「004」

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De repente, se sintió mareado de tanto pensar.

Todo lo antes soñado lo estaba consumiendo.

No podía afirmar que era un fanático empedernido de la fantasía, o que leía comics de espías. ¡Ni siquiera veía televisión! Entonces, ¿qué significaba todo lo anterior? Su mente le estaba jugando una mala pasada.

―Segundo, ¿por qué estás aquí? ―mencionó la pelirosa con determinación, a la par que llegó repentinamente, se acomodó a un costado de Damian. El delicado susurro del viento en el jardín, oculto en algún escondite del Edén, los envolvió―. Te he estado buscando.

¿Lo estaba buscando? ¿Acaso Anya anhelaba tanto su compañía? En un instante, sintió el rubor invadir sus mejillas. Se avergonzó de las múltiples conjeturas que su mente había formulado en tan solo un instante.

Ella también se sonrojó.

―Prometiste ayudarme a estudiar, pero cuando desperté, ya no estabas ―infló sus mejillas, molesta.

Damian asintió, consciente de su descuido. Los recientes acontecimientos lo habían abrumado tanto que ni siquiera él mismo pudo concentrarse en clases. Salió apresuradamente cuando sonó el timbre, sin ofrecer ninguna explicación a los presentes. Se sentía agobiado e inquieto, como si estuviera siendo vigilado constantemente. Aunque sabía que Anya no podía ser una esper, la idea se sembró en su mente, haciendo que dudara. Trataba de mantener sus pensamientos bajo control, pero cuando ella invadía en su privacidad, esto parecía imposible.

―Deberías prestar más atención a clase, en la universidad no estaré ahí para ayudarte ―se recostó sobre el césped, cruzó sus brazos debajo de su cabeza y miró al cielo. Se estremeció.

El viento soplaba frío, anunciando la llegada del invierno mientras la estación comenzaba a cambiar.

Anya suspiró, cabizbaja. Abrazó sus piernas y miró al horizonte.

―¿Has pensado en tu futuro? ―preguntó finalmente, casi en un susurro―. En lo que te gustaría hacer más adelante.

―Seré político ―respondió rápidamente, a la vez que se sorprendía con la interrogante. No esperaba que ella mostrara tanto interés en ese aspecto, más cuando nunca parecía hablar al respecto de ello, pero con el final del año escolar acercándose, quizá era hora de pensar en su futuro―. ¿Y qué hay de ti? ¿Has pensado en algo?

El primer pensamiento que cruzó en la mente de Anya fue seguir los pasos de su padre como agente, pero decidió guardárselo para sí misma. Aunque su padre le había aconsejado explorar otras alternativas, advirtiéndole sobre los desafíos y el peligro que implicaba para su vida, en ella aún persistía ese anhelo. En contraste, respondió:

ꜱᴀᴜᴅᴀᴅᴇ » Damianya ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora