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Aveces mirar a la gente pasar por la comisaría con sus problemas de mierda me hace cuestionarme si fue buena idea salir del hospital, no se que era peor. Al menos esta mañana no desperté vomitando las putas pastillitas, eso ya es una victoria para mí. Un suspiro sale de mis labios y miro el frasco de pastillas en mi mano ¿Debería? Realmente no me dan ganas pero debo seguir las órdenes de Castro, no quiero decepcionarla. Sin ánimos abro el frasco de pastillas y tomo una con un trago de la botella agua a mi lado, despues de sentir como pasa por mi garganta me levanto del banco del exterior de una calle, ya es hora de trabajar, no quiero que Conway se esté quejando. Saco el teléfono para llamar a Isidoro y que venga por mi, cuando me contesta suena agitado, seguro de putero.

—¿Dónde cojones estás?.

Escúchame.. puedo explicártelo..

—Me cago en la.. ¡Estoy tirado en la calle!

¿Dónde está? Eh.. Comparta ubicación.. ¡Le caigo!.

—¡Pero ven ya! ¡Ya es ya!.

No me lo creo, 30 minutos ¡30 MINUTOS! Esperando al gilipollas de Isidoro, mi mal humor comienza a subir rápidamente, por mi suerte un patrulla se acerca a mi y me ofrece llevarme, solo para que me llegue una nueva llamada de Isidoro, saco mi iPhone enojado, lo que tengo que aguantar es increíble, cuando contestas no dudo en contestarle gritándole.

—¿¡Que cojones quieres!?.

Vale, escúchame pequeñita, voy a..

—¡Han venido dos compañeros y tú no!.

¡Ah! ¿Pero donde estas entonce-

—¡No te necesito ya! ¡Gilipollas!.

Le cuelgo sin esperar respuesta y me disculpo con mis compañeros por mis gritos, ellos sin problemas me llevan a comisaría, que majos. Cuando entro a comisaría siento algunas miradas sobre mi, y lo entiendo, hoy no llevo el uniforme de policía, al contrario llevo una camisa rojo vino con unos pantalones formales y unos tenis a juego con el color en mi camisa, eso sí, el chaleco de policía me lo dejo. Joder, hoy me veo mucho más sexy, que ganas de que me vea Freddy. Lastimosamente me encuentro con Gordon y Isidoro en la armería, como no se aprovecha que soy el cargo más alto y Gordon me pone a acomodar a la malla, que pereza.

Hoy pensaba que iba a ser un día tranquilo pero como no el plancha bragas de Isidoro se pone de putero en la comisaría y lo termino llevando al hospital por la paliza que le di con la porra, y para acabarla estar en H50 es un dolor de huevos. Después de un día de fracasos por culpa de las putas motos, la noche es igual, el único éxito que tengo es una venta de marihuana, que por mala influencia de Isidoro lo hago tomarse toda la marihuana que  aguanta. Que gran subinspector soy.

Aquí Freddy desde vuestra frecuencia ¿Como llevais el día?.

Una corriente de energía recorre mi cuerpo al escuchar la voz de Freddy por radio, maldita sensación que me causa Freddy, no puedo evitar sonreír y ponerme algo nervioso al oirlo, no dudo responderle animado, sin notar la mirada curiosa de Isidoro en mi.

—Todo muy bien, aquí estoy con un marihuanero.

Perfecto, Gustabiño, ven a mi despacho ahora mismo.

—10-4.

Esto no me lo esperaba ¿En su despacho?. No puedo evitar ahora sentirme nervioso pero no de la buena manera que me pone Freddy, ahora realmente si me pone nervioso, mientras Isidoro conduce a comisaría me cuenta algo sobre una manifestación en su contra, la puta mierda que me faltaba, sobretodo por que está bajo mi cargó. Pero antes de poder llegar a comisaría Isidoro comienza una persecución con una moto en la cual rápidamente entra Freddy a apoyarnos en una mery, la persecución es larga y tediosa, pero la logramos con éxito cuando chocan en un callejón. Luego se detenerlos Freddy le ordena a Isidoro que se encargue de los dos solo, Isidoro se ve confundido pero obedece y se va en el patrulla dejándonos solo en el callejón.

Algo nervioso lo busco con la misma pero no lo veo, hasta que lo siento detrás de mi, puedo sentir como agarra nuevamente mi cintura pero ahora sus dos manos me están agarrando, un largo suspiro sale de mis labios, solo para notar como me acorrala contra una pared del callejón, mi respiración se acelera cuando mi pecho choca contra la superficie dura de la pared, su agarre sobre mi cintura se vuelve mucho más fuerte hasta el punto de sacarme un jadeo de dolor ¿Que coño está pasando?.

—¿No sabes que tienes bodycam, neno?.

Solo con su susurro sobre mi oído y mi cuerpo tiembla levemente bajo su agarre, dios santo, lo puedo sentir todo, absolutamente todo. Cierro los ojos mientras intento detener su agarre pero no logro hacer que me suelte ¿Realmente quiero que lo haga?.

—¿No vas a responder, Gustabiño?

—J-joder.. si.. se de ellas..

—Entonces si vas a hacer gilipolleces como lo del marihuanero te sugiero apagarla, neno.

—Lo siento.. no v-volverá a pasar..

¿Y H50 que gestiona?.

Ambos nos congelamos al oír la voz de Conway por la radio ¿Porque siempre interrumpe estos momentos? Puto viejo... Rápidamente llevo mi mano al botón de la radio para contestar, pero nuevamente el viejo regaña, joder.

¿Me copias, Gustabin? ¿O estás tan ocupado que no gestionas la puta malla?.

— Llevo gestionando t-todo el día...

Ven aquí ahora mismo, no aguanto las denuncias a tu mierda de alumno.

—10-4 C-conway...

Al acabar de hablar por radio, Freddy ya me había soltado de la cintura y tomo su distancia, yo que quería que me empotr- ¿Que son estos pensamientos? Joder. Antes de poder decirle algo me lanza las llaves de la mery.

—Vete de aquí, Gustabiño. Yo pido un patrulla.

Aún afectado por lo acontecido hace unos momentos me subo a la mery y huyó de la escena, no entiendo nada de lo que acaba de pasar ¿Que le sucede al comisario? ¿Esto de agarrarme de la cintura que coño es?. En tiempo récord llegó a la comisaría, suspiro profundamente antes de entrar y buscar a Conway. Después de una "platicar" con Isidoro, donde delató todas sus mierdas, sobre sus denuncias, manifestación y su falta de respeto a ser policía al hacer directos en persecución.

Luego de terminar denuncias contra Isidoro volvemos a patrullar, donde atendemos una alerta de suicidio, no puedo evitar sentir una presión en el pecho, siento nervios con tan solo la palabra porque también eh pensado en eso en el pasado, en el hospital, cuando Horacio se fue... Niego con la cabeza repetidas veces y llegamos al lugar, con un suspiro atiendo la situación y con ayuda del viejo evitamos una tragedia. Pero al acabar eso, vamos al taller al ver el estado deplorable del patrulla, ahí nuevamente me encuentro con nada más que Armando Grúas, no me queda que fingir que no lo recuerdo, el claramente si lo hace, me insulta y me echa del taller. Isidoro y yo patrullamos un rato más hasta que volvemos a comisaría para salir de servicio pero Gordon nos encuentra y nos echa el marrón de la marihuana, ahora estamos los tres en esta situación. Otro regaño del viejo seguro.

Ya agotado de este día tan agotador y tan confundido, me largo a un garaje y me acuesto a dormir en el puto piso.

¿Que acaba de suceder hoy?.

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¡Gracias por el apoyo! Aquí un capítulo algo corto, disfruten.

Gracias por leer.

𝙄𝙈𝙋𝙀𝙉𝙎𝘼𝘽𝙇𝙀 : 𝙁𝙍𝙀𝘿𝘿𝙔𝙏𝘼𝘽𝙊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora