CAPITULO FINAL

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-¡Animo!- Dijo en un grito de alegría RyeoWook.
Respire hondo inhalando por la nariz y exhalando por la boca.

-Tu puedes Hae... Vamos!- me di ánimos a mi mismo y abrí las amplias puertas.

El pasillo antes de entrar a la corridos de asientos adornados se divisaba a lo lejos.

-Park Sun-Hee, aceptas a Lee HyukJae para ser el hombre que te acompañe en la vida, en la salud y en la enfermedad, en la paz y en la tormenta, por el resto de lo que les depare la vida, hasta que la muerte sea la separadora de esta unión?- se escuchó a lo lejos. Mi corazón se estrujó y me volví un manojo de nervios mientras caminaba tenso y temblando como una hoja al mismo tiempo.

-Acepto- se escuchó débilmente, pero con animo y felicidad.

-Lee HyukJae, aceptas a Park Sun-Hee para ser la mujer que te acompañe en la vida, en la salud y en la enfermedad, en la paz y en la tormenta, por el resto de lo que les depare la vida, hasta que la muerte sea la separadora de esta unión?- No se oía nada, no había respuesta, apresure el paso, aquel pasillo parecía ser eterno, dios, nunca terminaba.

-Yo...- y en ese preciso momento, justo antes de aquella respuesta que pudo marcar vidas, el pasillo termino y un grito de desesperación de oyó.

-Tu!... No puedes!- grite a todo pulmón mientras todos se giraban a verme con los ojos abiertos.

-D-DongHae?...- se oyó débilmente. Comencé a caminar hacia el altar mientras todos me miraba recriminando mis acciones.

-Lee HyukJae... Soy tu guardaespaldas recuerdas?... Mi deber es protegerte y... Como un chico cualquiera que te ama...- frunciendo los labios alce mis ojos llorosos mientras sonreía.
-Yo... también quiero que me ames- la castaña estaba paralizada y sus ojos se entristecieron.

-El también te ama- dijo ella, su voz era serena y unas pequeñas gotitas recorrían sus sonrosadas y maquilladas mejillas. -Verdad?- el solo agachó la cabeza y asintió cabizbajo.

-Yo...- Me había quedado sin palabras, Todos me miraban con desconfianza, sin comprender nada de lo que sucedía.
Excepto por un par de ojos verdes que sonreían ampliamente mientras admiraban aquella escena de... ¿Valentía?.

La chica comenzó a caminar a paso relajado hacia mi, que me hallaba un par de pasos del altar.
Me sonrío con ternura y tomo mi mano mientras caminaba hacia el altar.

Me puso frente a HyukJae quien sonreía confundido. La chica sonrió alzando sus ojos dejando ver sus perfectos ojos color chocolate brillantes y húmedos.

-HyukJae se que nunca podre tener tu corazón, aun así quiero que seas el hombre mas feliz del mundo con alguien a quien ames, mucho, mucho- una de sus manos tomo la mía y con la libre tomo la mano de HyukJae. -Y se que a quien amas mucho es a el- unió nuestras manos y pude sentir esa calidez subiendo por mi mano, recorriendo mi brazo y llegar a mi corazón.
HyukJae entrelazó sus dedos con los míos y la mano de Sun-Hee nos liberó.

-Mas te vale que lo cuides- dijo sonriendo juguetona mientras depositaba un beso en mi mejilla y luego hizo lo mismo con HyukJae.

-Sun-Hee espera...- dijo HyukJae mientras corría a abrazarla y susurrar un sincero gracias. La chica desapareció, se fue y yo estaba allí parado, sin saber que hacer, sin saber que vendría a continuación.

-Hae yo...- no lo deje terminar y me abalance a el, rodee su espalda con mis brazos y me eché a llorar. No era un llanto de tristeza si no de felicidad.
Sus brazos me rodearon y sentí esa corriente de calor recorrer mi cuerpo otra vez.

-Hae..- susurro y tomando mis rostro entre sus manos unió nuestros labios en un beso cargado de amor. -Te extrañe tanto- susurro en mi oído, sus palabras me hicieron sonreír enternecido.

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