero lo habían hecho.
Ganar becas no era nada fácil.
Me encuentro sentado cerca de la ventana, oyendo de lejos como todos - de verdad - hablan sobre el nuevo compañero que llegaba hoy, justamente gracias a una beca en su universidad.
Una de las mejores, para agregar.
Miré como algunas hojas de árboles se mecian conforme el viento cálido de verano iba aproximándose.
El verano en Inglaterra era probablemente lo mejor.
Estaba solo el día de hoy, George no pudo venir por sus problemas respiratorios por el cambio climático y se sentía terrible por lo que me había comentado muy temprano en la mañana.
<< -No vayas a espantar al nuevo compañero- >> había escrito en su penúltimo mensaje, el último decía que fuera a visitarlo después de salir.
Él decía que yo poseo una personalidad muy distante con las demás personas, y la realidad era que sólo me abría por completo a las personas que me sentía en confianza, como él y unos cuantos más.
El uniforme empezó a sentirse sofocante y tuve que desajustar la corbata que llevaba puesta. Hoy debíamos traer el uniforme para recibir al compañero nuevo, normalmente vestimos como queremos para poder venir pero tenemos que recibirlo vestidos formal y eso es algo que no era tan de mi agrado.
Seguíamos esperando a que llegara, bueno, a que viniera hasta nuestro salón, nos habían dicho que él ya estaba aquí pero debía atender unos asuntos más. Algunas de atrás seguían fantaseando en cómo se vería, si sería apuesto, de ojos azules o verdes - no querían un aburrido color café - tendría la nariz hermosa, tez blanca, pestañas largas y bla, bla, bla...
Un pequeño escalofrío recorrió mi columna vertebral y no sabía el por qué. Hasta que mis ojos se dirigieron rápidamente hacia la puerta en donde pude ver una cabellera ¿castaña? ¿rubia? No sabría decirlo con exactitud pero podía ver como tenía unas pequeñas ondas, mucho menos que las mías.
El lugar donde me sentaba podría darme un panorama de la mitad del salón, mencionando que la puerta tenía una pequeña ventana en donde podía verse algo y agregándole que al parecer él tenía una alta estatura.
Se movió un poco más, al parecer sólo yo me había dado cuenta de su presencia allí y segundos después la puerta fue tocada suavemente y a la par de esta la maestra se acercaba para abrirla.
Dio la impresión que todas esperaban, ingresó lento pero seguro acompañado de una pequeña sonrisa y llevaba puesto también el uniforme.
¡De lo que se salvó George!
Antes de hablar le dedicó una sonrisa más a todo el público dejando suspiros en los labios de algunas, sonreí por tal escena.
Parecía una película.
-Hola. Me llamo Oscar Piastri- una leve pausa -em, sólo espero que este año, el último, nos llevemos bien y... esto parece una presentación de primaria pero no importa - risas y risas, incluida la mía -nada más que agregar. Gracias por su atención-
Todos aplaudimos y luego la maestra se acercó a él para decirle unas cosas hasta que me señaló. Cuando él cruzó su mirada con la mía tuve que sonreír pero salió más natural de lo pensado.
Se sentaría al lado mío, por ahora, y era una gran razón para que las de atrás se pusieran histéricas y empezaran con su parloteo insesable.
Sin darme cuenta ya se encontraba tomando asiento a un lado mío, sonriendo como un pequeño niño.
-Hola, un gusto- dijo aún con la sonrisa.
-Hola. Me llamo Lando-
Asintió apretando los labios y mientras se acomodaba decidí darle un sólo vistazo.
Una tez muy blanca, - y para la decepción de algunas - no tenía ojos azules, ni verdes, un color avellana estaban allí, con pestañas cortas pero en abundancia, tenía muchos lunares que también podrían ser simplemente pecas en todo el rostro y el cuello.
La verdadera parte de la que no disfrutaba de esto era cuando nos daban un tiempo para poder conocer al nuevo, en otros casos yo debía acercarme al menos a saludar con George sujetándome fuerte del brazo para no escapar.
Ahora todos venían hacia nosotros dos o mejor dicho hacia él, lo peor de lo peor llegaba cuando lo empezaron a atacar con obsequios y preguntas.
-¡Oh Dios!- exclamó él, sorprendido, al recibir unas cuantas cosas.
-Créeme. Se prepararon bastante para cuando llegaras-
-Ya lo veo-
Mostró una sonrisa de dientes mientras seguía agradeciendo por todo, sus dos dientes incisivos sobresalían mucho más que los demás y lo dejaba ver como un pequeño niño sonriendo.
Era, probablemente, la sonrisa más tierna que había visto en todo nuestro salón.
Se mantuvo sonriendo en lo que quedaba de la hora hasta que salimos para la cafetería. Aquí mi trabajo era claro, debía mostrarle las instalaciones antes de que el día acabara y luego de comprar algo para comer recorrimos el lugar sin destino alguno.
-¿Hay muchos que vienen por las becas?- preguntó antes de dar un mordisco a su sándwich.
-El ochenta y cinco por ciento somos de aquí pero el porcentaje restante viene de otros países y continentes.
De Asia, América y muy pocos los de habla hispana pero sería increíble poder conocerlos, por supuesto-
Él soltó una carcajada mientras se tapaba la boca con la mano y sus ojos desaparecían por completo para dar paso a unas líneas. Tierno.
-¿Qué?- dije sin entender por qué reía.
-Tu lenguaje es... ¿cómo decirlo?- hubo una pausa donde pensaba qué palabra usar a continuación -exquisito, esa es la palabra-
Lo seguí mirando por un segundo, analizando lo que había dicho y continuó.
-Sabía que los ingleses hablan un inglés totalmente diferente al de Australia pero no pensé que sería tan... de esa manera, me gusta mucho-
Una vez más en el día sonrió e hice lo mismo. Había algo en su sonrisa que podría simplemente derretirte el corazón y eso empezaba a pasarme.
-Entonces gracias- dije finalmente.
No hubo mucho que hacer durante el recorrido, realmente, hasta que nos aburrimos y decidimos simplemente volver al salón y esperar a que las clases continuaran como siempre.
Al termino de estas perdí sólo un segundo de vista a Oscar y ya no se encontraba cerca mío y supuse que se lo llevaron a no sé dónde para mostrarle no sé qué.
Cuando terminé de juntar mis cosas y salir del aula saqué mi celular para ver unas cuantas de las notificaciones que no eran de importancia, redes sociales y nada más.
Puro chismerio y no me importaba tanto.
Y una vez más lo pude sentir, de alguna manera.
El escalofrío volvió a recorrer mi columna vertebral y de manera automática mis ojos subieron de la pantalla de mi celular al frente de la universidad. Oscar se encontraba allí mirando para poder cruzar y antes de que se me escapara hice una pequeña corridita hasta donde se encontraba.
-¡Oscah!- grité justo antes de que moviera su pierna izquierda.
Él giró y me miró con los ojos entrecerrados por un breve momento, hasta sonreír por completo.
-Lando. ¿Qué pasa?-
-¿Te acompaño?- sugerí sin entender por qué dije eso.
Asintió y luego emprendimos el camino, yo lo seguía mientras miraba el camino, habían más personas y unas cuantas compañeras se toparon con él y lo despedían con tonos muy coquetos.
-Me gusta la manera en que pronuncias mi nombre- soltó de improvisto tomándome por sorpresa.
Analicé lo que había dicho por un breve momento.
-Es por mi acento, pero gracias-
Él volvió a sonreir e hice lo mismo, porque su sonrisa era contagiosa y también linda.
-¿Vives lejos?- preguntó.
-Nop. De hecho mi piso está a dos más de esta- apunté con la cabeza a una de las casas que se encontraban en la mano izquierda -oh mierda, cierto- dejé de caminar al recordarme de George.
-¿Pasa algo?-
-Debo ir al departamento de mi amigo-
-¿Tu amigo?-
-Sí. Él tuvo una alergia por el cambio climático y faltó hoy- en ese instante pude ver como su rostro de confusión pasaba a uno de decepción pero decidí no decir nada al respecto -debo ir a verlo porque me pidió hacerlo-
Oscar apretó los labios unos segundos y luego asintió, hice lo mismo y cuando giré empezando a andar en el sentido contrario volví a girar hacia donde él se encontraba, seguía allí de pie. Solté un corto suspiro.
-Puedes venir si gustas-
Sonrió instantáneamente y caminó apresurado hacia donde estaba.
-¿Dónde vive exactamente?-
-No es lejos. Giramos aquí y debemos llegar al edificio de color negro-
No tardamos tanto en llegar porque Oscar caminaba igual de rápido que yo, algo que era muy agradable, lo mismo era con George.
Mientras subíamos las escaleras - el ascensor no funcionaba - íbamos hablando de nuevo sobre cualquier cosa. Oscar preguntaba mucho sobre la ciudad y le respondía con gusto, orgulloso.
-¿Viniste solo o con tus padres?- decidí preguntar por la curiosidad.
-Vine solo. La idea principal era venir con mis padres pero decidieron quedarse, mi novia también quería venir pero al final quedamos en que no era aún tiempo-
Lo último que dijo había dejado un muy mal sabor en mi boca que no sabía cómo explicarlo.
-¿Tú vives solo?-
Ladeo levemente la cabeza con su sonrisa, allí, una vez más.
¿No le dolería tanto los labios por sonreír en cada momento? ¿La mandíbula?.
-Sí-
-¿Desde ahora o desde cuándo?-
-Desde los dieciséis- respondí sin importancia.
-Oh wow-
La expresión le había salido tan infantil y tierna que no pude evitar sonreír, pero ese sabor malo no había desaparecido.
Al llegar a la puerta de George saqué las llaves de mi mochila. Él me las había dado por si alguna vez necesitaba venir de improvisto. Era lo mejor.
-¡George! ¡Ya llegué!- ingresamos.
Oscar venía detrás mío, mirando el lugar en silencio total, ni siquiera sus pasos podrían ser oídos por cualquier persona y esa era George.
-Por fin, maldito. Cariño, pensé que te habías olvidado de tu pareja. Eso no se hace, está mal, más en una relación de cuatro años Lando Norris...-
Antes de que pudiera continuar con su ridículo discurso se dio cuenta de la presencia de Oscar y en la manera que este lo miraba, junto con mi mirada, iba a matarlo apenas diera la oportunidad.
Me dedicó una sonrisa inocente y antes de poder decir algo más él se fue hasta Oscar y empezó a tirarle preguntas y a presentarse.
-Parece que Lando no quería presentarme- soltó una risa sarcástica y yo viré los ojos.
-Iré a cambiarme. Esto me está matando- avisé y George sólo movió las manos restandole importancia mientras Oscar sonreía levemente.
Otra costumbre nuestra era dejar ropa en el piso del contrario, por si ocurría alguna emergencia como lo era esta, el uniforme estaba siendo insoportable y debía quitármelo cuanto antes. Tardé lo debido, mientras oía las voces de Oscar y George mantener una conversación tranquila.
George hablaba sin filtros.
-...pensé que te ignoraria porque suele hacer eso, él es taaan antisocial-
-¿De verdad?-
-Ajá-
-Pues se comporta muy bien conmigo-
Al llegar a la sala, ya cambiado, vi a Oscar sonreír después de lo que había dicho y George con una cara de no creer lo que el australiano le decía.
-Pues entonces se vio obligado por algo, supongo porque no estaba yo, pero no te preocupes mañana mismo vuelvo ya-
Eso fue lo último que dijo cuando entré por completo en la sala, Oscar dirigió su mirada hacia donde estaba y apretó levemente los labios y luego desvió la mirada.
-¿En serio fuiste amable con él?-
George se puso de pie para pasar su brazo izquierdo por mi hombro, sarandeandome y mostró una sonrisa burlona.
Era tan notoria la diferencia de estatura entre ambos que Oscar terminó soltando una carcajada que me hizo fruncir el ceño con enojo fingido y George también rió.
-Dejemos de hablar sobre mí. Tú- apunté a Russell -¿ya te sientes mejor? Veo que sí, entonces, Oscah y yo ya nos vamos-
Y así antes de que él pudiera decir algo más me llevé al australiano de la muñeca hasta afuera, pero pronto volví al piso de George porque olvidé mi mochila y él lo tenía en su mano mirando con un rostro serio.
-¡Adiós!- gritó luego de que se lo arrebatara.
Y así bajamos las escaleras y emprendimos rumbo de nuevo.🌷
He vuelto, algo muy nuevo y que no pensaba escribir y subirlo sin haber terminado la historia por completo pero aquí está.
Espero y les sea de su agrado y den mucho apoyo.
Gracias por siempre leer 🫶🏻Puede que haga actus diarias ya que esta fic sigue en proceso y ya veremos que dice el futuro y si llego a recordar que debo actualizar, desde ya, muchas gracias.
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Realmente me gustas | Landoscar
Fiksi PenggemarLando no pensó que volvería a amar, mas Oscar le ayudó a darse cuenta de que sí podía hacerlo una vez más. N° 9, 11 y 15 en Landoscar!! •Narrado en primera persona.