¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Ten, agradeceque te lo traje personalmente y que lo compré. —Comenta entregandoaquellosbentōs envueltos.
— Muchas gracias, la verdad le debo un favor... ¿Quiere un poco? — No, no tengo hambre, ¿como va todo? — La verdad no muy bien, la muerte de Rengoku de verdad me afecto demasiado, y es entendible... Fue mi maestro después de todo.
— Si, fue un golpe fuerte para todos y para la cofradía. Ahora hay un puesto vacío... — soltó un suspiro pesado. — Claro... ¿Hmg? Shinazugawa-san, esta herido — comentó un poco alterada. — ¿Eh? Si, acabo de llegar del trabajo así que es normal. Tu más que nadie lo entiende ¿no? — ¡Déjame tan siquiera vender su herida! — Corrió rápidamente para después regresar con un botiquín de primeros auxilios en sus manos. Dejó la caja en el piso a un lado de ella agarrando la ropa de pilar y tirando de ella — ¡quítate esto!
— No es necesario, ¡ahora déjame! — grito bajo. — Claro que lo es, si no se limpia tu herida se puede infectar. — ¡Ya dije que no quiero!... No necesito tú ayuda Kanroji. — Eso lo se... Pero me preocupa, dejame hacer esto por haber traído mi almuerzo.