Capítulo. 1

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Rosé pov

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Rosé pov

Siempre me había preguntado cuál sería la sensación de despertar y tener la conciencia de no tener los días contados, y un destino ya escrito. Cada vez que me despertaba por la mañana, tiraba un suspiro de alivio, porqué me daba cuenta de que mi corazón todavía tenía algunos latidos.

Sin embargo, a pesar de ello, sabía que ese corazón que latía en mi pecho estaba consumido, y tenía que ser reemplazado.

Ya ni siquiera sabía lo que era la esperanza, y nadie podía culparme. ¿Cómo se puede tener esperanza si durante años de espera nunca había cambiado nada?

Siempre quise un corazón nuevo, pero los que llegaban nunca eran para mí: había una lista que establecía una jerarquía, y yo estaba en la parte inferior de esta lista.

A menudo intentaba fingir que no me importaba tener que morir, que ya me había resignado a mi destino y que lo había aceptado. Sin embargo, cuando estuve cerca de la muerte en algunas ocasiones, sentí realmente el miedo desplazarse por mi piel.

Pero cuanto más tiempo pasaba, más me rendía a la idea de no tener una opción. Y sobre todo, me sentía como una persona horrible, porque esperar un corazón significa esperar la muerte de otra persona, y yo odiaba pensar eso.

Aun así, esta mañana me desperté con una sensación diferente a lo habitual, y que nunca había pensado poder probar; estoy sintiendo la emoción que siempre me hubiera gustado sentir: esta mañana me desperté consciente de que ya no estoy condenada a morir, porque un nuevo corazón late en mi pecho.

Llevo mi mano derecha exactamente en el centro de mi pecho, allí donde hay un nuevo huésped que mi cuerpo había dejado entrar sin problemas.

El vendaje que cubría mi herida, debida al trasplante, evitaba que la palma de mi mano toquera directamente la superficie que alberga mi nuevo corazón. Sin embargo, a pesar de eso, podía percibir perfectamente las palpitaciones, que producían una melodía que escucharía durante horas.

Hay un corazón que late en mi pecho, y es un corazón fuerte y sano. Un corazón que me devuelve una esperanza que había perdido hace tiempo, un corazón que calienta mi pecho, y sobre todo, un corazón que pertenecía a otra persona.

Es muy extraño saber que el corazón que ahora bombea sangre en mi cuerpo, hasta hace unas horas, latía en el pecho de otra persona.
Inevitablemente me surgen preguntas sobre esta otra persona, a las cuales no puedo responder porque no sabré nunca nada sobre él o sobre ella; y la regla dice que está absolutamente prohibido descubrirlo.

¿Era una persona joven o mayor? ¿Tenía una familia? ¿Cómo murió?

No puedo responder a estas preguntas, y hay una pequeña parte de mí que ni siquiera quiere saber una respuesta, porque tendría miedo.

Sin embargo, tenía una sonrisa que iluminaba mi rostro. Probablemente sea la sonrisa de una nueva vida, porque por primera vez me desperté sabiendo que no moriré, aún.

El latido de tu corazón / ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora