The White Flower. [SilentJokes] ¡Finalizada!

|16| Accident.

Corregido: ✓

— ... ¿A dónde vamos? — Preguntó mientras miraba el alrededor, curioso por la salida que habían planeado hacía un par de días.

— Es sorpresa... — Trató de parecer relajado, pero ni si quiera se tomó el tiempo para pensar algún lugar en el que puedan almorzar.

— Oh... Bueno. — Sonrió despacio, más centrado en las palabras del contrario, que en sus propios pensamientos.

Realmente se sentía... Mejor.

Y no sabía si fue por dormir con alguien que pueda abrazar, o simplemente distraerse de todo lo que había pasado.

... Se sentía bien.

Ambos caminaban tranquilamente por la vereda, escuchando de vez en cuándo cómo pasaban unos cuántos autos por la calle.

También a las personas que pasaban cerca de ellos, hablando de cosas cotidianas.

Tales cómo adolecentes quejándose por la escuela, adultos quejándose de trabajos que consumían su tiempo, y ancianos quejándose por sus nietos que no los visitaban.

Pero había una pequeña minoría...

Las parejas.

De las cuáles caminaban tranquilos, sin discutir o hablar a los gritos.

... Y una de esas parejas...

Eran ellos, el ojicafé, y el de ojos ámbar.

Mientras el alrededor seguía en lo suyo, el menor miraba atentamente a una mujer y un hombre caminar al frente de ellos, los cuales estaban tomados de las manos.

... Rick nunca camino así con él.

Siempre evitaba demostrarle amor en público.

Suspiró, levemente decaído ante esos recuerdos.

No importaba cuánto tiempo había pasado, la cicatriz siempre estará ahí.

Al parecer, el pelirosado casualmente estaba viendo a esa misma pareja, pero no sentía tristeza, cómo el menor.

En cambió, sentía pena.

Porque quería hacerlo, pero no sabía muy bien si sería lo mejor, ya que el pelinegro podría incomodarse.

El de ojos ámbar se quedó pensando en eso, debatiendo en su cabeza con sus propios impulsos, sintiéndose nervioso por cómo cada vez las ganas de hacerlo incrementaban más y más.

Hasta que finalmente, se decidió.

Con lentitud fue acercando primero uno de sus dedos, sintiéndose nervioso ante ello.

Al no ver ni una sola seña de disgusto por parte del otro, empezó a tomar más confianza, hasta quedar casi su palma pegada a la del otro.

Lo miró de reojo, y parecía... Sonreír un poco más.

... Quizá él también estaba pensando en eso, y no sabía cómo decirlo.

Con suavidad, apretó el agarré, entrelazando sus dedos con cariño.

Aún sentía esas vendas en las heridas del menor, las cuáles ya estaban cerca de sanar.

Ambos se quedaron en silencio, mirando hacía otro lado.

Tratando de no ponerse nerviosos entre sí, solo por hacer un acto... Normal cuándo se trataba de otras parejas.

... Pero la pequeña diferencia, es que sobre saltaban del resto, ya que no eran iguales.