El destino de dos mujeres está inevitablemente entrelazado; pero lo que las unirá será una desgracia.
Roseanne Park tiene una enfermedad cardíaca y necesita un trasplante con urgencia. Su vida cambiará radicalmente tras su operación, especialmente...
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Jisoo pov
Pasó una semana desde que Rosé habló una última vez con su mamá. Ella fue condenada, dos días después, a cuatro años y siete meses de cárcel, por corrupción y por fraude.
Ella ya no iba a ser un problema para Rosé.
Parecía que cada uno de los culpables había pagado por todo el daño que había sido causado; sin embargo, no me había olvidado de un pequeño asunto que todavía no había sido cerrado.
"¿Estás segura? ¿Pensaste en las consecuencias mediáticas qué tendrán luego?"
"Sí, y no me importa. Pasé toda la vida preocupándome por las consecuencias mediáticas, así que ya me cansé de hacerlo"
"Pero Jisoo..."
"Ya, ¡Lisa! No dejaré pasar la situación, cada quien tiene que pagar por lo que hizo, y esto incluye a Sana también"
No iba a permitir que esa loca se saliera con la suya, ella también tenía que pagar por lo que había hecho, especialmente a mi Rosé. Después de todo, todos los problemas habían empezado por su culpa.
"¿Qué vas a hacer? No tienes lo suficiente como para hacerla arrestar..."
Lisa tenía un buen punto. Al fin y al cabo, Sana no tenía nada que ver con el asesinato de Bona, ella simplemente era la amante de Jimin, y yo no tenía ninguna razón como para hacerla meter presa. Ella no tenía nada que ver en toda esta historia, pero ella, para mí, era tan culpable como los demás.
Y tenía que pagar por todo el daño que había intentado causar entre Rosé y yo.
Así que aproveché de la colaboración que habíamos acordado hace dos meses, y jugué mi último jolly antes de cerrar otro capítulo de esta historia.
Sana tenía que aprender que jugar con mi vida y con la de mis queridos, podía ser el mayor error de toda su vida.
Así que ya tenía algo en mente para que en su cabeza no volviera nunca más un pensamiento como esto.
***
Luego de casi dos horas, ya había terminado de ocuparme de ese asunto, y solo tenía que esperar que la noticia volviera pública por los media. Sana podía ser una buena empresaria, pero también era una mentirosa.
Al principio no me había percatado de sus movimientos, pero luego de un tiempo había empezado a sospechar de esas llamadas que recibía a menudo.
Todo, absolutamente todo lo que había hecho, era parte de un plan para robar mis proyectos y mis ideas para volverse la mejor empresaria de Corea, y ganarme en el trabajo en nuestra competencia.
Ella mantenía contactos con algunos hombres de su empresa, y le pasaba por teléfono cualquier información pudiese ser útil para ella. Había descubierto todo esto gracias a algunas empleadas de confianza que habían escuchado sus conversaciones en el baño, y me habían avisado de todo esto después de el asunto del trasplante de Rosé.
