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El futuro no se puede cambiar. Vaya parece ser que me mataron, es curioso esto de saber cómo vas a morir ¿No?. En cierto modo me siento incluso un privilegiado, no todo el mundo tiene la suerte de saber que va a morir en manos de un italiano mamadísimo y sabroso.

Es evidente que de la muerte no se puede escapar, pero si que podemos retroceder un poco en el tiempo.

¿Que paso después de la explosión?
No me malinterpreteis, el futuro está escrito y sucederá cuando vaya a Marbella.

Y para mí, Gustabo García, mi futuro es morir en Marbella en manos de Toni Gambino.

Los fantasmas no existen, pero el pasado de las personas si y eso es lo que vamos a averiguar en esta historia, un poquito más de la vida de Gustabo García, y sobre sus sentimientos por el comisario Freddy Trucazo, y que lo llevo a morir en Marbella.
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¿O no?

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Abrir los ojos para encontrarse con unas luces que te ciegan la vista, un pitido en el oído y el olor putrefacto de una habitación de hospital es algo que Gustabo García con b de bombón ya se acostumbro. Pero hoy era diferente, cerca de su cama había un traje negro con un chaleco rosa.

Hoy es el día.

Un sentimiento de libertad me invade pero rápidamente se desvanece como llego ¿Libertad? Que mal chiste, de esos que no dan risa. Frustrado se levantó de la cama con algo de inquietud, sabía que ya necesitaba la pastilla para mantener a ese maldito payaso callado, pero lo odió con todo mi ser, náuseas y mareos no le gustaban. Con pesar me di una ducha fría para dejar de pensar, funcionó con éxito y al acabar me puse el traje, me siento en la camilla algo desorientado. Mi corazón latía rápido, no deseaba verlo, no ahora, no hoy, nunca más. Pero debe hacerlo, para algo me entreno ¿No?.

"Para ser un perro de los pobres. Que lamentable Gustabo."

Esa maldita voz lo hizo sin dudarlo gritar varias veces "doctora" en busca de la pastilla, aunque la terminaría escupiendo o vomitando. Cuando la puerta se abrió logrando mirar a Castro, una sonrisa leve apareció en sus labios, su cuidadora había llegado con una expresión de preocupación. Sintiéndose mal por los gritos antes dados, decidió omitir comentar de la voz antes escuchada en su cabeza.

-Buenas, Gustabo ¿Que ocurre?.

La voz de Castro siempre me causa tranquilidad, no puede evitar sentirse seguro con su presencia, ella era un lugar seguro, pero eso nunca lo iba a decir en voz alta.

-¿Que tal? ¿Cómo estás, Castro?

Decidir responderle con amabilidad no es ninguna sorpresa para ella, sabe que la respeto hasta cierto punto. Por eso no recibí una respuesta cortante, al contrario fue buena, hasta que oí sobre que ya es la hora para la pastillita, aunque disimule mi desagrado y le seguí el rollo de no perder las costumbres de las horas que debo tomarla. Después rápidamente cambiamos de tema, sobre mi dormir. Joder, toca nuevamente mentir. Una sonrisa y hablar con seguridad de que ya no hay pesadillas, que dormí "perfectamente" estos días y que estoy fresco como una lechuga es suficiente para que ella se sienta aliviada y muestre una sonrisa, eso me hace sentir bien. No dudo en regresar la pregunta para evitar más preguntas, todo esto mientras ella me entrega un frasco de pastillas para un mes. Que horror.

𝙄𝙈𝙋𝙀𝙉𝙎𝘼𝘽𝙇𝙀 : 𝙁𝙍𝙀𝘿𝘿𝙔𝙏𝘼𝘽𝙊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora