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⚠️ ᭡ Advertencia : dom! sukuna, bottom! femoc, creampie, denigración, sexo sin protección, sexo sin consentimiento/violación (él OcFem no tiene otra opción), sexo público (edificio abandonado), manipulación, nalgadas, azotes, mordidas.
IMPUREZA
Su cuerpo temblaba, sentía como dejaba de responder al ver como su amigo se retorcía de agonía dando a entender que no aguantaría mucho.
—¡Tienes que resistir Yuuji! —decia aún la chica sin moverse debido a que el miedo la estaba consumiendo.
—¡C-corre! —decia el adolescente tratando de resistir —¡C-corre A-Aiko! —gritaba mientras la chica solo abría sus ojos al ver a su amigo sufrir, quería ayudar, pero no sabía que hacer —¡AAAAAAAAGH! —el chico quedó desmayado al no poder controlar a su recipiente quien hacia lo posible para estar ahí.
Después de que su amigo Itadori no pudiera controlar su cuerpo debido al uso excesivo del poder de Sukuna, el demonio vio esto como una oportunidad para seguir controlando su cuerpo durante más tiempo. Su sonrisa diabólica se acurrucaba en sus labios mientras la atrapaba por el rabillo del ojo, reconociendola al instante. Con un movimiento rápido que no pudo notar la femenina, dio algunos pasos detrás de ella con una sonrisa burlona. Los ojos de la chica no parpadeaban, miraba horrorizada la situación, Itadori no estaba ahí, solo estaba Sukuna mirandola con cierta sonrisa burlona y llena de maldad.
— Lo siento, pero no va a volver— se detuvo y volvió ligeramente la cabeza hacia Aiko. Este se detuvo por un momento, antes de que un brillo travieso apareciera en su mirada —Aunque... Es solo cuestión de tiempo de que regrese si así lo deseas —destrozó la camisa de Yuuji junto con su sudadera con capucha fácilmente —pensé en lo que puedo hacer ahora mismo en lo que pienso que hacer con él —decía mientras iba delante de la chica, pero mantuvo la distancia. De repente dejó salir una risa malvada y levantó la mano a la altura de su pecho, poniéndola directamente en la dirección de donde estaba el corazón, amenazando a Aiko con apuñalar el propio cuerpo donde residía, osea en el cuerpo de Yuuji -su recipiente-. Todo esto con la intención de manipular a la joven y corromperla para su propio beneficio. La miró fijamente, disfrutando de sus expresiones de miedo y desesperación —Vamos, Aiko. ¿Qué harás, hm? —preguntó con un tono burlón, a punto de reírse de ella mientras su mano se acercaba lentamente a su pecho amenazando con matarlo.
Los ojos de Aiko se abrieron al sentir aquellas amenaza, ella sabía muy bien que Sukuna no mentía y hacia bromas. Aiko sabía que Sukuna no tenía empatía y era un genocida en potencia. Ella tenía miedo y no sabia a quien decirle, se sentia demasiado intimidada, solo lo miro con un profundo terror y de sus labios salieron;
