CAPÍTULO VIII

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LA GUERRA


18/07/2023

"Otro día más en la desastrosa vida de Luna.

Nunca pensé que después de tantos años iba a volver a escribir en este diario. La verdad es que ni me acordaba de que lo tenía. No sé en qué momento he tenido la idea de rebuscar entre mi baúl de los recuerdos.

Si estoy escribiendo algo es para desahogarme. Estos días me he sentido tan bien que hasta se me ha olvidado todo lo que he estado pasando estos últimos años.

Aunque, siendo sincera, lo único que he hecho ha sido evitar el tema. Pero los problemas no se pueden evitar, hay que afrontarlos. Esas frase siempre da vueltas por mi cabeza, pero nunca hago nada al respecto.

Estoy perdida y no sé qué hacer. Me cuesta abrirme con las personas. No quiero preocuparlos. Tampoco quiero que piensen que soy una exagerada.

Esta semana he estado muy distraída, por eso no he pensado en esto. Pero ya se ha acabado la semana. En fin, lo que estoy intentado decir es que lo más seguro es que vuelva a pasarme los días dándole vueltas a todo y sobre pensando las cosas.

Lo más probable es que no vaya a volver a escribir nunca más en este diario. Hoy lo he hecho para tener un recuerdo bonito del diario, ya que el último texto que escribí no es muy alegre. Tampoco lo es el de hoy, pero al menos en estas fechas no estoy viviendo con mi padre.

Me alegra saber que no lo voy a ver nunca más."

Ese día estaba muy pensativa. Sobre todo pensé mucho en las personas de mi alrededor. Estaba decidida que quería tener una charla profunda con mi mejor amiga. Sentía que estaba preparada para contarle lo que me pasaba a Helena. Además, hacía varios días que no nos veíamos y también tenía que ponerla al día de todo lo que había estado pasando.

—Hola, Helena. ¿Te apetece vernos un rato hoy?—le dije por teléfono.

—Sí, claro. Te espero delante de mi casa a las cuatro.

—Está bien. Nos vemos.

Iba a ser complicado de explicar, pero sabía que era capaz para hacerlo.

Por la tarde salí de mi casa para dirigirme a la casa de mi amiga. Mi hermano seguía en casa de Sam, así que estuve toda la mañana sola.

—Hola—saludé a Helena.

—¿Qué tal?—me preguntó con una sonrisa mientras se acercaba para darme un abrazo.

—Bien, gracias. ¿Vamos al parque de aquí al lado? Me gustaría hablarte sobre una cosa.

—Uy, qué misteriosa estás hoy, ¿eh?—dijo. Siempre se lo tomaba todo en broma.

Nos sentamos en el primer banco que encontramos y tomé aire.

—Es un tema muy importante para mí y bastante difícil de explicar.

—¿Ya no te gusta Víctor?

—No tiene nada que ver con Víctor.

—¿Entonces? ¿Te gusta otra persona?

—No...

Helena me cogió las manos y me dijo:

—Luna, puedes contarme la verdad.

—No tiene nada que ver con chicos.

—¿Una chica?

—No, Helena, déjame hablar—dije subiendo el tono y apartando mis manos de las suyas.

UNAS ROSAS PARA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora