Expectación culminada

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Jungkook iba a matarlo. Fue el primer pensamiento que había azotado la mente de Jimin tan pronto se colocó sus escasas y ciertamente, osadas prendas. Las cuales habían sido, previamente seleccionadas y consistían de una camisa negra y sencilla . Unos tejanos tejanos gris oscuro, justos y con una rotura considerable en la zona de su rodilla y poco más arriba de la misma. Zapatillas blancas y una chaqueta azul de jean.

El hombre podía ser lo más cercano a cordial ahora, pero seguía teniendo unos cuantos peros que expresar.

Pero saltando en la defensa apresurada de su propio cuello, él le preguntó a su madre cómo deberían vestir, y tras reflexionar un minuto aproximado, informal fue su respuesta. Y teniendo en cuenta su definición personal de informal, las prendas que portaba se ajustaban a ella.

De todos modos, tendrían una pequeña cena "familiar", según lo dicho por su padre. Por lo que, él consideraba, no debía preocuparse demasiado.

Al final, cuando estuvo frente a su prometido, su preocupación fue en aumento hasta hacer de su corazón un tenso nudo. Y no porque éste le hubiera dicho algo, no lo hizo. Tampoco le dio una mirada reprobatoria, en lo absoluto. Sólo le dio una mirada que no expresaba mucho, nada siendo sincero. Pero al contrario de frustrarse, su rostro terminó calentándose. Su ceja enarcada fue lo suficientemente sugerente.

Además, desentonaba demasiado del resto.

Los reyes vestían prendas similares. Ambas reinas lucían vestuarios confeccionados de dos piezas: un saco y una falda rectangular hasta por debajo de sus rodillas. El conjunto de la reina Hyeri era de color crema, sus hilos era finos y brillantes. Y él fácilmente le creería a la mujer si le decía que estaban hechos de oro. Los botones que mantenían el saco cerrado, eran pequeños y de terciopelo. El conjunto de su madre era blanco, los botones de su saco medianos y de un claro rosa. Sus mangas tenían delicados bordados de flores. Y como esperaba, ambas tenían el cabello prolijamente recogido en un firme rodete.

Los hombres y consortes de la reinas, vestían trajes que estaban supuestos a ser informales. Simplemente porque ninguno traía corbata. El traje del consorte Jeon era de un oscuro gris mientras que el de su padre negro.

Agradecía que Hwasa portara un vestido similar al que lució en su cumpleaños, porque aparte de ser reconfortante, se sentía acompañado en su comprensión personal de informal. Además, se veía bien. El color lavanda le sentaba y para su asombro, el largo de la falda apenas llegaba a sus rodillas. Viendo bien, estaba un centímetro o quizás dos por encima.

Eso estaba tan fuera del código de vestimenta que como ya dijo, le reconfortaba.

—Creí que sería una cena familiar.

Jimin aprovechó que los reyes estaban ocupados halagando el mandarín de Hwasa, para colocarse a la par de un silencioso y aparentemente, sereno Jungkook.

Quien miró en su dirección apenas pronunció sus inestables palabras.

—¿No tienes idea de adónde vamos, cierto?

Ignorando la burla del hombre, negó.

Tal vez su padre le había comentado algo. Tal vez no. Honestamente no recordaba mucho de su conversación, en ese momento su cerebro se encontraba abarrotado de notas musicales que Yuna le hizo memorizar de una forma, particularmente estimulante. Lo que se traducía a: miradas severas y la vara que siempre portaba y pocas veces usaba, agitándose de vez en cuando en el aire. Como si estuviera apartando una mosca invisible que sólo ella veía.

Incluso ahora y luego de que hubieran pasado alrededor de diez horas, su cerebro seguía recordando una secuencia musical en específico que le había costado infiernos aprender.

real engagement 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora