Final

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Rocio acababa de entrar al parque de diversiones, solo había estado una vez en toda su vida en ese lugar y se veía tal como lo recordaba, aunque ahora habían nuevos muñecos, probablemente de las nuevas películas de Disney, realmente no le tomo mucha importancia y sé dirigió al lugar que comenzó con esa historia diez años atrás.

Lo primero que hizo la castaña fue comprar un helado, había un puesto cercano y el calor no ayudaba a su espera debajo del sol, no sabía a que hora se suponía que debía estar en ese lugar, así que llegó un poco más temprano de lo que había estado aquel día hace muchos años.

Las personas pasaban delante de ella y luego de algunos minutos sintió como empezaban a dolerle las piernas por estar parada, luego de considerárselo por unos segundos se sentó en la misma acera de la primera vez. Rocio sacó su celular y reviso alguna de sus redes sociales, debido a la diferencia de horarios era probable que todas sus amistades estuvieran durmiendo a esa hora.

Si bien una parte de ella estaba un poco ansiosa de que algo pasará ese día, realmente no tenía muchas esperanzas, después de todo era solo una viaja promesa que se hizo con una niña, a la que nunca se le ocurría ni siquiera preguntarle su nombre ¿Qué posibilidades habría de que se volvieran a encontrar en el mismo lugar y el mismo día con diez años de diferencia?

- ¿Esperas a alguien? - Rocio se quedó inmóvil al sentir a una persona sentarse a su lado, reconocería esa voz en cualquier lugar, inconscientemente una sonrisa se formo en su rostro.

- Si, en realidad me quede en encontrar con una chica aquí - la rubia sonrió al ver como la menor le seguía el juego.

- ¿Una chica? ¿Puede contarme un poco sobre eso?

- Hace diez años conocía a alguien en este lugar y me dijo que nos reunamos hoy, no creo que venga, pero creo que puedo disfrutar la compañía de todas formas - la castaña entrelazó una de sus manos con la de su acompañante, quien sonrió.

- Interesante, aunque yo también tengo una razón para estar aquí hoy.

- ¿Ah sí? ¿Cuál? - el tono de Rocio era un poco juguetón, definitivamente le encantaba la compañía de la chica junto a ella.

- Hace diez años una niña me dijo que estaba enamorada de mi y que nuestro amor sería sempiterno, pero no le creí; así que hicimos un trato, si en diez años nos encontrábamos en el mismo lugar y ella estaba segura de que seguía enamorada de mi entonces sería su novia - la menor miro confundida a la rubia, nunca le había contado esa parte de la historia - Incluso tengo una foto de ese día, mira - la mayor soltó la mano de la castaña para sacar del bolsillo de su saco la foto y dársela a la chica, quien la mira sorprendida, antes de regresar su mirada en la rubia.

- Samantha... - una pequeña risa escapo de los labios de Rocio sin poder creer lo que veía.

- Creo que te hice esperar mucho por esa respuesta, diez años es demasiado tiempo, pero ahora soy yo quien puede decir que está enamorada de ti y que en serio espero que nuestro amor sea sempiterno... Así que creo que ahora es mi turno de preguntarte ¿Serías mi novia? - la menor seguía sorprendida, pero solo pudo reaccionar para tomar las mejillas de Samantha entre sus manos y besarla lentamente - ¿Supongo que eso es un si? - la rubia unió sus frentes y cerró los ojos para disfrutar del momento.

- Si, quiero ser tu novia Samy - la castaña volvió a besarla, aunque el beso terminó por la sonrisa de las chicas.

El resto de la tarde se dedicaron en poder disfrutar de varios de las atracciones del lugar, aunque la favorita de Rocio era la rueda de la fortuna, ambas estaban en una capsula en la parte más alta de la estructura con una vista de todo el lugar.

- ¿No te parece raro? - la menor acariciaba una de las manos de su novia.

- ¿Qué cosa?

- Después de tantos años nos volvimos a encontrar, aunque no lo sabíamos al inicio - Samantha sonrió.

- Quiero pensar que de alguna manera estábamos destinadas a conocernos, ya sea de una forma u otra. Aunque no te negaré que cuando te prometí que te ayudaría a tener aventuras no había pasado por mi mente algo como esto.

- Sin duda este será el final perfecto para mi libro - la mayor miro de reojo a su acompañante.

- No me gusta pensar en esto como el final - la menor dejo un rápido beso en sus labios.

- ¿Es una broma? Esto recién esta comenzando. 

Sempiterno || Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora