▸▸ toji fushiguro ²

4K 95 12
                                    

ᝬ anime: jujutsu kaisen
ᝬ personaje: toji fushiguro

⚠️ ᭡ Advertencia : sexo rudo, anal, garganta profunda, sexo alcoholizado, dom! Toji, humillación, degradación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⚠️ ᭡ Advertencia : sexo rudo, anal, garganta profunda, sexo alcoholizado, dom! Toji, humillación, degradación.


TOJI ACEPTA DINERO ACAMBIO DE DAR SERVICIO SEXUAL




Toji Fushiguro era el ejemplo de lo que todo hombre NO debería de ser. Vivía por y para él mismo, viviendo al máximo sin detenerse mucho a pensar en las personas o si en sus acciones afectaban, cosa que obviamente hacían, pero a él le daba lo mismo.
Se la vivía haciendo trabajos pequeños como lavar autos a mano, a veces también vendía algunas cosas que se encontraba en su casa, cosas que quizá ocuparía en algún momento, pero gracias a su adicción le daba igual perderlo por un par de monedas. Su adicción: Las apuestas; él era un ludópata profesional, incluso era algo conocido en ese mundillo de las apuestas por ser el idiota con peor suerte y encima el más enfermo al tener que llegar a extremos irreales con tal de conseguir dinero para saciar su enfermedad, extremos tales como vender a su hijo a una familia adinerada los cuales no se tenía ni idea para qué lo querían.
Uno de sus tantos trabajos ocasionales no era precisamente casual, era un trabajo "formal" cuanto menos, puesto que en un horario de 11:00 pm a 2:30 am era valet parking en el estacionamiento de una discoteca bastante conocida en la ciudad. Esta discoteca era conocida por ser centro de reunión de gente con dinero, Toji aprovechó eso, puesto que al dar un buen servicio le daban propinas bastante elevadas.
Cierta noche llegó un auto particularmente lujoso, quizá el más costoso que había visto en los pocos meses que llevaba trabajando los fines de semana en esa discoteca.
Una mujer voluminosa, con un largo cabello rubio y ojos marrones bajó del auto. Tenía un cuerpo espectacular, pero a leguas se notaba que estaba llena de silicona por todos lados. De la misma forma, sus ropas tales como su vestido y bolso detonaban que era una mujer de dinero al llevar consigo prendas de lujo.
—Mucho cuidado con esta belleza, está recién comprada y seguramente cueste más de lo que tu vas a ganar en toda tu vida —La mujer le lanzó las llaves a Toji, quién las atrapó sin alguna complicación.
—Claro, señorita —Respondió con cortesía. En otro contexto, la habría llamado perra operada y le habría arrojado las llaves a la cara por hablarle de esa forma, pero al ser quizá la mujer con más dinero que había visto en su vida, no perdería la oportunidad.
Sin más, ella entró a la discoteca y Toji hizo su trabajo como valet parking. Pasadas las horas, la mafiosa salió en un evidente estado de ebriedad. Tenía sus mejillas rojas, su cabello despeinado y su labial corrido, no había tenido sexo como tal pero sí algo de acción con un hombre que conoció en el lugar. Al ver a Toji aún ahí, chasqueó sus dedos para llamar su atención.
—Hey, tú. Trae mi auto  —Ordenó la rubia mientras se recargaba en la pared a la espera de su automóvil. Mientras tanto se deshizo de sus tacones puesto que no los soportaría ni un momento más.
Toji no contestó con palabras pero sí con acciones, obedeció y fue por el auto de la mujer. Ella se le quedó viendo mientras se iba, esa gran espalda y fuertes músculos hicieron que sonriera levemente, después del encuentro con aquel hombre en la discoteca el cual acabó en nada, se había quedado con ganas de estar con un hombre por lo que vio a su candidato estrella en aquel tipo. A los minutos, Toji regresó y bajó del auto.
—Listo, puede irse —Habló con indiferencia y notando como era más baja aún sin esos zapatos, no había procesado lo pequeña que era de estatura, ¿1.62 quizá?
—Espera, lindura. ¿Quieres ganar un dinero extra esta noche? —Preguntó la rubia con una sonrisa insinuante.
Toji, aunque sorprendido por el cambio de semblante de la rubia, no mostró emoción alguna en su rostro. Sabía que tenía que tener cuidado con clientes así, pero el sonido del "dinero extra" le resonaba tentadoramente en los oídos. —Depende de lo que esté pidiendo —Respondió con cautela.
Ella se inclinó un poco más hacia él, su aroma embriagador llenó las fosas nasales del azabache —Nada complicado, cariño. Solo quiero un poco de compañía. He tenido una noche... frustrante, y tú pareces ser alguien que sabe cómo tratar a una dama.
Toji sabía que lo que estaba insinuando no era simplemente una charla amistosa. Miró a su alrededor, la discoteca todavía estaba llena de gente y él tenía un trabajo que hacer. Pero, por otro lado, su necesidad de dinero y su deseo de satisfacer su adicción al juego eran tentaciones difíciles de ignorar.
—Será un dinero fácil —Susurró ella acercándose peligrosamente a su oído, notando su indecisión —Y si lo haces bien, quizá te llame de nuevo.
El deseo de ganancia rápida pesó más que su sentido del deber. Asintiendo lentamente, Toji respondió: —Está bien. Pero, solo por esta noche.
Ella sonrió, triunfante —Eso es lo que quería escuchar. Sube. Oh y maneja tú.
Dicho eso, ella abordó en el asiento del copiloto y Toji como conductor. La rubia le dio la dirección de su para nada humilde morada y emprendieron viaje.
—Disculpa cielo, olvidé preguntar tu nombre —Habló la rubia mientras tomaba un espejo de su bolso y arreglaba su maquillaje hábilmente, no parecía inmutarse con los movimientos del auto.
—Toji Fushiguro —Contestó sin girar a verla puesto que tenía su mirada puesta en el camino. Tampoco parecía muy interesado en saber el nombre de la chica y su cordialidad se había esfumado ¿Por qué? Fácil, de todos modos le darían una muy buena propina.
—Yo me llamo Kiken Yoshida. —Ante la respuesta nula de Toji, carraspeó. —Escucha, musculitos, yo soy una persona que disfruta de lindas pláticas antes de ser brutalmente follada por mastodontes como tú así que si quieres una buena paga, más te vale darme el paquete completo.
El azabache suspiró, aparentemente estaba tratando con una mujer un tanto exigente —Bieeen, Kiken, lo siento.
—Así me gusta. Y cuéntame, ¿Cómo te hiciste esa cicatriz del labio? —preguntó, detestaba quedarse en silencio con otra persona por lo que sacó una pregunta trivial, no era que en serio le interesara.
—Tuve una pelea con un idiota en un bar. Ya iba de mal humor porque perdí mucho dinero en el casino, pero él me puso peor y sumándole el alcohol acabé con la boca partida. —Respondió con un tono como si estuviese siendo forzado a hablar.
—¿Qué bar? —Toji rodó sus ojos ante tanta pregunta.
—Budoir Carmesí...
—¡Oh! Me alegra tanto saber que te partieron la boca ahí. —Eso provocó que el chico arquease una de sus cejas con una mezcla de confusión, disgusto y fastidio. —Es la competencia de mi lavadero de dinero, es mejor para mi, incluso genero ganancias extras.
—¿Así que eres dueña de un bar? —preguntó ahora sí interesado al saber con la clase de persona que estaba tratando.
—Así es, Velvet Noir. Aunque no es exactamente mi proyecto principal. —Explicó con una leve sonrisa de orgullo en el rostro.
—¿Vas por la vida contándole a los que te follas que lavas dinero? —Preguntó sin medir muy bien sus palabras, cosa que provocó que la mujer soltase una risa y sacara una pistola pequeña de doble cañón y calibre 38. Toji notó eso, pero tuvo una increíble indiferencia, no parecía ser la primera vez que veía un arma tan de cerca.
—No, pero sé que no eres un imbécil como para ir por la vida diciendo que te topaste con alguien que lo hace. No eres tonto, sabes que si la gente lava dinero es porque-...
—Sí, sí. Seguramente eres una mafiosa, proxeneta o lo que sea. Escucha, no me quieras amenazar. Me importa una mierda si eres la persona más buscada del cártel más peligroso del mundo, después de hoy, no volveremos a vernos así que no me jodas con eso. —Eso provocó que Kiken sonriera un poco, le gustaba esa actitud atrevida del más alto.
Kiken encendió la radio del auto para ambientar el camino con música en lugar de diálogo, eso no duró mucho puesto que dentro de poco llegaron a la mansión de la millonaria.
La mansión era hermosa, era en una zona bastante privada donde habitaba poca gente, cosa que le daba la privacidad suficiente para llevar a cabo su trabajo. En la entrada había un jardín bastante cuidado, un pequeño camino y finalmente la puerta. ¿Cómo es que no había tanta seguridad? Sencillo, los guardias que se turnaban por ahí con sus armas letales eran más que suficiente para garantizar la seguridad de su jefa.
—Hey, camina. —Ordenó la rubia tomando el grande y fuerte brazo de Toji y adentrándolo a la mansión, la cual era aún más impresionante por dentro. —¿Quieres algo de beber antes de ir a hacer el trabajo?
—Un bourbon de reserva especial. —Esa respuesta provocó que Kiken arquease una ceja.
—No imaginé que supieras de licores finos. Con la idea que me hice de ti hasta ahora, pensé que pedirías una cerveza genérica o algo así. —Habló de manera despectiva. Se dirigió a la barra de su amplio salón y sirvió el bourbon que Toji había solicitado en un vaso de roca, agregando un único cubo de hielo. Para ella, optó por una cerveza, queriendo algo más ligero en ese momento.
Toji, por su parte, no contestó al comentario de la rubia y simplemente disfrutó de su bebida sentado en un cómodo sillón individual. A menudo se permitía gastar un poco más en licores de calidad, siendo el whisky uno de sus favoritos. Un buen trago antes de un buen sexo le parecía la combinación perfecta.
—Dime, antes de llevarte a la cama. ¿Tienes novia, esposa? No me importa si es así, pero quiero saberlo por si llegase a hacerse un escándalo fuera de mi casa. —preguntó Kiken sentándose de lado sobre las piernas del azabache, con cuidado de no derramar ninguna de las bebidas.
Él aprovechó ese acercamiento y posición para tomarla de la cintura con su mano libre. En ese momento, Kiken se dio cuenta de la diferencia de tamaño que tenían ambos, puesto que la mano del mayor cubría una gran parte de su cintura.
—No, quedé viudo hace 3 años. —Eso sorprendió a la de orbes cafés.
—Eres un libro imposible de leer, lamento tu perdida. Pero no estamos aquí para hablar de muertos. —Dicho eso, se acercó a plantarle un profundo beso en los labios, cargado de las ganas que tenía la fémina en esos momentos de envolverse en las sábanas con aquel fornido hombre. Ambos estaban tomando, por lo que los dos pudieron notar el sabor a alcohol que inundaba aquel beso.
Los dos mantuvieron el beso por unos segundos, hasta que la femenina se separó. Dejó el vaso de Toji en la barra junto a su botella de cerveza. —Suficiente, vamos a mi habitación.
Avanzó hacia la segunda planta, recorriendo un pasillo hasta llegar a su cuarto. —Bien, ahora-...
Su frase quedó incompleta, no por palabras del hombre, sino por el sonido de la puerta cerrándose bruscamente. Al girarse, vio la imponente figura de Toji acercándose mientras se quitaba la camiseta, lo que causó un ligero sonrojo en ella.
Admiraba la fisonomía de aquel hombre: grande, musculoso, con marcados pectorales y cicatrices que solo añadían un aire rudo y rebelde a su apariencia. Debido a que estaba analizando cada detalle de su cuerpo, se mordió el labio inconscientemente, lo que provocó que Toji se sintiera adulado y hasta orgulloso de su apariencia.
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó, la chica solamente asintió con la cabeza sin despegarle la mirada de su pecho. —¿Qué opinas del sexo ru-...
—Cógeme como si te fuera a pagar para matarme. —Dicho eso, Toji la cargó como si fuese un costal de papas y la lanzó a la cama con poca gentileza.
Como si fuese una bestia, se lanzó encima de ella dispuesto a comerle los labios. Mientras lo hacía, una de sus manos pasó a tomarla de ambas muñecas con facilidad y situarlas sobre la rubia cabellera de la mujer; la otra por su lado bajó a buscar el cierre del vestido que llevaba, este tenía el cierre por delante por lo que en pocos segundos pudo bajarlo y dejar al descubierto un encantador descubrimiento: Los pechos de Kiken.
Al ser un vestido algo apretado y de tirantes, ella optó por no llevar sostén sino más bien unos parches. Toji los arrancó sin detenerse a pensar si eso le causaría dolor. La rubia mordió con algo de brusquedad el labio inferior de Toji, dándole a entender que le había dolido. Sin embargo, a Toji no pareció gustarle mucho esa acción ya que rompió el beso para propiciarle una bofetada.
—¿Me pides que te folle como si quisiera matarte y te quejas de que te arranqué unos parches? —Cuestionó arqueando una de sus cejas. Las palabras y reacción de Toji solo incrementaban el deseo de la Yoshida por él. —¿Vas a ser una buena zorra o tendré que usarte de vertedero de semen y venirme lo más rápido posible con tal de que me pagues mi dinero?
Kiken no pudo evitar sonreír ante su audacia. Aquel hombre era exactamente lo que estaba buscando. Con una sonrisa coqueta, se acercó más a él. —¿Por qué no lo averiguas por ti mismo?
Sin más, Toji se deshizo completamente del vestido de la más baja y lo aventó por ahí. Luego continuó quitándole las bragas e igualmente deshaciéndose de ellas. —Levántate. —Ordenó Toji, mientras se dirigía a un sofá que estaba enfrente de la cama y sentándose en este. Ese tono que usó provocó que la rubia obedeciera sin chistar y se pusiera de pie, quedando completamente desnuda y a merced de aquel dominante hombre que había contratado como prostituto.
—Ven, quiero ver que tan buen trabajo puede hacer esa boquita. —Ella caminó hacia él con su mirada clavada en el bulto ya notorio del más alto. —No, acércate a cuatro patas como la perra que eres.
Kiken regresó sobre sus pasos y se puso en cuatro, nuevamente se aproximó a Toji y finalmente quedó con su cabeza en medio de las fuertes piernas del azabache. Él no tuvo que decir nada puesto que ella comenzó a desabrochar el botón y la cremallera por iniciativa propia.
Pocos segundos después, el miembro erecto de Toji fue liberado de sus pantalones los cuales comenzaban a apretarle. Kiken se quedó viendo toda su estructura como si fuese el pene más lindo que hubiera visto, o quizá el más grande. En el fondo estaba algo asustada.
—¿Qué esperas? ¿Es demasiado para ti? —Preguntó alzando una ceja y enredando el cabello rubio de Kiken entre sus dedos, dio un tirón de este para hacer que alzara su mirada y lo viese a los ojos. Esos ojos detonaban lujuria pura, intensa. La femenina podía sentir sus pliegues mojarse más de lo que ya estaban con solo ver la mirada que Toji le estaba dando.
Tomó la base del miembro de Toji y comenzó masturbándola ligeramente, pero se detuvo al oír nuevamente la voz de Toji. —¿Qué haces? ¿Acaso no escuchaste bien? Dije que quería sentir mi pene en tu boca, con las manos yo mismo podría hacerlo. Haz bien lo que te pido o no tendré piedad más adelante.
Kiken se rehusaba a meterla toda a su boca de una, por lo que empezó dando pequeñas lamidas alrededor de su falo. Toji aún la tenía sujetada del cabello por lo que la movió de tal forma que su glande entró en la boca de la rubia, eso no pareció tan mal para ella puesto que podía jugar con esa zona como si de un chupón para bebé se tratase. Se enfocaba en darle pequeñas lamidas y juguetear con él casi diminuto orificio que tenía dentro de su boca. Sin previo aviso, Toji soltó su cabello y esta vez la tomó de la parte posterior de su cabeza para de esta manera empujarla lo más físicamente posible hacia adelante, haciendo que casi todo su miembro entrase en la boca de la rubia. Era demasiado para ella, puso sus ojos en blanco y soltó sonidos de asfixia y arcadas. El pene de Fushiguro había llegado más adentro de lo previsto y estaba segura de que iba a vomitarse en cualquier momento por lo profundo que tocaba.
El hombre se puso de pie aún con su miembro en la boca de la chica y sus manos en la parte trasera de su cabeza. "Por favor que no lo haga o me voy a vomitar" Pensó Kiken, pero acabó pasando. Él comenzó a embestir su boca, podía sentir incluso sus testículos golpeando su mentón.
Podían oírse pequeños suspiros y gruñidos por parte del más alto, quien tenía su cabeza echada hacia atrás y realmente estaba disfrutando con la boca de la fémina. —Voy a llenar cada parte de tu cuerpo.
Y como si hubiese sido advertencia, depositó su semilla muy en el fondo de la cavidad bucal de la chica, después de eso soltó su cabeza con brusquedad. Apenas tuvo libertad, corrió al baño localizado en la habitación para poder vomitar tanto el alcohol que había ingerido como el semen de Toji. Estuvo un par de segundos procesando lo que acababa de pasar con el más alto y no pudo evitar llevarse sus dedos a su feminidad y tocarla solamente para comprobar lo húmeda que estaba. Se enjuagó la boca y salió nuevamente con Toji.
Apenas Fushiguro la vio, la tiró al piso tomándola de los hombros y cayendo junto con ella. —¿Qué fue lo que te dije? Que hicieras bien tu trabajo, ¿No? —Le preguntó en un tono bastante serio.
—Es tu culpa por meterme el pene hasta la garganta. —Reprochó la rubia.
—Abre la boca. Algo de mi debe de quedar dentro de esa preciosa boquita. —Ordenó tomándola de las mejillas con una sola mano y apretando con fuerza. Ella obedeció y Toji le escupió en la boca. —Trágatelo.
Sin problema alguno, ella se lo tragó, se sentía un tanto humillada, pero eso le estaba provocando la mayor excitación que se pudo haber imaginado. Fushiguro se le quedó viendo un par de segundos, como si estuviera analizando su próximo movimiento.
De un segundo a otro, se le quitó de encima y volvió al sillón, que parecía haber adoptado como una especie de trono. —Acércate —Ordenó. Ella obedeció y gateó de nuevo hacia Toji. Sin embargo, esta vez, él hizo un gesto con su dedo índice, indicando que se diera la vuelta y quedara con su trasero frente a él.
Kiken hizo lo solicitado y quedó en cuatro, con su trasero a entera disposición de Toji. No iba a desperdiciar el tiempo, sin previo aviso le soltó una fuerte nalgada, tan fuerte que dejó marcada su mano ahí. Eso provocó un corto grito de la rubia que, aunque esperaba un golpe, no esperaba uno tan fuerte.
Sin previo aviso, Kiken sintió el gran miembro de Fushiguro entrar con facilidad en su vagina. Estaba demasiado húmeda como para que no entrase como si fuese un delgado fideo. Ni lento ni perezoso, Toji comenzó a moverse dentro de ella, la sostenía firmemente de las caderas y con ayuda de estas guiaba un poco el ritmo que quería mantener: Rudo y sin compasión alguna.
La habitación se llenó de gemidos y del sonido de las pieles chocando entre sí, realmente ambos se la estaban pasando más que bien. En medio de esas estocadas, Toji le propiciaba nalgadas muchísimo más leves que la primera.
El hombre llevó una de sus manos al cabello de la chica, enredando aquellos hilos de oro entre su fuerte mano; la otra la llevó a su boca, metiendo tres dedos en esta para que ella pudiera lubricarlos. Kiken lamió y chupó sus dedos como si fuese el dulce más exquisito hasta que estos quedaron completamente llenos de su saliva. Justo en ese momento, la mujer detuvo sus acciones puesto que había llegado a su primer orgasmo de la noche, soltó un gemido mucho más fuerte de todos los que había soltado anteriormente. La mezcla de la vista, el sonido y las sensaciones que Toji estaba teniendo provocaron que terminará igualmente dentro de ella, al haberse apretado tanto, parte del semen salió resbalando por su vagina y muslos.
Después de un par de segundos que su miembro pasó por lo conocido como "híper-sensibilidad", salió de su interior para poder recoger con su pene parte del semen que había quedado en la vagina de la chica y guiarlo hasta su orificio trasero. Acercó un poco su rostro para poder escupir en aquel hoyo, eso más el semen que aún mantenía con su miembro, le pareció suficiente lubricante para poder entrar sin mucho cuidado en aquel lugar.
—¡TOJI! —Gritó la fémina soltando gemidos dolorosos y realmente poco placenteros, no estaba sintiendo placer por el momento. —¡Eso me duele!
—¿Qué tanto te puede doler? No debo ser el primero en abrirte el culo. —Y era verdad, no era el primero pero sí era el más grande. Toji le soltó una nalgada nuevamente, como si no fuese suficiente dolor.
Pasados unos segundos que Toji sintió que llegó al fondo, a la par que vio su miembro completamente escondido, comenzó a moverse. Era un vaivén un poco más suave y lento que el que tuvo con su vagina y su boca, tampoco era un monstruo como para romperle el ano por puro placer. Con sus dedos previamente lubricados por la lengua de la fémina, comenzó a pasar sus húmedos dedos por la feminidad de la rubia, metiéndolos en su otro orificio y haciendo hábiles movimientos tanto dentro como fuera, puesto que con su seco pulgar estimulaba su clítoris. Su otra mano estaba ocupada con la cadera de Kiken, la tomaba con fuerza para seguir guiando su ritmo.
Con la mezcla de sensaciones que había aumentado y con el cómo le había agarrado gusto al sexo anal, Kiken comenzó a sentir un cosquilleo, oleadas de placer estaban inundándola. Después de un par de segundos con aquellas mismas sensaciones terminó por llegar a su tercer orgasmo. Cayó rendida cara al suelo, estaba exhausta pero Toji aún no terminaba, por lo que continuó embistiendo analmente a la rubia hasta que sintió el orgasmo llegar, se corrió dentro y salió, la imagen desde su perspectiva era hermosa: La rubia completamente despeinada, con su trasero aún elevado por la posición en la que estaba y con sus glúteos rojos de tantos golpes. Con su ano chorreando su semen y este derritiéndose desde ahí, pasando por su vagina, bajando por sus muslos y solo parte de este llegando a caer al suelo en forma de gotas. Le dio un par de palmaditas en el trasero, como dando a entender que podía bajarlo y descansar.
—Lo hiciste bien, eres una buena perra. —Dijo tomando un par de pañuelos desechables de una cajita que estaba en la habitación y usando estos para limpiar un poco el desastre que tenía en su entrepierna.
—Y tú eres un gran semental. —Habló a duras penas, le dolía la garganta, tanto por haber sido follada como por haber gritado y gemido tanto.
—¿Vas a pagarme ahora o...?—Preguntó al ver que no parecía muy dispuesta de levantarse del suelo. Ella le hizo una seña de que esperara un momento.
Pasado un rato en que la mujer se reincorporó y superó un poco el dolor que tenía gracias al sexo anal, finalmente le dio su paga a Toji, el cual en ese tiempo estuvo explorando la habitación de la mujer.
—Aquí tienes, 50,000 yenes. —Dijo extendiéndole un fajo de dinero. —Pero no te vas a escapar tan fácilmente de mí. —Dicho eso, ambos hicieron un cambio de contactos, pasándose sus números personales
Toji sonrió inconscientemente, aunque no estaba seguro si estaba sonriendo por tener esa gran cantidad en sus manos o por tener el contacto de su nueva compañera sexual.
—Te llamaré cuando necesite una acomodada de útero. —Bromeó y se acercó a plantarle un pequeño y corto beso en los labios. —Hasta luego, musculitos.
Antes de retirarse, Toji le soltó una nalgada juguetona y finalmente se retiró victorioso de aquella gran mansión.

🐚.

Hola, aquí me presentó de nuevo.

Antes de decir tonterías quiero aclarar que esta historia no me pertenece completamente, está historia me la "regalaron" por así decirlo para subirla aquí, pero sinceramente quiero darle los créditos a quien le corresponde que es nada más y nada menos que

sngekkou

Espero vayan a su perfil, sube cosas relacionadas a one shots de One Piece muy buenos, la verdad es una agradable persona y su modo de escritura me encanta.

¡No olviden ir a su perfil y agradecerle también de parte por dejarme subir su historia aqui!

Por otro lado quiero agradecerles de corazón por las vistas en estos meses, poco a poco e crecido, y realmente me hace muy feliz sus comentarios y sus votos, estaré haciendo más shots, tal vez tarde demasiado debido a que muchas veces no tengo esa motivación para escribir, pero créanme que es algo seguro de que subiré shots, ¡Será lento pero seguro!

¡Gracias por las 34 mil vistas y los 763 votos!

No olviden tomar agua y dormir sus horas:3

Sus comentarios y votos me animan mucho a seguir con todo esto^^

No olviden votar y comentar si les gusto este shots hecho por sngekkou

Con amor💕
Susi🍒

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 | 𝖺𝗇𝗂𝗆𝖾 𝖻𝗈𝗒'𝗌 +𝟣𝟪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora