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— Regresé.
Rápidamente se dio la vuelta sentándose, esa misma sensación se hizo presente en ella una vez más con solo escuchar su grave voz. Estaba totalmente confundida, ¿por que pasaba eso? ¿Que le estaba sucediendo? ¿Por que a ella? ¿Y por qué con el presente? Su mente estaba llena de preguntas hasta que de le vino a la mente aquella demonio, espera un minuto, esta había dicho algo relacionado con que surgiría efecto algo en ella, pero... ¿A que se refería?
Recordó el humo y los rasguños, luego volvió a mirar a Sanemi, estaba apuntó de preguntar sobre la demonio pero el la interrumpió.
— Será mejor que duermas, mañana en la mañana nos largaremos de este lugar. — Dijo acomodandose en su futón dándole la espalda.
— Sh-Shinazuwaga... ¿Tu que sabes sobre la demonio a la que nos enfrentamos? — ¿Para que quieres saber? — Ehh, para nada relevante... Solo... Curiosidad. — Pues solo se que su arte demoniaco afectaba a los hombres de manera que se quedaban embobados con ella... —¿Y a las mujeres? —No lose, solo se que inmediatamente las mataba. — Ohh... ¿Y la causa de tu desmayó fue por ella? —Pues en cierta parte si, ya que por tu culpa inhale el mugroso humo ese. —¿Como te sientes? —Bueno ya, ¿muchas preguntas, no? ¿A que quieres llegar con todo eso? — Pregunto frustrado sentándose para poder verla.