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Son las cinco de la mañana, y se puede escuchar como casilleros se abren y azotan, todo ruido hecho por nada más que yo, con molestia comienzo a buscar mis putas pastillitas, no encontrarlas me pone nervioso. Ya con varios casilleros abiertos sigo buscando, solo puedo encontrar gilipolleces, nadie tiene mis pastillas en ningún casillero, aunque realmente no tiene sentido que alguno de ellos las tengan. Golpeó mi frente contra una puerta metálica de un casillero ¿Que pasa si Conway me descubre que no estoy tomando las pastillas? ¿Me volverá a meter en un psiquiátrico como si no valiera nada? O aún peor ¿Castro se decepcionaría de mi?... Un profundo suspiro sale de mis labios y cierro los ojo mientras puerta de los vestuarios se abre, lo que me faltaba, solo me queda rezar para que no sea el viejo gruñón.

Para una vez en mi vida tengo buena suerte y es el Subcomisario Holiday quién entra a los vestuarios, aunque al principio se ve sorprendido ante el desastre en los casilleros, luego se ríe y no puedo evitar sentir que por primera vez un alto cargo no ve el desastre que hice como algo que merezca un insulto o porrazo. Antes de poder excusarme sobre está situación, Holiday se adelantó y sin pedirme una explicación comenzó a ayudarme a ordenar los casilleros, hablamos de temas triviales y sobre cosas de comisaría, al acabar, como si ya fuera costumbre el Subcomisario me revolvió el pelo y no pude evitar sonreír. No me importo que Conway haya entrado a los vestuarios y se haya quedado viendo la escena en silencio, mucho menos que viera mi sonrisa.

La presencia del Subcomisario hizo que olvidará el tema sobre mis pastillas y salí a patrullar un rato con tranquilidad, hasta que mientras iba en mery comencé a pensar en el comisario, Freddy. Sin poder evitarlo pensé en ese beso tan apasionado que nos dimos en el callejón en medio de un operativo que acabo en un tiroteo, maldito comisario. Estacionó en una esquina y saco mi iPhone, miro mis números registrado, una expresión de disgusto aparece en mi rostro al recordar que no tengo su número de celular, algo irritado por eso vuelvo a comisaría, miro a todos lados con la emoción de verlo nuevamente, pero no sucede. Me debe un maldito beso.

Mientras hago un informe escucho a nada mas que al mismísimo Isidoro peleando con Leonardo, me acerco a ellos buscando información con la psicóloga, aunque actuó con indiferencia no puedo evitar sentir emocion al verlo nuevamente con el uniforme de policía. Solo para que me arruine la emocion de verlo al comentar que ahora sus medicamentos lo hacen homosexual, eso no tiene nada de malo, y claramente no estoy para hablar de ello pero ¿Isidoro? Ni loco me lo creo. Algo intrigado por indagar sobre mi sexualidad sigo hablando con Isidoro solo para que el gilipollas me quiera "abrazar", dudo un poco pero le doy un empujón cuando me agarra de las caderas, también se lleva un disparo de la escopeta de goma. Sin más patrullamos y logramos varios éxitos, aunque deseo matar a Isidoro múltiples veces por los "apodos" que me pone no puedo negar que me la paso bien a su lado.

Más al rato Gordon, Isidoro y yo ayudamos al subcomisario con un secuestro a un civil, yo soy el negociante mientras Holiday confirma mi negociación. Claramente un éxito de mi parte y el civil sale ileso, vuelvo a los vestuarios para cambiarme a mi ropa de civil, pero antes de entrar me encuentro con el inspector jefe Jacob, me saluda y sale de los vestuarios, no le doy importancia y me cambio de outfit, hoy toca el rosa de nuevo. Abro mi taquilla, para mí sorpresa me encuentro mis pastillas ahí, tomo el frasco y me quedo congelado mientras las veo ¿Cómo llegaron estás malditas pastillas? Si busque en todo la taquilla y no había nada.

Me cambio de ropa algo perdido en mis pensamientos mientras Isidoro está diciendo gilipolleces, puedo oír el sonido de la puerta de los vestuarios ser abierta, pero no levanto la mirada, sigo en lo mío hasta que salgo de mis pensamientos al oír a Isidoro saludar al comisario. Automáticamente levantó la mirada, veo a Freddy y nuestras miradas se cruzan, así nos quedamos mientras Freddy nos habla de una nueva misión, no puede evitar abrochar los botones de mi camisa de manera nerviosa cuando Freddy pasa su mira sobre mi pecho. Intento actuar con tranquilidad pero el putero de Isidoro de la nada me agarra de las caderas y me abraza como si fuera una puta mujer.

-¿¡Que haces- ¡Me cago en toda tu generación de putos muertos!.. ¡Suelta!

No dudo en empujar a Isidoro mientras el se ríe, no puedo evitar sonrojarme de la vergüenza, miro a Freddy quién aparece algo más serio ante esa situación, desvío la mirada y continuo abrochandome la camisa, pero ahora de espaldas, me avergüenzo más al oir a Freddy buscarle explicaciones Isidoro.

-¿Me puedes explicar que acabo de ver o que?.

-Que cuando estamos muy mimosos nos ponemos así.

-¡Gilipollas de mierda!-Insulto a Isidoro nuevamente ya cambiado de outfit, me siento realmente avergonzado por toda esta situación que Freddy está viendo, pero mi corazón se acelera al escuchar las palabras de Freddy claramente en un tono no muy amigable a Isidoro ¿Acaso el está..?.

-Dejate de hostias ¿Vale?.

Dejando ese tema, Freddy continua explicando sobre la otra misión en cubierto, ya menos tensa la situación comienzo a quejarme sobre la ineficiencia de la malla policial, en broma pregunto si debo "sacarme la polla" solo para que Isidoro ahora haga una nueva insinuación de que es gay y comerme, frente al comisario y subcomisario, que puto asco. Freddy nuevamente le pide que deje de hacer esas insinuaciones a mi persona. Seguimos hablando sobre la misión, al final yo y Isidoro tenemos que hacernos pasar por una "pareja". Freddy y Gordon no parecen muy contentos con la situación pero no dicen nada sobre ello. Lastimosamente está misión no lleva a nada, solo veo a gilipollas haciendo rap callejero, vaya mierda de misión. Ya cansado vuelvo a comisaría, y molesto por la incompetencia de varios compañeros me dejó caer sobre una banca de vestuario, y aún confundido observo el frasco de pastillas que no había encontrado, suspiro y me tomo una.

Cierro mis ojos pensando en este día de locos que tuve, intento relajar mi mente un rato hasta sentir como alguien se sienta a mi lado, abro los ojos y me encuentro que fue Freddy el que se sentó a mi lado, antes de poder decir alguna palabra Freddy pone una mano sobre mi muslo y me susurra al oído "Sal de servicio" pars luego irse a las duchas.

Nervioso hago su indicaciones y lo sigo a las duchas, ya ahí Freddy me lleva hasta una ducha vacía y me acorrala nuevamente contra una pared de la ducha. Mi respiración se acelera solo para que nuestros labios se junten de nuevo, es un beso lento pero apasionado, podría jurar que me podría derrutir solo con sentir sus labios sobre los míos. No se cuanto tiempo llevamos besándonos en las duchas, pero se que es el suficiente para sentir mis labios húmedos por la cantidad de besos que nos dimos, ambos tenemos la respiración agitada mientras aún tenemos nuestros cuerpos pegados contra el otro, es muy obvia la excitación que ambos tenemos por la sesión de besos que nos dimos.

—Tu recompensa, Gustabiño..

Freddy me da una palmada sobre mi trasero y me suelta, se va de la ducha sin decirme nada más, mi respiración esta acelerada mientras intento reponerme. Un sentimiento de deseo y frustración me invade ¿Acaso Freddy solo quiere jugar conmigo a los besos?.

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¡Perdón por al tardanza! Espero les guste este capítulo, mañana les intentaré dar otro.

¡Gracias por leer!.

𝙄𝙈𝙋𝙀𝙉𝙎𝘼𝘽𝙇𝙀 : 𝙁𝙍𝙀𝘿𝘿𝙔𝙏𝘼𝘽𝙊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora