ⵛⵡⴷⵜⴽⵁ

56 9 8
                                    

Su vista tembló, no podía creer lo que veía, era tan... sus ojos se llenaron de lágrimas por el temor de lo que sus ojos veían.
Cuando su espalda topo finalmente con algo, fue el momento en el que se detuvo dejándose caer sin apartar su mirada.

Frente a el, una jaula enorme, que llamaba bastante la atención pero eso no fue lo que lo dejó atónito, más bien el ver a unos cuatro tigres ahí. Su mente no podía creerlo. ¿Que hacían unos tigres en el campo? En una jaula que si bien era grande, no podía dejarlos salir.
Un tigre de tamaño grande (claramente era la mamá), acompañada de sus crías, uno al parecer adolescente y otros dos pequeños cachorros.

Trató de moverse pero su cuerpo le fallaba y el que los felinos hayan puesto su vista fijamente en el lo puso nervioso.
Frente a el unos ojos azules lo veían con mucha curiosidad e intensidad, más bien los ojos del único de ojos azules ahí.

Estuvo sentado en el mismo lugar hasta que los tigres se aburrieron de verlo y se fueron por alguna parte de esa gran jaula rota, que daba directo al bosque.
Tapo de nuevo la jaula con la manta para que no se viese lo que había dentro.

Una vez estuvo dentro de la casa, y fuera directo a su habitación, quedó desmayado sobre su cama.

(...)

Sus ojos se abrieron fuertemente una vez escuchó el sonido del fuerte motor de la camioneta de su abuelo, corrió como pudo algo dormido aún y se fijó en la hora de la cocina. "07: 56" había dormido tres horas en plena tarde.
No podía esperar el momento de contarle a su abuelo sobre la experiencia que había tenido, también queriendo que haya sido un sueño.
Cuando su abuelo cruzó la puerta se abalanzó hacia su abuelo para darle un fuerte abrazo.
El hombre impactado por tal recibimiento tan cálido solo se dejó hacer, a fin de cuentas era su nieto.

Ambos se dirigieron al comedor en donde comenzaron a preparar la que sería su cena.

-Abuelo... No creerás lo que siento que me pasó hoy y a la vez creo que fue solo un sueño. -El hombre sonrió al escuchar a JungKook hablar tan animadamente. Con un movimiento de cabeza expresó a JungKook que lo escuchaba, este sin perder el tiempo comenzó a contarle

-¿Unos tigres en mi patio trasero? -Rió- Pero esos animales se encuentran solo en la selva, es imposible que vivan aquí en el campo.

-Lo sé, pero era tan real.

-Bueno, creo que tuviste un día ajetreado por el gran y difícil trabajo de ordeñar una vaca. -Se burló con cariño.

-¡Abuelo! -Soltó una carcajada. -Ordeñar vacas hace que duelan las manos. -Dijo de la misma forma.

Así mantuvieron una amena conversación hasta terminar de cenar y llegada la hora de dormir.
A pesar de que JungKook no podía dormir se obligó a hacerlo.
Mañana iría a comprobar si fue o no un sueño.


¿Tigre de Campo? #95 (En Emisión.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora