CAPITULO 3

400 33 1
                                    

Su cuerpo casi desnudo salia del cuarto de baño mientras caminaba hacia mi secando su oscuro cabello.

-Por cierto.......T-tu....Como te llamas?- me miro expectante unos segundos y luego se echo a reír divertido. Confundido intente hacerme pequeño en la cama, aunque claro, imposible.

-Es eso importante?- dijo arqueando una ceja en tono de burla.
Que si era importante?.
Me compraste, literalmente, me follaste e la alfombra y ahora me tienes aquí contigo, aunque no estoy aquí por mi propia cuenta.
No lo dije, lo pensé.

-Claro que lo es, me tendrás aquí de esclavo y ni siquiera se t-tu nombre- estaba tan nervioso que ni siquiera podía controlar los alto y bajos de mi tono de voz.

-Bueno, bueno...Mi nombre es Hyukjae...Por cierto ya no piensas escapar verdad?- entre cerro los ojos de forma juzgadora.

-Que pasa con eso...?- dije mirando las sabanas blancas  tomándolas entre mis manos.

-Por que si lo haces te encontrare las veces que sea necesario para que te rindas. Además te salve la vida como mínimo deberías pagarme de la misma manera no cres?- se sentó en el borde de la cama a mi lado, su dedo comenzó a acariciar mi mejilla tiernamente, sentía mi rostro arder y solo me limite a bajar la cabeza sonrojado.

-Pu-pues que quieres que haga por ti?- dijo golpeando su mano ligeramente para apartarla de mi rostro.

-Podrias ser mi guardaespaldas y sirviente personal que dices, así no tendrías que separarte de mi en todo el día....Te apetece?- dijo socarronamente en mi oído causando que me estremeciera. Claro, yo creo que quiere mas a un guardaespaldas.

-Claro y obviamente tendría que satisfacer deseos placenteros no?- fije rodando mis ojos y antes de que hablase continúe.
-Ademas a visto mi complexión?...como serviría yo de guardaespaldas?- arquee una ceja.

-Y porque no? me dio un lento beso mientras mordía fuertemente mi labio inferior causandome soltar un jadeo seguido de un quejido de dolor, mientras el saboreaba el sabor metálico de la sangre que brotaba de mi labio inferior me separe inclinandome hacia atrás.

-Si con eso pago mi deuda contigo no me queda de otra- me rendí a su propuesta, que mas da, que podría pasar además de proteger a un multimillonario que muchos desean matar. Y de todos modos no tengo otro lugar al que ir.

-Claro...Entonces ve a tomar un baño rápido, iremos a comprar un traje y luego iremos a mi oficina- se levanto de la cama y se encamino al enorme ropero que cruzaba el cuarto.

-T-tomare un baño- salí rápidamente de ahí no quería verle desnudo eso seria incomodo. Mucho mas de lo que ya lo es. Entre al que era un enorme baño, tenia una tina y una ducha, debía tomar un baño rápido así que me metí a la ducha, el agua fría escurría por mi cuerpo, me despertaba de lo somnoliento que me encontraba aun.




-Listo- dije mientras me estiraba bajo el agua, salí me seque el cuerpo y me puse la ropa que llevaba el día anterior, unos vaqueros negros ajustados, unas convers rojas, una playera ploma y sobre ella una sudadera negra.

-Ya que estas listo vamos a comer- me dedico una sonrisa bastante honesta, una sonrisa que creí que un hombre como el no tenia. Mientras caminaba le segui por la espalda.

-Buenos días señor HyukJae- las mucamas y mayordomos no quitaban la mirada de mi y eso me incomodaba un poco. Sus ojos verdes y penetrantes, su tes blanca y sus labios rojos como una brillante fresa, su cabello era rubio un rubio muy claro y brillante.
Me agache y comencé a comer. Estaba tan bueno que ni siquiera me di cuenta cuando ya me había acabado todo.

-Estas listo?...Vámonos- HyukJae me jalo del brazo y me saco del asiento y a rastras de la mansión, subimos a un automóvil negro, el al asiento del copiloto que era obvio y yo en el del copiloto, abrochamos nuestros cinturones de seguridad y nos pusimos en marcha.
Ya íbamos a la mitad del camino, llevaba mi mano apoyada en mi mentón y llevaba los ojos fijos en la ventana a mi costado. sentí una mano en mi muslo me gire sobresaltado al sentirla claro quien mas iba a ser. Su mano acariciaba mi pierna y en un descuido subió a mi entrepierna apretando ese lugar.

AUCTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora