Selene se encontraba mirando toda la casa por una última vez. Un cúmulo de sus mejores recuerdos vivido a lado de sus familiares e incluso de su mejor amiga, arribaron como barco en tierra firme. Cada recuerdo que venía a su mente, la atrapaba y la envolvía en una melancólica despedida a parte de su pasado. Podía sentir que amaba ese pedazo de vivencia que estaba pasando frente a sus ojos. Podía sentir que su cuerpo era el que se iba, pero su alma se quedaba en aquella enorme casa. Donde el patio es grande, con todas las flores y plantas que sus padres cuidaron con dedicación y que ahora pasaban al cuidado de una señora que, siempre había sido considerada parte de la familia.
–Gracias por esto, mi amor. –emitió Zaida repentinamente al tomar a su sobrina de la mano. Se la besó y le rodeó el hombro. –Gracias por hacer ese sacrificio de dejar tu alma en esta enorme casa y así darte una nueva oportunidad en la vida.
–Creo que, si me quiero dar una nueva oportunidad en la vida, debería llevarme mi alma. ¿No crees?
–Solo haz lo que creas que es mejor para ti. Por cierto, le dije a Axel que tu decidiste quedarte a último momento. Vamos a darle una sorpresa.
–Su corazón se va a salir cuando me vea. –pronunció sin mostrar algún sentimiento para luego irse al auto donde se encontraba Kim Gun.
–¡Estamos listos! –exclamó Gun con una gran sonrisa y mostrándose animado.
Cuando Zaida está por responder con la misma actitud, Selene habló.
–Si me entero que todo esto ha sido un plan de su parte con alguna mafia, solo le advierto que vengo preparada hasta por los dientes. –habló en coreano e hizo como si soltara una mordida. Lo miró desafiante por unos segundos para luego desviar su mirada hacia la ventana.
De que Selene dijera algo en coreano, no sorprendió tanto a su tía, porque siendo una intérprete y traductora, era de esperarse que encontrara esa fascinación de aprender un idioma nuevo. En cambio, para Gun, sí fue algo sorprendente porque nunca se habría imaginado que una simple chica le transmitiera tanto miedo en su idioma.
Después de unas largas horas de vuelo, por fin habían llegado al aeropuerto. Por fin estaban en Corea del Sur. Exactamente en Seúl. El aire estaba fresco, así como le gusta a Selene. Todo a su alrededor se veía muy limpio e inclusive algo vacío. Eran casi las siete de la noche y las únicas personas que iban por ahí, eran los de seguridad.
–¡HERMANITAAA! –gritó muy alegre y entre lágrimas Axel al ver a Selene después de casi tres años. Corrió hacia ella para darle un fuerte abrazo y levantarla por los aires y hacer lo mismo con su tía.
Y, lo que hizo Selene al ver que su hermano estaba por acercarse fue detenerlo con fuerza desde su cabeza. Lo miró fijamente y con sospecha. –¿Tienes labial escarchado en tus labios?
Axel no dijo nada. Selene al entenderlo, soltó su cabeza y se hizo a un lado.
–Cariño, no se han visto por casi tres años y es así como lo saludas. –comentó Zaida sintiéndose indignada. Ella pensaba que a Selene se le ablandaría el corazón por no haber visto a su hermano mayor por un largo tiempo, pero ni así. No había ninguna expresión en ella.
Selene al escuchar a su tía, miró a su hermano, quien estaba con los brazos abiertos. Lo que hizo fue estrecharle la mano.
–Es un gusto volver a verte hermano. Prefiero tener cero contacto. Ni un abrazo y ni un beso de esos labios los cuales al parecer estuviste usando en otro lado. Detesto la escarcha. –soltó su mano y miró a Gun. –¿Dónde está el auto?
–Es uno negro que está al frente.
Zaida quedó mirando a su sobrino. Se colocó sus lentes y apretó sus mejillas. Lo colocó contra la luz para verle los labios y así notar lo que dijo Selene. Al ver que era cierto, le soltó un golpe un su hombro. –Deja de estar viviendo la vida loca Axel. Eso no te traerá nada bueno. ¿¡Qué te pasa!? ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿A qué se dedica? La quiero conocer.
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Mi amor en Seúl
RomanceGracias a los trágicos momentos que Selene ha tenido vivir, se ha convertido en una persona fría y muy distante. Para nivelar su tristeza, siempre escucha una lista de canciones de un cantante misterioso de Corea del Sur. En la voz de él encuentra m...