CAPITULO 18

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Estaba de vuelta en la mansión, en la habitación para ser mas exactos, pensando en lo que hace un momento había pasado, que debería hacer?... Eran las palabras que tomaban posesión de mi cabeza, o por que no pudo ser un hombre mas comprensivo.

Saque prenda por prenda mi ropa dejándola perfectamente doblada en un extremo de la cama, la cual ya estaba echa por supuesto, para poder tomar una ducha fría, algo que me relajara cada músculo tenso de mi cuerpo. Tenia demasiadas emociones mezcladas en mi interior; ira, por que ira?: por que HyukJae se merecía un padre que entendiese sus deseos, gustos, un padre que lo entendiera. Miedo, Miedo por que ese hombre puede ser capas de cualquier cosa en todo sentido, podría enviar a matar, secuestrar a mi persona, o incluso hacer algo con sus propias manos, miedo por el echo de que sea el padre de HyukJae, y debido a eso puede alejarlo de mi lado. Nervios, nervios por una razón similar a la anterior, en cualquier momento ese hombre seria capas de atacar.
El simple echo de imaginar tales cosas, pensar en las posibilidades, hacían que mi cuerpo se estremeciera y temblara.

El agua ciertamente si me relaja el cuerpo, me despejaba la mente, y me sentía mas limpio en cuanto a angustia. Cada gotita que se deslizaba por mi cabello asta fundirse con el resto tras pasearse por mis piernas, el hielo del agua pasando por mi cuello, hombros, espalda y lo que resta de mi cuerpo.

–Piensa en otra cosa– me he dicho a mi mismo en voz baja, proclamando a que mi cerebro escuchara y asi tener una respuesta de este. Entonces comencé a pensar en algo de lo que no me había percatado, algo que siempre solía atormentar mis sueños, pero que ahora había desaparecido. Mis padres. Hace cuanto que no visito a mis padres?, seis, siete meses tal vez.

–y si?– volví a murmurar en vos baja para mi mismo, mientras el agua no cesaba de humedecer mi cuerpo.

HyukJae aceptaría ir al cementerio?... Pero que pasa si le desagrada la idea?. Bueno esta ciudad es bastante grande e de decir, cuando era pequeño solíamos visitar la tumba de mis abuelos (abuela y abuelo), ambos había fallecido abrazados, en el sueño tras ser tan ancianos. También recuerdo que una de las tumbas que había me llamaba mucho la atención, tenia unos hermosos jarrones de porcelana, siempre estaban adornados con lavandas, nunca estaban marchitas, supongo que los familiares adoraban mucho a la mujer. Recuerdo una ves haber visto a un chico, al acercarme salió corriendo, aun no proceso muy bien lo ocurrido aquel día. Pero logre ver por primera ves el nombre de la persona que yacía en aquel lugar tan bonito.
Elizabeth Celline ...... Abbot, desgraciadamente el primer apellido estaba algo destrozado y picoteado, por lo tanto solo resalta las dos ultimas letras; Er, eran esas letras.

Salí de la ducha y tome la misma ropa con la que estaba vestido antes, tras colocarla en mi cuerpo me lance de espaldas a la cama.

–ahora que lo pienso– Murmuré en vos baja. Parezco idiota hablando solo, pensé antes de al reír tontamente.
Celline. Ese nombre rebotaba en mi cabeza, como si fuera algo que debería descubrir, algo importante que recordar.
Mis ojos comenzaban a pesar, me sentía cansado y frustrado mentalmente.
A poco de recordar aquel nombre, los brazos de morfeo me aprisionaron ya quedando sin escapatoria.

Desperté con los suaves susurros y movimientos de HyukJae.

–Mph...– ni siquiera yo se que significaba aquel ruido que había emitido.

–Hey ya despierta– susurró HyukJae con dulzura a mi oído.

–E-estoy en p-proceso aun– dije volteando mi cuerpo con dificultad sobre la cama para llegar a gatas a la orilla y bajar de esta.

–Quieres hacerle algo?... He vuelto mas temprano, a penas son las seis– dijo mientras sacaba su chaqueta.

–Pensaba en algo, no se si te guste la idea– dije algo incomodo.

–No te preocupes, tu solo di donde e iremos– una sonrisa boba se esbozo en mi rostro, mientras mis ojos tenían cierto brillo de esperanza.

–Quiero ir a.... "plaza recuerdo"– HyukJae fijo su mueca en una de curiosidad, sonreí tomándole de las mejillas y apretando estas.

–Me cambio y vamos, vale?– dijo, afirme con la cabeza mientras le veía desvestirse, y luego vestirse con una ropa no muy común de el. Una sudadera negra, unos Jeans azules, y unas zapatillas negras. El vestuario informal le hacia ver mas joven, como uno de esos sexy chicos malos de las revistas.

–Sigue mirando y comenzaras a babear– se burlo haciendo mis mejillas tornarse de un color carmín vivo.

–Apresúrate, si no, no podremos salir de la habitación– dije en tono picaron a lo que el sonrió de lado, se acercó a mis labios apresurado, pero antes de que pudiera sentir sus cálidas frezas finas sobre mis labios puse una mano sobre estas juguetón.
–vamos– comente burlón saliendo de la habitación.

Íbamos camino a "Plaza recuerdo", en otras palabras el cementerio mas grande de la ciudad, y el mas hermoso. Mi corazón latía a mil por hora, sentía que en cualquier momento ese órgano que me facilitaba vivir saldría disparado de mi pecho. He de suponer que HyukJae noto mi nerviosismo, tomo mi mano mientras que ambas manos con los dedos entrelazados corrían la palanca de cambio para subir la velocidad.
El contacto cálido de su mano me suavizó cada latido descolocado del corazón, relajo cada nervio tenso de mi cuerpo.
Ya estábamos en la entrada, y al bajar del automóvil sentía la brisa bresca jugar con mis cabellos, acariciaba mi nariz, y el dulzón de las flores que se hacia uno con mi respiración.

–Por aquí– fuimos a comprar un ramo de rozas rojas, tan rojas que el color resaltaría entre todo el lugar, también compre dos ramillas de lavanda por si HyukJae estaba de acuerdo, quería ver aquella tumba que tanto me gustaba de niño, me gustaría ver si se mantenía igual de hermosa.

Nos detuvimos frente a una hermosa tumba de cerámica blanca, estaba algo saltada en las esquinas, y tenía flores secas.

–Tiempo sin verlos– dije mientras acomodaba las rozas en cada jarrón. Tras cada rosa una lágrima escurridiza escapaba de mis ojos, Los extraño.

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