El destino de dos mujeres está inevitablemente entrelazado; pero lo que las unirá será una desgracia.
Roseanne Park tiene una enfermedad cardíaca y necesita un trasplante con urgencia. Su vida cambiará radicalmente tras su operación, especialmente...
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Jisoo pov
"¡Nayeon! ¿Qué pasó? ¿Dónde está mi hijo?"
Cuando Nayeon me llamó para decirme que no podía encontrar a Jin en ningún lado, me quedé totalmente indefensa e inmóvil. Sin embargo, Roseanne me había ayudado a reaccionar, y enseguida fuimos a buscarlo.
"Jisoo... I-lo siento mucho"
Nayeon estaba llorando, y estaba de rodillas pidiendo perdón. Sin embargo, en ese momento estaba demasiado desesperada para pensar en otra cosa, mi único interés era encontrar a mi hijo.
"¿Qué paso, Nayeon?"
Roseanne parecía desesperada al igual que yo, pero ella conseguía manejar la situación mejor que yo.
"No lo sé, chicas. Estaba mirando Jin y Dalgom jugar en el parque. Me distraje por un segundo, y cuando levanté la mirada Jin había desaparecido. Fue sólo un momento, lo juro, no quería que... lo siento mucho. Si le pasa algo me muero..."
"Dios mío..."
Me metí las manos en el cabello, desesperada porque no sabía dónde estaba mi hijo. Nunca habría desaparecido tan repentinamente...
Denuncié la situación a la policía e inmediatamente intentaron averiguar dónde estaba mi hijo. Estaba completamente desconsolada y Roseanne también estaba muy preocupada por mi hijo. A pesar de ello, ella era mi mayor apoyo, ya que trataba de tranquilizarme apretándome la mano para darme fuerza.
"¿Entonces?"
Estaba ansiosa por saber dónde estaba mi hijo.
"No hay rastros del niño..."
"Dios mío, ¡Jin!"
Empecé a angustiarme todavía más, así que ya no pude contener mis lagrimas por el miedo que se había acumulado en mi pecho. Roseanne me envolvió en sus brazos, susurrándome palabras dulces al oído.
Mientras me abrazaba y besaba suavemente mi sien, su teléfono celular empezó a sonar, y ella miró con incertidumbre la pantalla de su móvil.
"Es un numero desconocido..."
"Conteste, señorita. Podría ser importante..."
Roseanne respondió a la llamada y a los pocos segundos se puso pálida y sin palabras. Dios mío...
"¿Qué pasa, Rosé?"
"¿Quién estaba al teléfono?"
"No sé quien era, no me lo dijo. Era un hombre, y me dijo que... me había advertido, y que por nuestra culpa, se llevó al niño..."
