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La noche llegó, con ello el frío y la necesidad de encontrar un lugar seguro para dormir. El bosque a esas horas hacia ruidos extraños.
Todo el día caminando por el bosque los llevó a la entrada que indicaba el camino que líder Kim les dió.
Solo faltaban algunas horas más para que llegasen, sin embargo con la oscuridad no avanzarían más.

Se refugiaron en una pequeña cueva, la cuál era lo suficientemente grande para los dos.

Taehyung encendió una fogata y Jungkook sacó el libro que aquel hombre les dió. Comenzó a leerlo, notando que algunas cosas no cuadraban del todo.

“Dos mundos, mil tierras. Hace tiempo trataron de que los dos mundos esten coexistiendo juntos.

—Jungkook...

"El caos llegó, dejando a las llamas llevarse todo.
Si el siguiente libro quieres un humano debes traer.
El calor quema la piel, la arena te deja morir de sed pero en dónde reside el agua, ahí oculto lo encontrarás."

—¿Jungkook? —La voz del peliazul le distrajo.

—¿Eh? ¿Si? —Lo miró, esperando respuesta, Taehyung negó.

—Ya puedes cenar. —Le extendió una lata con algunas sardinas apenas cocinadas, y un poco de arroz. Hizo una cara un poco de desagrado por el fuerte olor de las sardinas, no era gran fan del pescado.

—Uhm... Gracias.

—¿Estás bien?

—Si... Solo estaba leyendo... ¿Quieres ver? —Taehyung  asintió acercándose al libro. Lo extraño fue que no pudo leer nada de lo que decía ahí.

—No lo entiendo... ¿Sabes leer todos esos garabatos? —Su cara era de incredulidad.

—¿Ga...Garabatos? ¿De que hablas? —El lo leía todo perfectamente bien, como si se tratase de su lengua. —Yo solo puedo ver qué dice aquí donde está. Aún nos falta para salir de este bosque y llegar a las afueras donde está el portal que nos llevará a un desierto.

—Ah... Si... Creo- Creo que me iré a dormir. —Rascó su nuca, sin realmente creer que el pelinegro supiera leer eso.

—Bueno... Está bien, pero aún no has terminado de cenar. —Jungkook  frotó con sus manos sus brazos por el viento que se coló por la única entrada de la cueva.
Taehyung se transformó en su forma animal, acostándose junto a la fogata y mirándolo fijamente, al ver que Jungkook no hacía nada le rugió levemente. Sorprendido, Jungkook entendió lo que quería hacer asi que sintió y se acostó en el estómago del tigre, sorprendiendose por el pelaje tan suave.
Taehyung por su parte comió directo de la lata de sardinas que dejo en el suelo.

Lentamente y antes de que cayeran a brazos de Morfeo, Jungkook  habló.
—Taehyung ... Te- gracias... —El tigre solo soltó un bufido con su nariz, dándole a entender que le escucho.

La noche pasó como un pestañear, ahora se encontraban siguiendo la ruta que les marcaba el libro, Jungkook iba en el lomo del tigre, mientras leía todo lo que decían los escritos.

Descubrió que quien escribía el libro no le gustaba que supieran su identidad. Se hacía llamar así mismo "J.H.".
En el libro venía relatado la creación, y los sin fin de veces que se puede reencarnar.

"J.H." reencarnó un total de sesenta y ocho veces hasta el momento en que escribió ese libro.

Taehyung se detuvo abruptamente, haciendo que Jungkook levantaste la mirada para encontrarse con el fin del extenso bosque, y el inicio de lo que parecía un interminable desierto.
Se bajó del tigre, quien se transformó nuevamente en humano. En un acto para buscar valentía, Jungkook tomó la mano de Taehyung, pero el peliazul no se inmutó.

—¿Estás listo? —Jungkook  asintió, comenzando así a avanzar.

(…)

Jungkook caminaba comenzando a sentirse fatigado. El sol era insoportable quemandoles la piel y el calor los hacía sentir peor, sofocandolos entre sus ropas. Solo llevaban caminando unas tres horas como mínimo.
Taehyung también tenía un lento andar, viendo como el sol estaba en su punto más alto. Pensando en lo maravilloso de que hubiese algo que generará alguna sombra.

Para su suerte se habían hidratado lo suficiente como para aguantar así.

—¿Cuánto más tendremos que caminar sin rumbo? —Taehyung  dijo ya fastidiado de la situación.

—Una vez que se bajé el sol, seguiremos caminando y llegaremos al amanecer. —Taehyung  se detuvo y ahí lo miro molesto. —¿Porque te detienes?

—¡Porque no dormiremos nada! —Taehyung  se quejó. —Si... Si tan solo no hubieras huido... No tendrían a Jimin y a Namjoon.

—Lo siento. —Jungkook sintió como su pecho se oprimia dolorosamente al ser culpado nuevamente de toda la situación, sabía que había sido imprudente, pero, ¿Todo era culpa suya?

—No te disculpes. No necesito que sigas repitiendolo todo el tiempo.

—Entiendo que estás irritado. —Trató de razonar, tal vez su actitud era por el sol. —¿Que crees? ¡Yo también! —Comenzó a alzar la voz un poco. —Al igual. Que. Tu.  —Se acercó al peliazul, y con su dedo índice picaba el pecho del híbrido mientras que en pausas iniciaba su siguiente queja. —¡Yo también estoy preocupado por tus hermanos! —Taehyung ahora lo tomó por la camisa, amenazante.

—Cállate. —Los ojos del tigre se vieron rojos por un momento. —No tienes derecho de sentirte así.

—¿Que harás? ¿Me golpearas? ¿O me seguirás recriminando por todo lo que hice? ¡No debiste haberte llevado a Namjoon y Jimin a ese lugar en primer instancia!—Ninguno de los dos notaba que una leve tormenta de arena había comenzado a surgir.

—Simplemente no quiero seguir escuchandote. —En ningún momento pensaron en la idea de parar, ya qué, la intensidad del sol había freido sus mentes.

—¡No entiendo siquiera porque estamos peleando! Me duele la cabeza y estoy a punto de explotar si no dejas de quejarte tanto por el calor. —Jungkook estaba molesto, no creyó que todo saldría tan mal, de pronto se dio cuenta del aire y paró de discutir. —Taehyung...
—Nota como el otro dejo de hacer presión en su camisa.

—Algo no esta bien Jungkook. debemos encontrar donde refugiarnos... Creo... Creo que se acerca una tormenta de arena. —Ahora estaba Jungkook congelado.

—¿Y que se supone que haremos? No hay donde refugiarnos. —Volteó a ver a todas partes.

Por alguna razón, Taehyung  sabía un poco que hacer.
El peliazul tomó un pedazo de tela de una de sus mochilas, y la mojó un poco, con lo que guardaron de agua. Se puso frente al menor, y lo puso tapando su nariz y boca.
Ahora fue su turno, pero antes de ponérselo se transformó en tigre.

No hicieron falta palabras, Jungkook entendió lo que tenía que hacer.

Así ambos quedaron con las telas cubriendo sus rostros. Arrinconados juntos, sintiendo como la arena entraba en sus ropas, mientras trataba de lanzarlos lejos.

Cerraron sus ojos, temiendo por todo.

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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¿Tigre de Campo? #95 (En Emisión.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora