CAPITULO 7

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Deambulaba por la mansión mientras HyukJae preparaba unas "cosas" antes de ir al acuario.
Iba distraído mirando los cuadros pintados a mano y enmarcados en finos marcos de madera.

-Ouch!- choque con alguien, un cuerpo masculino. -Lo siento mucho, no preste atención- el chico en el suelo lanzo una carcajada, era el chico rubio de la mañana.

-Hahaha...! No te preocupes, no pasa nada- le tendí una mano para ayudarle a levantarse y este me la estrecho y se puso de pie, ensanchó su sonrisa y yo le devolví una parecida.

-Y que haces merodeando por la mansión, creí que saldrás con el amo- comentó divertido, por lo visto no tenía intención de irse.

-Buscó un pasadizo a un lugar mágico- dije burlón, ambos estallamos en carcajadas, el chico era muy amable.

-Con que quieres ver un lugar mágico- respondió divertido.
-Sigueme- camino a paso apresurado mientras me jalaba del brazo, llegamos a unas puertas enormes de madera, las bisagras se notaban algo oxidadas, como si aquella puerta no se abriera hace mucho tiempo.

-Donde... Estamos?- dije algo sorprendido por la enormidad de esas puertas.

-Un lugar mágico- respondió, soltó mi muñeca y con ambas manos empujó las puertas hacia su frente causando un estruendoso chirrido proveniente de esas oxidadas bisagras dejando entrar una brisa realmente reconfortante.

-Sal, yo cerrare, cuando quieras entrar solo empuja y cierra al instante o se ensuciara aquí- me sonrió, empujó mi cuerpo paralizado por la hermosa vista y cerro las puertas a mis espaldas.

-Esto es hermoso- árboles, enormes árboles, de copas moradas, no eran hojas eran pétalos, a veces parece que has visto mujeres, bebés o paisajes hermosos, todo quedaría pequeño ante esta hermosa vista.

Un pequeño círculo en el centro de la mansión, al centro de ese hermoso jardín había una fuente mocosa, en ella habían unos pecesitos que aún habitaban en ella, tres bancas de madera alrededor de la fuente a cierta distancia, el suelo estaba tapado por una alfombra de pétalos morados al igual que el cielo, que era cubierto por una lluvia de estos mismos. Nada era más hermoso, ver como el viento revolvía los pétalos del suelo haciéndolos jugar entre sí o elevarse haciéndolos caer al suelo nuevamente, o uno que otro que espantaba a los pecesillos que nadaban en el agua de aquella fuente mocosa.
Me senté en una de las bancas admirando aún embobado esa hermosa imagen, deseando volver a tener la Cámara en las manos y guardar estas hermosas imágenes de aquel mágico mágico lugar. Antes de que sacarán mis cosas del cuarto de apartamento había una pequeña Cámara profesional con la cual salia a tomar fotografías, ancianos sentados en los bancos de la plaza, niños jugando, hermosas tardes de otoño o días tapados en la nieve blanca de invierno, sin duda me encantaba sacar fotografías.

-Realmente si es mágico- me repetí en aquella soledad, debo volver, HyukJae estará buscándome. Me acerque a las puertas y las empuje como indicó el rubio, entre rápido y cerré las puertas, objetivo cumplido ningún pétalo entró.

-Que haces?- una voz ronca me hizo girar de un sobresalto con los ojos casi saliendo de sus órbitas.
Tenía las manos sobre la puerta cuando aquella voz me sorprendió.

-N-Nada solo paseaba mientras hacías lo que quiera que estuvieses ha-haciendo- dije mientras lograba dibujar una sonrisa sobre mis labios nerviosos. Se acerco a mi y saco algo de mi cabello.

-Un pétalo?- dijo, le ví analizando el pétalo color morado ante mis vista, Mierda olvide limpiarme yo... Alce la vista nervioso hacia el y este me sonrió malicioso.

-Que hacías en realidad eh... Princesa?- le mire algo confundido, acaso no estaba enojado?....

-N-nada... Solo... No ibamos al acuario?- asintió con la cabeza mientras aminoraba el paso por los pasillos.
Mientras caminabamos note que algunas pinturas se parecían bastante a aquel lugar en el que acababa de estar.
Las habrá echó HyukJae? O alguien de su familia talvez...

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